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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 12 DE JULIO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¡Poderío!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

El artículo de hoy de esta modesta escribidora o de servidora de ustedes, articulista, la que del hambre perdió la vista, está directamente dirigido al Delegado de Gobierno de ustedes. ¿Qué por que no me dirijo al de Málaga? Porque me parece un simple, mientras que a los Delegados de Ceuta los Mandamases les escogen con pinzas y han de tener unos curriculums de cojones para ocupar el puesto y tienen que ser un mix entre cautela y rotundidad, es decir, ser antes que nada diplomáticos sin que ellos signifique el tener que cogérsela con papel de fumar, con perdón de la expresión.

¿Qué si voy a mendigar un lucrativo puestecillo de palmera o agitadora del botafumeiro al Sr. Delegado? No, le voy a solicitar algo más sencillo e infinitamente más justo, les daré como pista una estrofa de la canción de Juanito Valderrama “Te voy a jasé un rosario, con las cuentas de marfil…” ¡Poderío el de Juanito! Y palabras me van a faltar para componerle un pasodoble al delegado si gestiona mi petición : quiero un rosario.

Y el me lo puede conseguir. No se trata de cualquier rosario, sino de uno entre dos que, como católica, me emociona, me lleva al misticismo y alumbra mi alma con sus bellas letanías. ¿Qué me aclare? Vale. El pasado sábado, cuando nuestro Benedicto 16 acudió a Valencia y tuvo la caridad de hacerse la foto con tres ateos convictos y confesos como son el Zetapé, su inquietante y reseca esposa y la gurrumina María Teresa Fernández de la Vega, ninguno de ellos asistentes a la Santa Misa del domingo, fuera a ser que, al alzar la Sagrada Forma para la consagración empezara a salirles humillo y la cabeza a darles vueltas como a la niña del Exorcista. El Santo Padre regaló a las señoras, disculpen ustedes, he querido decir a las dos tipas anticristianas, dos bellos objetos que confundieron al portavoz de la Moncloa que se apresuró a decir encantado, para congraciarse con los católicos y ver que, al Papa, los ateos no le caen tan mal, que el Sumo Pontífice, les había regalado “dos collares de perlas” ¡Poderío y culturón! Resulta que, el Hombre de Dios le ofertó a las dos arpías dos santos rosarios consagrados, tremenda indirecta o deseo de exorcizarlas, pero instrumentos piadosos absolutamente inútiles, incómodos y hasta ofensivos para las dos mujeres. Y eso es lo que deseo, que el Delegado de Gobierno interceda por mí, escriba a la Sonsoles y a la vicepresidenta y les cuente que, en Ceuta, hay una modestísima periodista que no pudo acudir a rezar con Su Santidad por su escasez endémica pero que ansía uno de esos rosarios tocados por las manos del representante de Dios en la tierra. Para mi son muy importantes. Ellas no los quieren y si un caso, los utilizarán a modo de anécdota o souvenir de unas creencias que no comparten. De hecho, tanto la Sonsoles como la otra están disfrutando de una maravillosa calidad de vida, de ser imagen de la carísima y trepísima diseñadora de las millonetis, Elena Benarroch, la mujer del presidente y de tener un guardarropas fenomenal la otra, de cochazos, mansiones, escoltas y privilegios gracias a los votos de gente sencilla igualita a mi pero que, a diferencia mía, se acojonó con los atentados del 11 M y pensaron que con los peperos en el poder, coleguitas de los americanos, los terroristas integristas del puto pan pringáo iban a tener a España entre sus cejas morunas, mientras que, si ganaban los de enfrente, el Bin Ladén se tranquilizaría y atacaría a otros. Todo menos valor y poderío. El pueblo español se cagó y se bajó los pantalones, mea culpa, aunque todos tienen derecho a medrar, a chupar y a gozar de privilegios ¡criaturas! Tampoco los del PP tenían arrendado un cortijo de por vida y el cuadernito azul donde Aznar apuntaba decidiendo lo que le salía de las pelotas sin contar para nada con las bases y sin congresos democráticos para elegir al sucesor, el dichoso cuadernito azul nos tenía a los españoles más quemados que el cenicero de un bingo. Un leve varapalo en la cerviz no les venía mal ¡Jódete Aznar! ¡Poderío!.

Quien no quiere joderse ni encabronarse ni ponerse bandía, con perdón de las alocuciones, es servidora de ustedes, de hecho, a quien me baje de internet ese Padrenuestro maravilloso trinado por la voz de ángel de Monserrat Caballé, le prometo que le compondré una poesía con versos alejandrinos. Pero quiero el rosario y quiero poseer grabado el Padrenuestro con su fondo de violines ¿Qué no eran violines? ¿Qué era una orquesta de ángeles del cielo? No, si ya me decía yo…¿Qué pechá de llorar! Me agarraba la garganta, pero no para estrangularme, sino de ganas de poder abrir la boca y que surgiera de ella esa oración cantada que hizo saltárseles las lágrimas a millones de creyentes, me dolían las cuerdas vocales ante mi imposibilidad de cantar la plegaria, mientras Su Santidad escuchaba con los ojos húmedos y yo, en mi modesta Villa Solita, ante el televisor, me sonaba fuertemente, chocada por la emoción. Delegado: Yo por las mañanas me alargo a las siete y media al kiosco a por el periódico y a tomarme un cafelito y le confesaré que aprovecho la quietud marinera de mi modesto entorno, que despierta al día, para ir rezando ¿Usted se figura lo que sería para mi el rezar con uno de esos rosarios que esos mindundis confundieron con collares de perlas? Y hacerlo oyendo en lo que en el Palo llamamos “hipo” ese Padrenuestro de ángeles cantores ¡Eso, Delegado si que es poderío!.

Le digo, le cuento ¿Para que los quieren ellas? Tienen de todo y todo les es dado, mientras que yo lo poco que tengo es fatigosamente currado y sudado, pues pueblo del pueblo soy, la biznieta de un esquilador que se compró una vez unos zapatos y se los ponía en una ocasión al año para ir al médico al pueblo de Terque en la Almería profunda, allá donde enloquecía la rosa de los vientos y pasaban miseria hasta los lagartos , pero tal vez por eso, por ser una calorra hispanorrifeña, con menos raíces que un clavel de plástico, pero con dos grandes amores que me inculcaron a collejas :Mi Dios y mi España, me sé y me siento persona muy principal y digna de poseer, como cristiana un rosario regalado por el Santo Padre. Me haga el favor Delegado, me lo consiga y cuando me lo entregue, le juro que le diré en muestra de mi eterna gratitud una sola palabra ¡Poderío!.
 

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