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Las vacaciones para su descanso
que el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta se toma en
estos próximos días ha propiciado que la consejera de
Sanidad y Bienestar Social, Yolanda Bel asuma la
responsabilidad accidentalmente de la Presidencia de la
Ciudad. Un hecho que confiere la relevancia más inmediata,
además de la importacia que de la asunción del cargo, de ser
-por esta razón- la presidenta autonómica más joven del
país.
Yolanda Bel ya cuenta con la confianza de Vivas al ser ésta
la portavoz del Gobierno. Toda una responsabilidad que está
llevando realmente bien, con una buena dosis de paciencia
-por otro lado- y de interés por conocer hasta los más
mínimos detalles de las distintas áreas del Gobierno de la
Ciudad al objeto de exponer con la claridad necesaria para
cada caso, o la que interese políticamente en cada momento,
a la hora de ser transmitida -la información- a los medios
de comunicación. Algo que viene realizando con un alto
desparpajo -pese a su juventud- y que, sin embargo, por su
preparación, desde las bases del PP, afronta con solvencia
la responsabilidad enconmendada.
Diríase que en ella existe una gran carga de experiencia
política dada su templanza y su siempre comedida actitud
ante los retos diarios que depara el hecho de ser, no sólo
la consejera de Sanidad y Bienestar Social, sino la portavoz
del Gobierno Autónomo de Ceuta.
Durante estos días, en los que Ceuta afronta ser
protagonista de la Operación Paso del Estrecho en su fase de
retorno; en este verano preludio de una intensa actividad
política en tanto la cercanía de las elecciones augura
tiempos de pre-campaña, Yolanda Bel alcanza con su
Presidencia accidental una altura política trascendente en
su meteórica carrera en el servicio público.
Una sólida apuesta de futuro salida desde los mismos
cimientos de la antígua Real 90.
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OPINIÓN / EDITORIAL
