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SUCESOS - JUEVES, 06 DE JULIO DE 2006


agente en el lugar de los hechos nicol's

TRIBUNALES / AUDIENCIA PROVINCIAL
 

El camerunés reconoce sin
dudar a los dos imputados

Asegura que “nunca olvidaré sus caras” y que no apareció antes porque nadie lo había avisado no por estar escondido
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

La comparecencia, ayer, de L.D.T.O. en el juicio por el asesinato del camerunés que se sigue en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta permitió continuar el juicio suspendido el pasado 14 de junio.

El subsahariano, también originario de Camerún, explicó, con la ayuda de un intérprete de francés, que no había acudido a la anterior convocatoria del juicio porque no se había enterado al haber cambiado de domicilio y no por estar escondido.

En su declaración, el hombre explicó cómo acontecieron los hechos que desembocaron en el asesinato de su amigo y reconoció sin ninguna duda a los dos acusados como las personas que los llevaron al monte próximo al Arroyo del Infierno: “nunca olvidaré esas dos caras”.

A pesar de reconocerlos a ambos, señaló a H.M.A. como la persona que habría asestado las puñaladas mortales al fallecido “porque era mi amigo quién estaba sentado detrás de él, el otro intentó agredirme a mí”.

Como era de esperar, su relato de los hechos no coincidió con el de los acusados más que en la disputa que tuvieron en la estación marítima. Según el testigo, que acudió en calidad de protegido, su amigo habría conocido a una persona que le habría propuesto hacer un pase de hachís a Algeciras a cambio de pagarles 12.500 euros a cada uno. Esa persona, les habría presentado a uno de los acusados H.M.A. que, presuntamente, iba a ayudarles a montar un locutorio en Ceuta. L.D.T.O. reconoció que ambos habían aceptado el trabajo pero que, al llegar al puerto y ver la mercancía, “nos entró miedo y dijimos que no”. El intermediario les habría dicho que era tarde para echarse atrás y, aunque quisieron devolverle el dinero, éste no lo aceptó por lo que se compraron un billete de barco para regresar a Madrid sin coger la mercancía. Poco antes de embarcar, y siempre según la versión del testigo, apareció H.M.A. y le pegó un puñetazo lo que alertó a la Policía que les condujo a los tres al puesto de la Guardia Civil en el puerto.

El imputado le contó a los agentes que los subsaharianos le habían robado joyas y dinero y todos fueron conducidos a la Comandancia de la Guardia Civil donde permanecieron detenidos tres días. Al salir de allí, el segundo imputado estaba esperando a H.M.A. para llevarlo a casa y ambos invitaron a los cameruneses a tomar un café. Ellos aceptaron y fue entonces cuando los llevaron al monte y comenzaron a agredirles en el interior de un vehículo de tres puertas.

H.M.A. salió del coche y movió el asiento del conductor para que el fallecido saliera y pudiera agredirlo en el exterior, este momento fue aprovechado por el testigo para huir por lo que no vio el momento de la muerte. Fue entonces cuando pidió auxilio y encontró al guarda del Arroyo que avisó a las autoridades y a emergencias.

En su declaración el testigo dijo que Y.A.H, el otro acusado, también había estado pero que él no había visto que agrediera a su amigo.
 


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