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OPINIÓN - SÁBADO, 05 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Todo tiene un principio y un fin. Todo nace y todo muere.

El tiempo, ese maldito reloj que marca inexorablemente las horas, se pone en marcha cuando algo nace y se para a la hora justa, ni un segundo más, ni un segundo menos, cuando se llega al final.¡Maldito reloj que marca los tiempos, del principio y el final, sin permitirse regalarnos aunque sea una milesíma más del tiempo establecido!.

Y ese maldito reloj marcará, hoy, con la traca el final de las fiestas patronales. Habrá que esperar, todo un año, para que sus agujas se vuelvan a poner en marcha, haciendo nacer unas nueva feria. ¡La feria a muerto, Viva la feria!.

Cuando algo acaba, es depura lógica hacer el inventario de lo que ha realizado durante todo el tiempo de vida.

Por eso, hoy, nos vamos a permitir hacerlo de lo que han sido nuestras fiestas patronales durante sus nueves días de existencia.

Como cada quisqui, según dicen, cuenta la feria según les va, nuestro particular inventario sobre ella es, totalmente, positivo.

Puede que, a algunos, el resultado final, a la hora de hacer balance, no le sea tan positivo sino todo lo contrario. Cada uno es cada uno y seis media docena.

Mi balance, de la misma, personalmente y en persona, digan lo que digan, los jóvenes y las jóvenas o el mundo mundial, si tuviera que darle una calificación no dudaría, ni un sólo momento, en ponerle un diez.

He sentido la satisfacción y el orgullo de tener que hacer, en el recinto ferial, más paradas que el Medinaceli, ante la enorme cantidad de amigos, sin distinción de credos o razas, queme han parado para saludarme e invitarme a tomar una copa en su compañía.

Cosa que sólo se ha quedado en el saludo y en el agradecimiento porque, si me llego a tomar todas las copas a las que me han invitado, me tengo que pasar seis meses sin escribir.

De todas formas, no tengo palabras par agradecer todas esas muestras de cariño queme ha dado mi pueblo, mi gente. Esa gente amiga que me han mostrado una amistad verdadera y no de interés algunos porque, ellos, saben que no tengo ningún puestecito desde donde le pueda colocar a ningún familiar. Esto si que es el interés más desinteresado y no el slogan de la desaparecida Caja de Ahorros de mi amigo Pepe Sillero.

Y es que, aunque algunos no lo crean, en esta vida que nos ha tocado vivir, en algunos momentos de la misma,viene como anillo al dedo aquella canción que decía: “Ni se compra, ni se vende el cariño verdadero //. No hay en el mundo dinero// para comprar los quereres del cariño verdadero //.

Y, desgraciadamente, en éste mundo de intereses, somos muy pocos los que podemos presumir de hacer nuestras la letra de la canción.

Somos, todos aquellos, los que sólo podemos dar amistad puesto que, otra cosa, no podemos dar. No podemos, y esos nos llena de orgullo, comprar la amistad por conseguirle algún puestecito de trabajo a alguien .

La amistad es un sentimiento a igual que el amor y los sentimientos, por muchas vueltas que dé la vida, ni se compran ni se venden. No hay mayor error, que el creer que por haber colocado a un familiar de alguien, ha conseguido su amistad. Puesto que lo único que ha conseguido es, simple y llanamente, algo de gratitud y quizás hasta escuchar, esa consabida frase “nada tengo que agradecerle, él me debe más a mi.Que se acuerde cuando era...”.

Al recordar el acercamiento de mis gentes a saludarme e invitarme, sin mayor interés que ser mis amigos, he mirado hacia otro lado del recinto ferial y he comprobado, con estos peazos de ojos que se van a comer los asquerosos de los gusanos como, cada quisqui, empieza a jugar sus bazas, en esa lucha por conseguir algún premio, pegándose a quienes están en mejores condiciones de poderselos otorgar, abandonando a esos otros de los que todos estos pelotas y lameculos saben que, cada día, pintan menos que servidor en el Museo del Prado tratando de hacer una copia, de algún cuadro de Murillo, por un suponer. ¡Que esto sí que es suponer!.

Al contemplar el cuadro, que se ofrecía antes mis ojos, he sentido el enorme orgullo de saberme apreciado por tantos amigos, en la certeza absoluta de que nunca se romperá esa amistad, nacida desde el propio sentimiento sin esperar nada a cambio porque, a todos ellos y lo saben, nada más que le puedo dar amistad.

La feria tiene los mil ojos de sus luces que le dan todo el explendor y toda la belleza pero, también, tiene todos esos miles de pares de ojos que van viendo, en el recinto ferial, todo cuanto acontece y, sobre todo, a esos personajillos que se sienten el ómbligo de esta tierra, sin darse cuenta de que empiezan a ser abandonados por todos aquellos que otrora le dedicaron sus mejores frases de alabanza a sus excepeciones les personas.

Volviendo al inicio de éste artículo, todo tiene un principio y todo tiene un final. Y al final hay que hacer balance.El mio me sale positivo en todos los ordenes incluida la feria.
 

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