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ACTUALIDAD - MIÉRCOLES 1 DE FEBRERO DE 2006


zapatero. el pueblo

POLÍTICA / VIAJE OFICIAL
 

Aplausos y piropos en la visita
al centro de ancianos y al CETI

Zapatero también mantuvo una reunión con los representantes de las cuatro confesiones
 

Los ancianos del Centro de Día de Pensionistas que ayer visitó en Melilla el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le explicaron las dificultades para llegar a fin de mes por la carestía de la vida, aunque reconocieron que él \"tiene problemas más importantes, como el Estatut\". Durante su recorrido por este centro, en el que estuvo acompañado de los ministros de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y Sanidad, Elena Salgado, el jefe del Ejecutivo conoció los talleres de informática, pintura y manualidades que allí se desarrollan. Tras saludar con un \"muy buenas, por favor no se levanten\", se interesó personalmente por cada uno de los venerables alumnos, a quienes habló de la longevidad de sus dos abuelas, que -dijo- superaron los cien años.

Allí, una de las mujeres del taller de informática aprovechó la visita para escribir en la pantalla de su ordenador, no sin salero, acerca de \"los problemas que tenemos los jubilados para llegar a fin de mes con la pensión\", lo que suscitó la atención del presidente, quien leyó el escrito de la señora y no pudo reprimir una carcajada ante la mención del Estatuto catalán. También se interesó Zapatero por las máscaras de carnaval que elaboraban los pensionistas, quienes regalaron al presidente un marca-páginas y un cuadro al óleo que plasmaba un bosque otoñal. Con nervios, timidez e incluso un fuerte llanto de emoción recibieron los jubilados melillenses al jefe del Ejecutivo, quien ante las lágrimas de dos mujeres con discapacidad no pudo sino pedir: \"Que sean de alegría, ¿eh?\".

Tras visitar los talleres, Zapatero bajó al comedor y sala de ocio del Centro, donde bastante más animadas las señoras se daban codazos para asegurarse un buen sitio y una de ellas dijo a Efe: \"Estamos locas por verlo, es lo más guapo que ha parido madre, con esos ojos azules, y si le sacan defectos es todo por envidia\". \"¡Pero qué alto es!\", exclamaban otras, mientras el presidente recibía besos, achuchones e incluso caricias en la mejilla.

Además, los responsables de las instalaciones obsequiaron al jefe del Ejecutivo con una maqueta del nuevo Centro de Mayores que el Gobierno va a construir en Melilla y le instaron a que la coloque en su despacho en La Moncloa.

Visita al CETI

El presidente del Gobierno también visitó el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla entre aplausos de los ochocientos extranjeros que allí residen, quienes aprovecharon para reclamarle \"papeles\" con el fin de regularizar su situación en España. Zapatero, quien en la declaración que realizó tras su entrevista con el presidente melillense, Juan José Imbroda, ya había abordado el problema de la inmigración, recorrió las instalaciones del centro acompañado de los ministros de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y Sanidad, Elena Salgado.

Tras acceder en coche al recinto, muy próximo a la valla fronteriza con Marruecos donde se registraron las avalanchas de inmigrantes del pasado año, Zapatero saludó al director del CETI y a representantes de las ONGs que allí colaboran, entre ellas Cruz Roja, Cáritas y Melilla Acoge.

El jefe del Ejecutivo escuchó allí los primeros aplausos de los inmigrantes, a muchos de los cuales saludó personalmente mientras otros proferían sonoros gritos o hacían sonar un silbato para llamar su atención y coreaban las palabras \"residencia\" y \"papeles, por favor\".

También se interesó por los niños subsaharianos que, en brazos de sus madres, seguían perplejos el alboroto provocado por la visita del presidente del Gobierno, quien recorrió dependencias como la enfermería y la que será la guardería del centro.

Hubo, incluso, algún inmigrante que aprovechó para inmortalizar el momento con la cámara de su teléfono móvil. Los aplausos y saludos en medio de aglomeraciones se repitieron cuando Zapatero abandonó el CETI para dirigirse a la Delegación del Gobierno, donde se reunió con representantes de las cuatro confesiones que conviven en Melilla: cristiana, musulmana, judía e hindú.

Una reunión que, inicialmente, no estaba prevista en la agenda del jefe del Ejecutivo durante su estancia en la Ciudad Autónoma.
 

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