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OPINIÓN - SÁBADO, 12 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Feria en agosto
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Anoche comenzó, en plan espectacular, como ya viene siendo habitual, la gran feria de Málaga. Un gentío atendiendo el pregón, la ciudad en la calle para gozar de los fuegos de artificio y de las actuaciones musicales, las playas tomadas por una muchedumbre asando sardinas en plan espeteros y mojando el gaznate con sangría los mayores y porquerías tipo calimocho los más jóvenes. El malagueño es fiestero y mezcla con naturalidad los palos del flamenco con los verdiales y los verdiales con la salsa caribeña, será por el clima y por los palmerales, lo que no es, desde luego, es por el arte del alcalde, el sosomán Francisco de la Torre, un antipático individuo que ha ofendido al pueblo con la portada del ferial más merdellona de la historia.

Porque a él le ha salido de las pelotas el engendro de un muro blanco, mazacote, con pompas colorás, que imitan malamente los lunares y tiestos con geranios que tardarán un par de días en agonizar, buenas ganancias para el autor, que debe de ser algún enchufado tiralevitas del edil y menosprecio al malagueñismo que trina por la horterada. De la Torre no es Juan Vivas, ni tiene en absoluto su carisma, ni esa cercanía amable del dirigente seguro de sí mismo, de la Torre es feo como un mandril, antipático y prepotente y taló todos los frondosos plátanos orientales centenarios del parque porque le salió de su ensoberbecido cipote, con perdón de la palabra, aunque peperos normales como el senador Damián Caneda, mucho más cercano al sentir popular estuviera a punto de llegar a las manos con el alcalde por el disgusto. De Madrid le tuvieron que parar.

Desde esta página cuatro pido públicamente perdón por haberle otorgado, en su día, mi confianza y juro contrita que jamás volveré a reincidir e invitaré a mis amistades a seguir mi ejemplo. ¿Lealtad debida a la no-izquierda? Lo siento, no puedo dar mi sufragio a un individuo altivo y desagradable, al que además presumo no buen cristiano, porque, los cristianos, somos gente humilde y encantadora. Pero ni la horterez de la alcaldía puede disipar la magia festiva de nuestra feria. Pese a que todos nos preguntemos “cuantos” millones de las antiguas pesetas se habrá embolsado el autor del bodrio de la portada, en mi caso para denunciar por malversación, ya que quien haya pagado por esa birria merece un durísimo reproche penal, por merdellonear y por julandronear, eso no es una portada sino uno de esos bultos sospechosos que aparecen en los atestados de la Benemérita en los temas de salud pública y además atenta contra la salud pública porque la miras con incredulidad y no sabes si estás haciendo un mal viaje de ácido.

La ciudad a tope y fetén, todo funciona menos el aeropuerto, como todos los aeropuertos, por mor de los hijoputas de los terroristas que esta vez nos han salido pakistaníes y emigrantes de segunda generación, lo cierto es que, metes nitroglicerina o alguna porquería similar en un tubo de pasta de dientes y lo tiras en un avión y partes el aparato en dos. Aunque lo interesante es que, dentro de la Alianza, a los detenidos los entregaran a EEUU que allí entienden muy bien a los cabroncetes y saben meterles la mundial con muy pocos complejos. Y complejos es de lo que carecen los malagueños a la hora de divertirse, aunque este año han tenido que prohibir por un bando municipal muy extraño, porque es un bando inteligente , algo que no es espera de nuestro consistorio, que los greñúos, los chusmones y los gentucilla, vayan semienpelotas por el ferial, como en años anteriores, donde aquello parecía una concentración de merdellones en calzoncillos y con los cadenones de oro. Esta vez van a regalar camisetas a los nudistas y los bares no servirán a los espelotáos, lo que quiere decir que media Málaga irá a la feria en bolas para conseguir una camiseta de recuerdo, yo no me apunto porque sería un espectáculo lamentable y penoso, pero también servidora tiene derecho a una camiseta conmemorativa así que le he indicado a mi compadre el Chusco y a su primo el Frasco que se hagan con alguna prenda en la barriá de los muchachos que lleguen de emborracharse.

Feria en el Centro y feria en los aledaños, en el Cortijo de Torres, con sus casetas apelotonás, sus caballistas y su juerguecita fina durante toda la noche. Por la mañana se baila en el centro, por la noche en el Real y la playita que está a cien metros de mi casa se despeja un poco, porque los estudiantes extranjeros se lanzan a la fiesta, sobre todo las japonesas que cuando se visten de faralaes es porque saben bailar y se lo traen aprendido de su tierra de ellas y cuando bailan quitan el sentido del arte y del garbo que tienen, las muy joías. ¿Qué si yo me voy a vestir? No lo sé. Puedo apañarme de marengo, con el calzón negro, las alpargatas, la camisa blanca y el fajín rojo, que asemeja mucho a biznaguero, vendedor de jazmines olorosos que perfuman e impregnan las calles y compiten con el olor a mar y a vino fino. Sonrío con un toque de perversidad porque, a los detenidos en la operación antiterrorista en Italia, Londres y Pakistán, en lugar de darles biznagas y espetitos les van a dar mucho por el culo y más que les debían de dar. Porque si los asquerosos son inmigrantes de segunda generación y no están agradecidos a Occidente es que están psicópatas y si están psicópatas y son un peligro para la Humanidad en general y para Occidente en particular ya saben, las opciones son escasísimas y ninguna demasiado amable. ¡Y que vivan las teorías sobre la integración del politólogo de la izquierda italiana Giovanni Sartori, que no se le puede aguantar del arte que tiene! Aunque como minoría étnica que soy debería inquietarme por las opiniones de tan ilustre socialista, pero no me inquieto, porque estoy muy integrada y para demostrarlo soy capaz de vestirme de marengo, plantarme una biznaga en la cocorota y dale que te pego con el abanico, les aseguro que ningún individuo, de esos sin integrar y que suelen tener una lista de agravios más larga que la del pueblo palestino que es el que más agravios acumula de la Humanidad ,pese a los dineros a espuertas de la UE, sería capaz de vestirse de marengo y lanzarse a unas buenas malagueñas, de las que se tocan con bandurria, guitarra, pandereta y violín. Y además no queremos elementos raros en la feria de Málaga, porque aquí no falta de ná y lo que menos falta es la música, la risa y la alegría, algo que no pueden compartir los eternamente agraviados porque, entre otras cosas, no tienen sentido del humor. ¿Qué si me voy de feria? Si y les invito a venir, aunque las consumiciones las paguen ustedes porque yo carezco de posibles.
 

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