Ahora que le ha dado a todo
quisqui por el asunto de la “memoria histórica”, que todo el
mundo habla de ella, pero que nadie dice lo que es o al
menos lo que significa, los que han llegado a cierta edad, a
esa edad en que lo mejor que se puede hacer es ir repasando
lo que ha sido uno, mientras le dan el yogourt
correspondientes con el babero incluido para evitar que se
manche, deberían tener “memoria”, esa “memoria histórica” de
la que tanto se habla, para evitar tener que decir chorradas
queriendo, con ellas, ocultar su verdadera historia que, por
supuesto, conocen todos los que tienen algo de “memoria” y
que han vivido o leído, precisamente, algunos de los pasajes
de esa historia de los personajes, que por muchas chorradas
que digan para tratar de ocultarla, su historia está ahí y
no se puede tergiversar.
Santiago Carrillo acusó, en Sevilla, a algunos responsables
políticos de la derecha española de “incitar al asesinato de
Zapatero”. No cabe mayor chorrada dicha por este personaje
que con lo que largó en la Universidad de Sevilla sólo vino
a poner al descubierto lo peor de su pasado.
Porque la historia, Santiago Carillo, está ahí escrita para
conocimiento de todos los españoles. Y su historia,
precisamente, la escrita de verdad, no la que algunos se
empeñan en querer contarnos, no le deja en muy buen lugar.
Por eso, sencillamente por dejar que nadie se acuerde de
historia pasadas, entre otras de la suya, se debería estar
calladito evitando, decir chorradas .
Aquí, en la España de hoy, nadie va a matar a nadie, ni
nadie va a incitar a nadie, a asesinar al presidente del
gobierno de todos los españoles democráticamente elegido y
al que se le debe un respeto, guste o deje de gustar las
actuaciones que esté llevando a cabo.
Su reloj se le ha parado en el tiempo. Ya no se mata a nadie
por las espaldas de cara a una zanja y a pesar, de que un
par de generales fueron a ponerlo en conocimiento de quien
tenía el poder para impedirlo, se siguieron cometiendo esos
asesinatos .
Ya nadie se cree lo del aquel paraíso, que le contaban a los
pobres ignorantes, haciéndoles creer que todos eran iguales
y donde se vivía de aquí te quiero ver. Bastó que se viniera
abajo un muro para ver que, en aquel paraíso, nada más había
hambre y miseria. Ahora,eso sí, vivían de aquí te quiero
ver, todos aquellos que comían a mesa y mantel pero que,
servían de propaganda en el exterior contando, siempre, el
mismo cuento del mejor paraíso en el que se podía vivir.
Y en parte llevaban razón, todos estos cuentistas, vividores
del cuento, cuya vida era como las de los dioses mientras
miles de criaturas, por defender la misma causa estában en
las cárceles, pasando todas las necesidades del mundo.
Recuerdo, en la fiesta de L´Humanité, en un pueblo francés a
cuarenta kilómetros de París, cuando había que contribuir a
la causa y se pagaba por un vaso de vino español, ,en los
año sesentas, unas dos mil pelas de las de entonces.
De pronto se anunció la llegada del camarada Carillo y
apareció un pedazo de coche del que descendieron cuatro
individuos tipo armario ropero de cuatro puertas escoltando
al camarada.
Un amiguete, comunista convencido de muchos años de
militancia, cuando vió el grandioso espectáculo de la
llegada del camarada gritó con todas sus fuerzas ¿Esto es
para contribuir a la causa o para qué este viva como un
dios?. A renglón seguido sacó de su bolsillo, su viejo carné
de militante del partido y lo rompió.
Comprendo, perfectamente, que los años no pasan así porque
sí. El paso de los años va deteriorando nuestro cerebro que,
cada vez, cuenta con menos neuronas que no nos da la
repuesta exacta en cada momentito y, quizás, por esa razón
nos dedicamos a decir todas las chorradas del mundo, como si
el mundo no conociera la verdad. Y es que, con el paso del
tiempo, se empieza a perder la memoria, se nos para el reloj
en los años que teníamos memoria.
Un consejo, dele cuerda al reloj y pongálo en el momento en
que vivimos pensando, siempre, que la historia, la verdadera
historia, está ahí y ni el paso del tiempo la puede borrar.
Y como no hay uno sin dos, para que no faltase de nada, hace
su aparición, Arzalluz ese que fue presidente del PNV sin
ganar unas elecciones, que cuando habla no se le entiende
nada de nada y que en sus viajes a Alemania, cuando era
cura, le llamaban el cura nazi, para decir otra gran
chorrada.
Está visto que los años no pasan, simplemente, por pasar y
que las neuronas, de algunos personajillos, patinan más que
el embrague de un cuatro latas.
El Arzalluz dijo que:”El PNV ha acatado la Constitución,
pero advirtió que si los jueces siguen actuando contra ellos
los nacionalistas vascos podrían llegar a impugnar el
régimen constitucional”.
Y todo, porque los jueces, como es su deber, quieren que se
cumpla la ley.
En fin, amigo guardia, hasta cuándo tendremos que soportar
que estos personajes, digan chorradas.
|