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OPINIÓN - SÁBADO, 9 DE DICIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / SIN MIEDO

La Inmaculada y la Infantería Española
 


Jorge Pérez Blanca
jorgeperezblanca@elpueblodeceuta.com
 

El 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla combatía por España y la fe católica en Holanda. Cinco mil hombres guarnecían la isla, " cinco mil españoles que eran a la vez cinco mil infantes, y cinco mil caballos ligeros y cinco mil gastadores y cinco mil diablos ", como dijera de ellos un almirante francés. El bloqueo se estrecha cada día más; ya no quedan víveres, ni pertrechos de guerra, ni ropas secas. El jefe enemigo propone entonces una rendición honrosa. La respuesta de Bobadilla es inmediata: " Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”. Ante tal respuesta, Holak recurre a un método infalible para acabar con la resistencia española. Como las aguas del Mosa discurrían por un canal más alto que el terreno ocupado por los soldados, abre una enorme brecha en el dique y las aguas se precipitan sobre el campamento del Tercio, que pronto se ve rodeado de ellas por todas partes. No queda más tierra firme que el montecillo (apenas cincuenta metros) de Emplen, donde, abandonando impedimenta y pertrechos, han de refugiarse los soldados, so pena de perecer ahogados. En esta situación, un soldado del Tercio cavaba una trinchera " más para tumba que para guarecerse ", cuando tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca en la que estaba pintada, en vivos colores, la Inmaculada Concepción. Comenzó el soldado a gritar y acudieron sus compañeros que, colocando el cuadro sobre la bandera española, a modo de improvisado altar, cayeron todos de rodillas entonando la Salve. El Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal cierta de la protección divina, arengó así a sus soldados. “¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas? " " ¡Si queremos! ", fue la respuesta unánime de aquellos españoles. Los españoles, marchando sobre el hielo en plena noche, atacan por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y alcanzan una victoria tan completa que hace decir al almirante Holak: " Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro”. Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, la flor y nata del ejército español.s damos nosotros, porque no nos han hecho participes de todos los eventos realizados? Demagogia barata
 

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