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OPINIÓN - VIERNES, 25 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Hemofilia política
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

En el día de ayer se perpetró la bajeza analfabeta y castroja de retirar de la Academia Militar de Zaragoza la estatua del personaje histórico Francisco Franco. Natural. Reacción normal para quienes pueden alardear como todo mérito el haber llegado al poder sobre la sangre de los inocentes del 11M. ¿De donde y de como sin los muertos a manos del terrorismo islámico iban a haber, ni tan siquiera olido la victoria los insulsos y rencorosos socialistas? Y así les va. Y así nos va. Siendo testigos estupefactos, cuando no asqueados, de la materialización de su lista de rencores y represalias, en un claro ejemplo de que, para estos ex marxistas que, no obstante su renegamiento del padrecito Karl Marx siguen cantando en sus congresos la lúgubre Internacional con el puñillo en alto, el estado natural de las heridas, nuevas o viejas, es de estar sangrantes, purulentas y gangrenosas, con una eterna patología de hemofilia política. Pues por mi, que se sigan amargando y de paso que les jodan.

Pero, no obstante mis buenos y caritativos propósitos con respecto a estos rogelios nuestros, tan cutres y tan de andar por casa, sus bajezas morales me afectan. Dicen que la estatua ecuestre del Caudillo (una obra de arte) que se retiró en Madrid, fue retirada coincidiendo con el cumpleaños del carnicerito de Paracuellos, el genocida Santiago Carrillo y en su exclusivo honor. De hecho cuentan en los mentideros de la Villa y Corte que, los socialistas estaban de festejos y que se fueron abracilletados al asesino Santiago Carrillo y pasados de bebidas espiritosas y saciaditos por la comilona, a presenciar como las gruas retiraban la historia de España, ante la satisfacción de Carrillo y el silencio pétreo de los familiares de los cien mil cristianos muertos por su religión en manos de las hordas marxistas.

Hordas muy hordas y muy catetas. Porque, en 1931 se llevó a cabo, ante la pasividad de los inmundos gobernantes, la quema de iglesias y conventos y el mayor atentado jamás cometido en Europa contra el patrimonio cultural. Ardieron maravillas arquitectónicas, expoliaron, destrozaron y achicharraron tallas de todas las épocas de valor incalculable, retablos que para si hubiera querido el Metropolitan Museo de Nueva York, obras de imaginería por las que hubiera suspirado cualquier subasta de arte del planeta, colecciones de cuadros valiosos, rapiñaron la orfebrería y de paso asesinaron a curas, monjas, seminaristas, novicias, miembros de la Acción Católica y a cualquiera al que se pudiera presumir católico. Un mérito: El que, las famosas hordas aparecieran en el libro Guiness de los records como las causantes de la mayor masacre de cristianos de la Historia desde el psicópata emperador Nerón.

Ministro Alonso: ¿Padeces hemofilia política y Franquillo aún os escuece a ti y a los descendientes políticos de las hordas? Vale. Pues eso de la hemofilia política parece algo vírico y “muy” contagioso, igualito que la tuberculosis que vuelve a asomar los cuernecillos en este país UE. ¿Vírico o bacteriano? No me toquen las pelotas, porque no soy galeno y ustedes lo saben, aunque yo, a la Amoxicilina le tengo mucha fe y de hecho, cuando he oído en las noticias que, la estatua de la Academia Militar de Zaragoza recordando al cadete Francisco Franco, el general más joven de España y el más condecorado, era retirada me ha dado como una especie de repelús hemofílico. ¿Qué si soy franquista? No, que va. Yo cuando el franquismo estaba viviendo en Marruecos y cuando retorné, al año siguiente murió el Generalísimo, muy agustamente y en su camita del hospital. Yo no soy franquista, yo soy culta y antes que culta, cultureta y respeto y no renuncio a ni un segundo de la Historia de mi España. Con excepción de los años de terror de los hijoputas de las hordas y del criminal Carrillo al que, cuando tenga tiempo, denunciaré por el asesinato en Paracuellos de mi tío materno el estudiante de derecho Lorenzo Iniesta. Estoy a ver si nos reunimos los familiares de los de Paracuellos del Jarama para meterle a ese viejo truhán de Santiago Carrillo la internacional, pero no el siniestro canto eslavo, sino la mundial de años de cárcel por sus crímenes.

Aquí, si se padece hemofilia política, todos tenemos derecho a padecerla y no solo los descendientes políticos de las hordas de 1931, por mucho que ahora practiquen el victimismo cobarde y pamplinero, como son ellos: Unos pamplinas. De ahí que hayan retirado la estatua de Franco sin permitir la entrada de las cámaras, furtivamente, en plan expolio cultural, de tapadillo, sin cojones, sin bravura ¡Qué increíbles mierdas! ¡Cuan miserables y abyectas criaturas! Las tropelías en España, si se hacen, hay que hacerlas con testiculina de la fina, en plan chulo y provocador, a plena luz, llevando la estatua a la fundición para tratar de fundir con ella los recuerdos de cuarenta años, tratando de arrancar del alma el recuerdo de un buen cacho de nuestras vidas y dando la cara. Servidora, al ministro Alonso, le tenía cierto aprecio como ministro de Interior. Ahora me parece un miserable, Y con fecha de caducidad muy cercana. Porque no hace falta ser analista político para saber que, los monstruosos errores que está cometiendo el PSOE donde, el nombramiento del inteligente García Arreciado, que me parece un hombre de Dios, como Delegado del Gobierno en Ceuta es uno de los pocos aciertos que confirman la regla de que, el resto, lo están haciendo mal por prepotencia e ignorancia supina. Sus rencores y su hemofilia política que trata impregnar de flujo sanguinoliento nuestra Patria, tendrá un coste político y los Populares arrasarán en las próximas, siempre que se acerquen a nosotros, a los pepitos y a las marujas y larguen a los pijines, a los agitadores del botafumeiro, a los señoritingos y a los mindundis. El PP con gente del pueblo y para el pueblo ocupará el parlamento y baldeará con toneladas de reconciliación, respeto a la Historia y a sus personajes, amor por nuestra cultura, nuestras raíces y nuestro patrimonio, las espuertas de inmundicia que estos nos están dejando.

¿Qué si yo soy una calorrilla-rifeña por que me duele tanto el que ataquen nuestra Historia? Pues precisamente por eso: porque tengo menos raíces que un clavel de plástico “Y me he agarrado a España con uñas y dientes y no me quitan a mi Patria ni echándome agua caliente”. ¡No vean el poema tan emotivo y tan propio! ¿Qué que haremos cuando ganemos? Recuperar las estatuas, rescatar la Historia y vacunar a todo el pueblo español contra rencores y hemofilias políticas. Y otra cosa fundamental : Como los que ganarán se llaman Reformistas y ganarán con nuestros votos, obligarles a que reformen la Constitución y reconozcan en ella como derecho Constitucional de los españoles el derecho a ser felices y a vivir sin rencor.
 

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