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OPINIÓN - LUNES, 03 DE JULIO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Los Conspiranoicos
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Ustedes se consideran conspiranoicos? Ya saben, de los que creen aunque sea a pies juntillas la Teoría de la Conspiración y que el Orden Mundial se bambolea a expensas y estímulos de un siniestro conspirar de fuerzas ocultas. Cuando llegó el año 2000, los milenaristas que preconizaban el fin del mundo y todo tipo de calamitosas majaderías, se alzaron con el título de conspiranoicos mayores del invento y los periodistas nos acusábamos mutuamente de creer en malévolas conspiraciones, tanto por parte de las multinacionales farmacéuticas para retirar del mercado la patente de la vacuna anticaries, como por parte de la CIA, cuando no, como mi padre y algunos de su generación, tener como libro de cabecera “Los protocolos de los Sabios de Sion” que le echan a la internacional sionista la culpa de todo cuanto subterráneo se mueve en el planeta. Ejemplo de pueblo netamente conspiranoico es el pueblo palestino, ya saben esa especie de estado que se sustenta sobre los dineros de los “primos” de la UE y que es el que tiene la mayor lista de agravios de la Historia Moderna, junto con los kurdos de Turquía que van siempre de agraviados y los albaneses que, si no levantan cabeza, es por culpa de los serbios y de las retransmisiones de la radiotelevisión italiana que sigue teniendo como símbolo centenario a Rafaela Carrá y sus patéticas contorsiones.

Servidora ha pasado siempre un pelín de conspiraciones, pero ahora, con los años y los hechos, las eventualidades y los sucesos, comienzo a estar de alguna manera mosqueada, rectifico, no estoy mosqueada “de alguna manera” sino a lo bestia, más mosqueada que un pavo oyendo una pandereta. O yo no entiendo nada por mi torpeza o tienen razón quienes murmuran en el país de los murmullos y de la mala leche, que la famosa Operación Malaya con todos los concejales marbelleros en la cárcel y los empresarios, promotores y constructores tremendamente salpicados, es un montaje para llenar los telediarios y hacer que los españoles olviden los temas fundamentales y realmente preocupante. Esa es una estrategia más vieja que Marujita Díaz y sus pelucones y resulta bastante burda para quien es capaz de leer entre líneas. Pero dicen los desconfiados que salió lo del Estatuto Catalán y la consagración de Cataluña como nación, comenzando por ahí la ruptura de España, pero todos estábamos muy entretenidos con los vaivenes de Marbella, “interesaba” que se liara en un lugar tan poco conflictivo y tan profundamente español como es el sur del sur y que se liara por prevaricación y un montón de delitos. Mientras tanto los independentistas de Ezquerra Republicana de Cataluña, gracias a la denuncia de un funcionario desesperado, se vieron en la inmensa cagada de tener que explicar la extorsión y las coacciones al funcionariado de la Generalidad, que tenía que darles dinero a los de Ezquerra, en plan impuesto revolucionario, para seguir manteniendo sus puestos de trabajo y ganando el pan de sus hijos.

Eso en Marbella hubiera supuesto entradas y registros domiciliarios, con esposa muerta por infarto del disgusto incluida al ver llevarse esposado a su cónyuge, calabozos atestados, cámaras de televisión e incremento de la población penitenciaria malagueña, envuelto en un sabroso tufillo a escándalo. Lo hubieran repetido hasta la saciedad. Porque con la españolísima y andaluza Marbella se atreven. Con quienes no se atreven es con las boñigas independentistas del puerco de Carod Rovira, ese renegado traidor antiespañol, ahí, en los dineros de la extorsión de Ezquerra, prefirieron no meterse y pasar de puntillas, maldiciendo los telediarios que daban la noticia. Y nadie fue a la cárcel. ¿A que les sorprende? Pero es normal. Los cojones se usan y se gastan en la fiel y leal Andalucía, porque echarle cojones a los vascos y a los catalanes es algo mucho más serio y más comprometido.

En una palabra: para gozar de favores y trato especial hay que ser nacionalista, traidor, etarra o puta. ¿Qué por que puta? Porque las pilinguis no pagan impuestos ni IVA, el impuesto sobre la renta que, en su caso comprendería la labor de la ingle, no cuenta para ellas y la empresa la llevan directamente a la altura de las partes pudendas y lo que se lava y se estrena, no tributa, todos son ventajas y los gastos mínimos, una cama o camastro, un número de teléfono móvil e imaginación para anunciarse en prensa en el apartado de anuncio llamado “relax” con reclamos tan sutiles como “Valkiria do Santos, ama dominante, beso negro” o “Conejitos calientes, viciosas, griego sin”. Los únicos que se lucran con el puterío, aparte de las de la nocturnidad, son los periódicos, si vieran ustedes los de Málaga alucinarían, algunos anuncios son de publicación pornográfica, pero la gente ve normal que las putas, criaturitas, se busquen la vida y la clientela entre los rijosos patrios. Aunque yo prefiero las putas a los nacionalistas, porque, como me estoy volviendo conspiranoica, pienso, que la próxima porquería que nos hagan, como reconocer que Galicia es una nación y Matalascabrillas del Duque una realidad nacional en el reino de Taifas que fue España, en la próxima porquería, tendrá que existir una tercera parte de la Operación Malaya y meter a un puñado de abogados en la cárcel, abogados españoles se entiende, que no abogados batasunos ni a esas lesbianorras rapadas con toga que defienden a los criminales, para enganchar a esa basura hay que tener y echarle al tema muchas pelotas, porque esos muerden. Los trajinosos de la Operación Malaya, la tonta de Mari Sol Yague, el despabilado Roca, los abogados madrileños, los concejales, esos no muerden, esos tragan y no amenazan con matar ni matan a nadie. Con ellos ya podrán.¡Vaya mierda! ¿Han vivido ustedes tiempos tan hipócritas y viles como los que nos están tocando padecer y vivir? Montajes y montajes, cortinas de humo y contubernios, no judeo masónicos sino político mediáticos. ¿Qué esa es una reflexión típica de quien ve por todas partes conspiraciones? Pues que quieren, yo veo conspiraciones, montajes y mamoneo, será que, a mis años de adolescente reciclada me estoy volviendo claramente conspiranoica.
 

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