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OPINIÓN - LUNES, 28 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Pedorreo nacional
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

En verdad es como para que, los españoles, nos sintamos “muy” desprotegidos. La sensación de debilidad e improvisación que transmite el Gobierno es para hacernos sentir francamente mal y no es que, el pueblo soberano, “necesite” absolutamente y con carácter urgente el tener puntos de referencia concretos y líderes carismáticos, una circunstancia que en España casi nunca se ha dado, por no decir nunca. Pero, de quienes detentan el poder a todos los niveles, rectifico, a los más altísimos niveles, se espera una seriedad, una testiculina de la fina, un rigor y una capacidad para no decepcionar que hoy por hoy no existe. Esto es un inmenso pedorreo nacional.

Y quienes tienen la sartén por el mango son pedorros y pedorras, sin que ello suponga el desmerecer al pedo, que en el palo se dice “péo” y que es un fenómeno aerofágico y escatológico en absoluto vulgar, ya que, ya en el siglo XIX escribía el autor madrileño unas pícaras coplillas que mi madre aprendió de memorieta en los gélidos bancos de las monjas de la posguerra y que me enseñó, a su vez cuando yo tenía la inocencia de los seis años. Un candor que me hizo repetir los versos en mi colegio de la Divina Infantita, lo que me valió una tanda de reglazos, tirones de orejas y actos múltiples de contrición, al tiempo que aquellas arpías con velos repetían que yo era “un caso perdido” y que era un inmenso dolor que Nuestro Señor hubiera muerto en la cruz para redimir a un ejemplo de perversidad tal como era la pequeña, fea y miope Nurita. ¿Qué si recuerdo las coplillas? Por supuesto tengo un IE de 140 y nunca en mi vida he olvidado nada que haya memorizado ¿Qué les pica la curiosidad por esas rimas decimonónicas que yo dedico a los Poderosos? Pues se las digo, eran así “Cambiemos de metro porque os cansará, que a mi también este cansándome va. Verán con que gracia consigo cantar, del pedo y la mierda con gran variedad. Pedos hay que huelen, después de hacer ruido. Otros han olido antes que se expelen. Otro suena seco, con desembarazo, como un cañonazo, retumbante y hueco. Otros asemejan puntos de flautín, con su retintín que a la postre dejan. Estas variaciones, son del instrumento, según es el viento y las ocasiones…”

¿Qué están murmurando? ¿Qué los poetas urbanos madrileños del siglo XIX eran de una vulgaridad extrema y que se pirraban por la picaresca escatológica? Vale. Es verdad. Pero lo he escrito porque ustedes me han retado a recordarlo y, por cierto “Pues cuando, en visita, ganas nos embisten, cerrada resiste la cular espita. Y si algún resquicio queda por ahí, cuan pollo pi pí canta el orificio” ¿Qué dicen? ¿Qué deje de recitar de una puta vez a los clásicos del pedorréo? Vale. Cierro el pico. Pero reitero mi sensible dedicatoria de estas líneas de otros tiempos a los Mandamases y a sus mariachis y que todos pillen rasca. Porque la realidad nacional es puro pedorrerismo y no estoy en absoluto dispuesta a ser víctima de maniobras de despiste. ¿Es que no lo han apercibido? No saben que hacer con la avalancha de africanos que llegan en cayucos y sienten una auténtica zozobra de que, el pueblo, comience a protestar y a interrogarse sobre “quienes” son los que llegan, sobre sus antecedentes penales y sobre su estado de salud y si vienen aquejados por alguna enfermedad endémica en Africa, sida, tuberculosis, malaria o enfermedades tropicales varias.

No hay prácticamente control sanitario. De hecho, de tapadillo,sin extenderse demasiado, deprisa y corriendo, han confesado que llegó al menos en un cayuco un inmigrante tuberculoso y tuvieron que aislar a un grupo, que dio positivo aunque no había desarrollado la enfermedad, pero ¿Y las pruebas del virus del sida?. Maniobras de despiste y las tertulias colapsadas porque, a la Pantoja y a Julián Muñoz les han grabado sus conversaciones desde el talego y buscan culpables, los muy viles, incluso entre el funcionariado de prisiones, sin importar a esos buitres de la prensa rosa el machacar famas y credibilidades. A servidora le importa una mierda que graben a la Pantoja. Lástima me da por el trajinoso Julián Muñoz que es el preso más preso de España: la tonadillera no le puede visitar por culpa de la prensa y si habla con ella le graban las conversaciones.¡Menudo aislamiento emocional!.

¿Escandalera? No. A mi lo que me escandaliza es que, en lugar de organizar de inmediato un puente aereo entre Canarias y Senegal para devolver cada día a docenas de africanos como demanda el pueblo con sensatez, se les traslade a la península de cincuenta en cincuenta y se les deje sueltos por las ciudades, a incrementar las bolsas de pobreza y sin que sepamos ni quienes son ni como vienen a nivel sanitario.¡No hay derecho a que el pueblo reciba este tratamiento! ¿Y como se repatría a los individuos que andan por las ciudades? ¿Creen que van a acudir a una convocatoria para ser repatriados? ¿Y donde se les convoca si no tienen domicilios y están durmiendo bajo cartones en las calles o en los parques?. Absurdo y malvado. El PSOE, de hacerlo bien y demostrar cojones hubiera podido agarrarse al sillón, pero con esta improvisación que puede incluso ser riesgo de problemas de salud pública colectiva, que aumenta la marginalidad y la pobreza y que no convence a nadie, lo que demuestra es falta de iniciativa cuando las soluciones se les ocurren a un niño de teta. Llega el cayuco, se les da asistencia humanitaria y a los aviones de vuelta a su tierra. Hay que cambiar la Ley de Extranjería y no hacerla menos garantista sino más realista, que los trámites duren tan solo unas horas porque, si duran más, hay que comenzar a hacer analíticas y rigurosos controles sanitarios de los africanos para evitar riesgo de contagios y propagación de enfermedades.

Repatriaciones y evitar a esos inmigrantes el que se vean como se están viendo: tirados por las calles o en centros de acogida meramente temporales de los que tienen que salir. De miseria en miseria, por una política pedorra donde, las soluciones, precipitadas, tienen la naturaleza de un fenómeno aerofágico, suene o no suene, apeste o no apeste. Y la solución pasa por denunciarlo en prensa, porque estos van a ritmo de periódico donde se refleje el malestar colectivo, como los peperos gobernaban con encuestas de opinión. La improvisación, la falta de rigor ante el problema de la avalancha de inmigrantes, los traslados furtivos y sin solución ni arreglo a otras ciudades no son en absoluto una respuesta clara, rigurosa y con cojones. Son pedorreo, puro, duro y genuino pedorreo. Y no lo merecemos. Merecemos algo más que componer coplillas decimonónicas, aunque si hay que componerlas se componen, podrían llamarse “Pedorreo Nacional”.
 

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