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OPINIÓN - DOMINGO, 12 DE FEBRERO DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El necesario consenso del Estatuto de Autonomía

Las voces críticas fuera del ámbito de la llamada Comisión Informativa que estudia, planea, proyecta y trabaja sobre la propuesta del nuevo texto, no terminan por ayudar a la elaboración -por consenso- de un texto que debe necesariamente recoger todas y cada una de las especificidades de la actual Ciudad Autónoma de Ceuta.

Los tiempos nos ha deparado la historia tal cual la vivimos en estos instantes. La realidad socio-político-religiosa de la pluralidad ceutí es una evidencia que debe ser, además de enriquecedora -lo es ya por sí misma-, plasmada en el nuevo texto que nos definirá y nos caracterizará en los próximos veinticinco años.

Dentro del más absoluto respeto a la vigente Constitución española que tiene que ser y debe ser la guía a seguir para incorporar la propuesta del nuevo Estatuto ceutí, la Comisión Informativa cuenta con la obligación moral, ética y política de trabajar hacia el objetivo mandatado por el Pleno de la Asamblea de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Aprobar por unanimidad el proyecto del nuevo texto; presentarlo en absoluto consenso para su aprobación es el objetivo. Todo lo que se salga de ahí resultará fatídico para el futuro inmediato de la Ciudad.

Apelar a la serenidad, congruencia y a la altura de miras no tendría que ser una petición de los ciudadanos a nuestros representantes políticos sino que ellos mismos deben ser los que marquen, al resto, el camino del encuentro y no del desencuentro; deben ser ellos lo que mantengan el sentido de la responsabilidad política y el pragmatismo exigible en unos tiempos en los que son ellos, los veinticinco miembros de la Cámara representativa ceutí, los que tienen en sus manos la elaboración de un marco justo donde se encuentren todos los ceutíes incluídos.

En el convencimiento del grado de responsabilidad política de nuestros representantes políticos, sólo podemos desear dinamismo y capacidad de entendimiento en la Comisión.
 

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