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DEPORTES - DOMINGO 15 DE ENERO DE 2006


ENRIQUE JIMENEZ. REDUAN

deportes / entrevista
 

“Los aficionados desconocen
la extraordinaria labor hecha
por José Antonio Muñoz”

José Enrique Jiménez Ortigosa,
ex vicepresidente de la A. D. Ceuta
 

Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com

Pregunta: Reconozca que el fútbol le apasiona.

Respuesta: Sí; el fútbol ha sido siempre una pasión en mi vida. Sobre todo, producida por la Asociación Deportiva Ceuta y antes por la Agrupación.

P. ¿Llegó a practicar un deporte por el cual siente afición tan viva?

R. Sí, claro que sí; empecé jugando en el Club Deportivo Puerto, y de éste pasé a la Unión África Ceutí. Teniendo como compañeros a jugadores como Borrego, Gil, Antonio Luque, Trujillo... Al marcharme fuera continué jugando, aunque sin tomármelo ya en serio.

P. ¿De qué jugaba?

R. De defensa, y a veces en el medio terreno. Era un defensor contundente.

P. ¿Cuándo le dio por convertirse en directivo?

R. Comencé esa etapa perteneciendo a la directiva del Mitsubishi, en el fútbol sala, pero más bien por colaborar con amigos como Cecilio y Manolo Luque. Pero mi entrada de lleno en una directiva se produjo en la Agrupación Deportiva Ceuta. Fue la etapa de Antonio Rodríguez Serrano, Domingo Ramos, Antonio Vázquez y, cómo no, de Juan Vivas.

P. Me imagino que sería la presencia de Juan Vivas en el club la que le hizo decidirse a formar parte de su directiva, ¿no?

R. Cierto. Tenía una vinculación laboral con Vivas y, por tanto, fue motivo más que sobrado para que dijera que sí. Al margen de mi amor por el club y de mi ya declarada pasión por el fútbol.

P. ¿Es ahí cuando se fragua la amistad suya con Vivas o sus relaciones con él venían de atrás?

R. Yo conocí a Juan mucho antes de convertirme en directivo de la Agrupación Deportiva Ceuta.

P. ¿Se precia, pues, de saber cómo es Juan Vivas como persona?

R. Verdad es que hemos estado muchos años muy unidos en cuestiones laborales. Lo cual nos ha permitido seguir manteniendo unas relaciones magníficas.

P. ¿Le ha defraudado muchas veces?

R. ¡Uf! Yo sé que en ocasiones ha tenido que tomar decisiones criticadas, obligado por razones políticas. Pero en cuanto a mí concierne, nunca me cansaré de decir que estoy en deuda con él.

P. ¿Por qué?

R. Porque en una etapa de mi vida, nada fácil, necesitaba que alguien me avalara para comprar un piso, y él dio el paso adelante cuando no había muchas personas que se atrevieran.

P. Luego su agradecimiento será eterno, ¿verdad?

R. Naturalmente. Aunque no sólo por lo que le he contado, sino que en el tema profesional tampoco podré dejar de agradecerle sus enseñanzas.

P. ¿A qué se refiere cuando habla del tema profesional?

R. A que yo estuve trabajando muchos años en una empresa familiar y fue Vivas quien me aupó al máximo cargo que dentro de esa empresa podía yo aspirar.

P. ¿Qué le enseñó?

R. Algo primordial: que en los trabajos se sabe cuándo se entra pero nunca cuándo se sale. Con él he trabajado sábados, domingos y festivos, si las circunstancias así lo aconsejaban.

P. ¿Es Vivas persona capaz de tomar decisiones drásticas en momentos oportunos?

R. Sí; pero sus muchos conocimientos le permiten medir bien los pasos que ha de dar. Es cauto, y además detesta tener que alzar la voz en público. Y en privado, le puedo decir que muy pocas voces pierde los papeles. Sabe contener sus emociones.

P. ¿Dónde cree usted que está el secreto para que haya conectado tan bien con la gente?

R. En una serie de cualidades que le han dotado de una condición que le hace ganarse la voluntad de los ciudadanos.

P. ¿Por qué entró usted a formar parte de la directiva que presidía José Antonio Muñoz?

R. Por la amistad que me unía a él, mucho antes de que se convirtiera en presidente de la Asociación Deportiva Ceuta. Y desde luego, aunque me repita, porque el fútbol me apasiona y mucho más vivirlo muy de cerca.

P. ¿Me está hablando usted de cuando el equipo consiguió ascender a Segunda División B?

R. Efectivamente. Es entonces cuando yo aparezco en el seno de la directiva.

P. ¿Le costó mucho trabajo al club tenerle a usted como Miembro de la Comisión de Trabajo de Estrategia en la FEF?

R. Mucho. Fueron conversaciones arduas las que José Antonio Muñoz y yo mantuvimos con Gerardo González, en su día, para que el Ceuta estuviera presente en una comisión que sólo tenía un miembro por grupo. Y a pesar de que un equipo andaluz nos ponía todas las pegas del mundo, Gerardo González accedió a nuestros deseos por medio de una decisión propia.

