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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 6 DE DICIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Culebrón venezolano
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¡Menudo culebrón se han montado los abogados de los etarras! Que si iban a indemnizar a dos criminales extraditados de Venezuela con cincuenta millones de las antiguas pesetas, que si Chaves iba a concederles la nacionalidad a otro ramillete de asesinos de ETA. Lo cierto es que todos nos quedamos estupefactos. Porque una cosa es que Hugo Chaves sea un payaso pontificador con su “supuesta” revolución bolivariana por bandera y un populismo chabacano que haría palidecer al mismo Jesús Gil y Gil, pero que encanta al pueblo porque, a nosotros, los del populacho, el populismo nos encandila y la melindrosidad política nos exaspera. Una cosa es el antiimperialismo chafardero de tintes indigenistas y otra que se busque gratuitamente enemigos amparando a terroristas, porque la apuesta de tenderle una mano a criminales que acumulan, así, a mogollón, cuarenta asesinatos es enfangarse sin necesidad y Chaves, en el fondo, es una persona con clase, por mucho que cante merengue en directo por televisión. Porque luego, a la hora de la verdad y para gestionar los machacantes, se busca de banquero a la aristocracia de la banca es decir, al papá de Margarita de Vargas Santaella, la preciosa e impecable esposa del príncipe Luis Alfonso de Borbón, que se casó de blanco con fundamento, porque de blanco se casan las que van mocitas, lo otro es abaratar y reírse del concepto de pureza. La usada que marida de blanco lo hace por folklore y la gente encima hace comentarios y suelta risitas. Yo se bien lo que me digo.

Eso sí, el bulo de la indemnización y de las nacionalidades ha corrido como la pólvora, Zetapé palideció cuando fue interrogado al respecto mientras visitaba Senegal para enterarse de cuanto dinero tenemos que soltar para repatriar a los miles de senegaleses ilegales que pululan por España. Se quedó lívido pero estuvo contenido y correcto, no en vano fue de los primeros en felicitar al populista por su nuevo triunfo, un triunfo donde el pueblo ha votado encantado ya que se les ha prometido darles dinero de la inmensa riqueza del petróleo. Mejor hubiera sido construir buenas viviendas sociales para erradicar el chabolismo, montar escuelas y centros de formación profesional, darle al pueblo una caña y obligarle a aprender a utilizarla porque meter el pescado en la boca del hambriento no es solución ni a corto ni a largo plazo.

Aunque claro, si Venezuela consistiera en transformar a sus millones de pobres en clase media a fuerza de educación obligatoria, trabajo obligatorio y culturización obligatoria, entonces Chaves no ganaría, porque las clases medias votan a su rival. El voto chavista que es el voto de los millones de chabolistas que se ilusionan pensando en que recibirán una paguita del petróleo y a los que engatusa con una sanidad gratis, no de grandes centros hospitalarios e innovaciones tecnológicas, sino de dispensario de asentamiento y antidiarreicos de balde. El populismo puro y duro es así, como se vive en el inmenso culebrón que es Venezuela con sus concursos de misses que son acontecimiento nacional, con las telenovelas que enamoran a las masas y con el papá de María Margarita a la vera de Chaves empapándole de glamour y de buen tono. Los criminales no tienen glamour, son unos amargados zarrapastrosos, no “dan la imagen” en el culebrón.
 

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