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POLÍTICA - DOMINGO, 13 DE AGOSTO DE 2006


vista pannorámica de ceuta. archivo

reportaje / LAS VACACIONES DE LOS POLÍTICOS
 

Un viaje de quince días en
el que no se puede llegar a Ítaca

Los representantes políticos optan por la Costa del Sol, el turismo cultural y el norte
de la Península. Según las agencias, los ciudadanos gastan mucho más
 

CEUTA
Laura Fernández
laurafernandez@elpueblodeceuta.com

“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo”. En el momento en que Konstantino Kavafis reflexionó acerca de la aventura de Ulises, insistió precisamente en eso, en el transcurso. Para el conocido poeta egipcio -que no escribió más de una treintena de textos a lo largo de su vida- lo importante no era llegar, sino partir. La visagra que separa a los que disfrutan del ocio y a los que simplemente desean consumarlo parece estar encerrada en este poema. Nuestros políticos, como Ulises, parecen paladear más que tragar de golpe su verano. Y es que casi todos, -la excepción es inagotable-, deciden marcharse un mínimo de dos semanas a un escondite fuera de Ceuta, de la Ciudad, de la Asamblea y, por qué no, de la rutina.

Con un sueldo medio mensual de 3.000 euros, los consejeros, y casi 6.000 el presidente Vivas, ninguno de ellos ha elegido destinos diferentes de lo que podría escoger cualquier otro ceutí con sus 900 al mes. Se desbanca, de este modo, el mito que asalta la mente de casi todos ante un titular en el que se mezclen los vocablos vacaciones y política. Y no es palabrería.

Hace apenas varias semanas publicamos en este diario adónde se iban los ceutíes. La agencia de viajes Trujillo ofrecía un amplio mapa de lo preferido por los ciudadanos. En el paralelismo ganaría el pueblo. Mientras la mayoría de ceutíes que pueden permitírselo se escapaban al Caribe, Port Aventura, la costa levantina e incluso cruceros en familia, veremos cómo la clase dirigente opta por la sencillez, en su mayoría, o la historia que encierran las comunidades de ambas castillas.

Hay de todo. Algunos de nuestros representantes prefieren un descanso total bajo la sombrilla mientras que otros buscan el agotador ritmo que ofrece el turismo cultural. Levantarse cada mañana a las nueve, visitar un par de catedrales, volver al restaurante, degustar la comida tópica del pueblecito típico, la tarde para los museos, el ocaso en el parque de turno y tras la cena, visita nocturna por los alrededores choca con el clásico de sol y playa caracterizado, básicamente, por el relajante murmullo de las caracolas enredándose en los dedos de los pies.

Apuesta por aprender


El presidente de la Ciudad Autónoma y la presidenta más jóven de España, Yolanda Bel,-aunque sólo durante las vacaciones de Juan Vivas- optaron por enriquecerse. Culturalmente hablando, claro. Ambos desecharon la idea de tumbarse en la arena y reflexionar acerca del curso político que se avecina. En contraposición a este aparaiso, decidieron lanzarse al aprendizaje de la historia, la literatura, la gastronomía y la ciudadanía que se esconde en los pueblecitos de Castilla-La Mancha, Castilla-León y Madrid.

El líder del Partido Popular fue el que menos tiempo se tomó de descanso. Sólo el imprescindible. Diez días de relax, sólo entre comillas, pues cada una de esas jornadas las inicia con una llamada a la Asamblea. Como viene haciendo desde 2001, el término de la Feria supone el inicio de sus vacaciones. Del 7 al 17 de este mes el presidente visita el Monasterio de Yuste, sito en las estribaciones de la Sierra de Gredos, en Cáceres (Extremadura). Aunque residencia del monarca Carlos V durante los últimos años de su vida, en la actualidad es un enclave histórico que atrae, sobre todo, por la comarca que lo acoge. Después de esta estancia visitará León para finalizar sus vacaciones en la no menos histórica Toledo. Cultura y gastronomía -Vivas es un gran amante de la buena cocina- confluyen en unas vacaciones que, según el expreso deseo del presidente, estarían regidas por el madrugón y el aprendizaje.

La presidenta en funciones, Yolanda Bel, prefirió conocer Toledo, Salamanca y otros pueblos de Castilla-León donde “no había estado antes”. También pasó por la capital madrileña para continuar por una ruta urbana que prefirió “porque el año pasado ya estuve en Mallorca”

Málaga, la preferida

La Costa del Sol gana por las preferencias de nuestros cargos públicos. Concretamente Málaga. La consejera de Medio Ambiente, Carolina Pérez, eligió el descanso en Almuñecar, Granada. Manuel Coronado, de Gobernación, no pudo renunciar al rincón malagueño al que acude desde “hace diez años”, Benalmádena. Se irá a mitad de agosto con los que “mejor me lo paso”: su mujer y sus hijos. El viceconsejero de Festejos, Juan Carlos García Bernardo, también es un asiduo de una localidad que del cielo pasó al suelo en los últimos meses: Marbella. Con su familia, disfrutará de su casa cerca de Sotogrande y buscará el descanso durante dos semanas, eso sí: “Cuando se acabe todo lo de la Feria”.

La secretaria del Partido Socialista, Antonia Palomo, comparte con sus contrincantes el amor por la comunidad andaluza. Del 7 al 21 de agosto disfruta de un lugar “muy, pacífico e ideal”, en la onubense Mazagón.

Rumbo al norte

Algunos de nuestros representantes, tal vez en busca de un tiempo más fresco -que no se dió-, apostaron por el norte de la Península. Emilio Carreira, el Consejero de Economía y Hacienda, visitó Cantabria y la capital vizcaína de San Sebastián. La representante de Cultura, Mabel Deu, apenas se acuerda ya de su descanso. Se fue de las primeras, del 7 al 15 de junio, a la comunidad asturiana que “ya conocía”. Sin embargo, y como comentó la propia consejera, el mes de agosto es un buen momento “para recordar” el descanso prematuro. Las mejores vacaciones, y tal vez por su condición de representante de Turismo, las disfrutará el viceconsejero José Antonio Rodríguez Gómez. Un crucero por el Mediterráneo con amigos y cónyuge que genera la envidia de todos: “Te gusta, eh?”, bromeó.

Trabajo desde la oposición

También entre nuestros representantes hay quien no puede dejar de trabajar. Ni siquiera en vacaciones. El líder de Unión Demócrata Ceutí (UDCE), Mohamed Alí, se quedará todo el mes de agosto en la Ciudad Autónoma. Acudirá por las mañanas a su despacho, donde adelantará una pila de informes atrasados, y por la tarde descansará de la agotadora jornada estival. Aunque insiste: “No es por voluntad propia”. El trabajo parece ser lo primero para el abogado, especialmente en un momento en el que su partido, junto a Federación Ceutí e IU, comienza a construir el edificio de la ‘Coalición’ que será un pilar unido para las próximas elecciones. Ríe al darse cuaenta de que es el único que no descansa, pero insiste: “No lo elegí”.

Por fin, el lider del Partido Democrático y Social de Ceuta, Mustafa Mizzian, también se quedará una parte de su estancia en la Ciudad Autóma, pero no toda. Visitará las playas del norte de Marruecos -Cabonegro y Tánger-con su familia durante dos semanas.
 

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