P. ¿Me puede decir, dado que ha sido como miembro de esa comisión de la Segunda B, si han hablado de reformar una categoría que está total y absolutamente devaluada?

R. Sí. Hace dos temporadas se hicieron unos estudios por la comisión para presentarlos a la Liga de Fútbol Profesional y a la Asamblea de la FEF. A fin de modificar la categoría. Pero debo decirle que el proyecto, salido de los estudios realizados, se quedó estancado y no llegó a la FEF.

P. Usted sabe, y si no yo se lo digo, que la Segunda División B nació con una idea que gustaba mucho a Pablo Porta: que sirviera de acogida a los equipos que en pocos años, procedentes de la Primera División, se veían hundidos en el pozo de la Tercera División.

R. Algo he oído al respecto. Y, precisamente, la idea de la comisión era formar dos grupos de Segunda División A y otros dos de la B. Para que a ellos pudieran acceder equipos con historia y campos adecuados al respecto.

P. Hablemos del ex presidente de la ADC. ¿Saben los aficionados realmente lo que ha hecho José Antonio Muñoz por el fútbol local?

R. No. Mire usted, igual que antes le dije que Vivas me enseñó que hay que trabajar todas las horas posibles, José Antonio me ha hecho ver que su afición por el fútbol le lleva a no descansar en la tarea. Lo mismo me llamaba a las ocho de la mañana que a altas horas de la noche para hablarme de un futbolista que convenía observar inmediatamente.

P. ¿Acaso le ha faltado el vender bien la gran gestión que ha hecho durante tantas temporadas?

R. Sí. Esa es la principal razón que ha habido para que los aficionados aún no hayan valorado, en toda su magnitud, la enorme labor desarrollada por José Antonio Muñoz.

P. ¿A qué le achaca usted semejante desacierto?

R. Porque no ha querido figurar mucho. Es un hombre reservado que no ha querido situarse en primera línea para ir destacando cuanto de bien se estaba haciendo por el club.

P. ¿Es verdad que ha delegado en usted, muchas veces, para que lo representara en ciertas reuniones?

R. Sí. Por más que yo le dijera que que era a él a quien le correspondía participar. Lo cual evidencia sus pocas ganas de figurar. Prefiere ir de un campo a otro para ver jugadores que no verse metido de lleno en labores burocráticas. No acaba de gustarle el protagonismo. Algo que está muy bien, aunque en ocasiones se vuelve contra uno.

P. Aun así, ni siquiera un ascenso podría mejorar lo hecho por el equipo bajo su mandato: jugar seis promociones de ascenso y que el Murube haya sido visitado por lo más granado de la Primera División en la Copa del Rey.

R. Es que el trabajo que hay detrás de esas promociones es muy grande. Requiere conocer la categoría por medio de muchos desplazamientos y tener innumerables contactos. De esa manera, se pueden firmar futbolistas como Pedro Ríos, Rubén, David de Cos, Diego Reyes, etc.

P. Pero además de esos conocimientos existe también lo de poner los dineros por delante.

R. Sin duda. Ese es otro apartado desconocido para la gente. En Tercera División, por ponerle un ejemplo, el presupuesto era algo así como ochenta y tantos millones de pesetas. Y la subvención recibida fue de veinticinco millones, en el mes de julio. De manera que todo lo puso él de su bolsillo. Y para qué decirle sobre avales.

P. Hay que reconocer que una labor así merecía el remate de un ascenso.

R. Sin duda. El momento clave estuvo en El Ferrol. La imagen de los directivos ferrolanos en el palco, hechos ya a la idea de que no ascendían, la tiró por tierra un árbitro.

P. Llegaron a pensar que había una mano negra que impidió el ascenso de la ADC?

R. Sí, sí.

P. ¿La localizaron ustedes?

R. Sí: aunque no me gusta hablar sin las pruebas en las manos.

P. ¿Se fue el presidente porque estaba harto de las zancadillas?

R. Los sinsabores de José Antonio venían siendo tantos que llegaron a causarle un agotamiento que estuvo a punto de hacerle abandonar la presidencia mucho antes. Y su continuidad fue debida a que su hijo y yo terminábamos convenciéndole. Pero llegó un momento en que ya no pudo aguantar más.

P. ¿A qué momento se refiere?

R. Cuando se dirige por carta a la Ciudad para decirle que quiere dejar la presidencia. Y hay una reunión donde participan los más allegados colaboradores de Juan Vivas. Nos dicen que la subvención se tiene que regir por la nueva ley del deporte y bla, bla, bla. No hay convenio. Y se nos adelanta que en enero, y bajo una serie de normas, se podrá saber qué dinero nos tocará recibir. Entonces, cómo el presidente podía atreverse a formar una plantilla para ascender... Fue una manera muy sibilina de echar al presidente.

P. ¿Se están cumpliendo esas normas?

R. No.

P. Si un día los aficionados deciden volverse al palco y gritarle a Ernesto Valero lo de: “Vete ya, vete ya, vete ya...” ¿Que le recomendaría?

R. Pues que se vaya sin pensárselo dos veces.
 

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