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SOCIEDAD - DOMINGO, 10 DE DICIEMBRE DE 2006


Sensor de ruido. REDUAN.

ruidos / protestas
 

El exceso de ruido alcanza
el 35,5 por ciento

Ceuta y Melilla son dos de las
ciudades con más decibelios
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

Que Ceuta es una ciudad ruidosa no es ninguna novedad. Cada día, decenas de ruidos distintos perturban la paz de un territorio que dista mucho de ser una gran urbe: sonidos de cláxon, sirenas de emergencia o ruidos de potentes motores son una muestra del exceso de decibelios al que están acostumbrados los ceutíes, en la mayor parte de las ocasiones sin necesidad. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística en torno a este asunto así lo corroboran. Ceuta y Melilla, tan sólo superadas por la Comunidad Valenciana con un 39,6%, son las ciudades cuyos hogares registran un mayor índice de ruidos, ya sean producidos por sus vecinos o procedentes de la calle, con una tasa del 35,5%. A corta distancia encontramos otras regiones como: Madrid, Baleares y País Vasco que también superan el 30% de ruidos. Aunque, sin duda, los datos de ambas ciudades autónomas resultan mucho más preocupantes si atendemos a sus características geográficas y poblacionales que, desde luego, no se corresponden con ese exceso de ruido.

En el extremo contrario, y como regiones más tranquilas y apacibles para residir, se sitúan el Principado de Asturias con una tasa del 19,1%, Cantabria (17,2%) y Castilla La Mancha donde los niveles de ruido se sitúan en el 16,6%.

Con estos datos en la mano, España se sitúa en el segundo lugar, por detrás de Japón, en el ranking de países más ruidosos del planeta ya que se calcula que un 70% de los españoles sufre niveles de ruido superiores a los 65 decibelios, el umbral a partir del cual los científicos consideran inaceptable el ruido.

Sin embargo, desde el punto de vista legal, los efectos nocivos del ruido comienzan por encima de los 85 decibelios. A partir de este nivel se aplica en el mundo laboral la legislación referente a medidas tendentes más a la protección ante el ruido que a eliminarlo.

Desde el punto de vista médico se considera ruido el sonido que puede producir pérdida de audición, ser nocivo para la salud o interferir gravemente una actividad.

Así, como referente, se toma la voz hablada, 50 decibelios; el ruido del extractor de humos, que alcanza los 70, o el de una moto sin silenciador en el tubo de escape, que se sitúa en los 110 decibelios. Aunque el oído no responde igual a todas las frecuencias ya que dependiendo de la actividad que estemos desarrollando nuestra tolerancia será mayor o menor. Para poder conciliar el sueño no deben registrarse más de 30 decibelios aunque el nivel de lo soportable se sitúa en los 140 que pueden llegar a estar por encima de los 180, que es el ruido que produce un cohete durante su lanzamiento. Factores como la intensidad, el tono, la duración o la forma de presentación inciden mucho en la percepción o sensación de ruido que tenga la población y, por lo tanto, en la permisividad que ésta tenga con él.

En un día festivo o en fin de semana, los niveles de Ceuta se reducen considerablemente aunque, justo ayer, no funcionó ningún sensor.
 

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