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SOCIEDAD - SÁBADO, 22 DE JULIO DE 2006


alumnos con sus diplomas. nicol's.

formación / cursos
 

La alfabetización tecnológica,
básica en la inserción laboral

Más de un centenar de personas de las barriadas periféricas recogieron ayer sus diplomas. La mayoría espera que este primer paso le abra las puertas del empleo
 

CEUTA
Laura Fernández
laurafernandez@elpueblodeceuta.com

¿Me puede dar usted su correo electrónico? La pregunta aparece en casi todas las entrevistas de trabajo. También tomando una copa e incluso en el supermercado, para enviarle novedades. Tener una cuenta en Hotmail, chatear con un amigo de China en el ciberespacio del Messenger, entrar en un weblog o consultar su cuenta bancaria por Internet está a la orden del día. Pero tal vez no para todos. Acabar, en la medida de lo posible, con la conocida ‘brecha digital’ –la fisura que separa a los alfabetizados tecnológicamente de aquellos que desconocen los nuevos entornos- fue el objetivo de un curso al que han asistido más de 200 ceutíes.

Dar a conocer las Nuevas Tecnologías fue el propósito de la Academia Ecos que, junto a la “empresa pública” Procesa, impartió los cursos de Alfabetización tecnológica en barriadas periféricas de la Ciudad Autónoma. En cinco: Residencial Don Alfonso, Los Rosales, Príncipe Alfonso, Varela Valiño y Villajovita.

Las alumnas –pues la inmensa mayoría eran mujeres- asistieron, desde el 21 de marzo hasta el 21 de julio, a cursos de cinco horas diarias por una beca de 400 euros en los cuatro meses. Dinero de los Fondos de la Unión Europea. Los objetivos de estas personas, -dedicadas a cuidar de la casa o desempleadas- eran variados. Algunas eran analfabetas y jamás habían trabajado con un ordenador. Otras, que ya se habían asomado a la ventana de la red de redes, buscaban un empleo.

Y el resultado ha sido “muy positivo”, según organizadores, coordinadora y alumnas. En la clausura, celebrada ayer en el auditorio de las Murallas Reales, las alumnas atendían en un silencio rotundo. Muchas de ellas tal vez se preguntaban “¿y ahora qué?”.

El responsable de Procesa, Ismael Dris y el director de la Academia Ecos, Juan José Díaz García, presentaron lo aprendido a lo largo de este tiempo. Un total de once profesores, repartidos en las cinco aulas –cada una de ellas con doce ordenadores, uno por alumno- se encargaron de enseñar programas básicos de Ofimática e Internet. Este curso “es el primer paso”, según los organizadores, de una lista de iniciativas que se llevará a cabo próximamente.

Una ciudad singular

Ceuta es peculiar. La Ciudad tiene unas características que la hacen diferente y que generan un entorno en el que hay mucho por hacer. Ismael Dris explicó que la inmigración, el analfabetismo, las actividades que generan una economía sumergida y los entornos proclives a la marginación producen “graves dificultades de inserción laboral”.

Para lograr este objetivo, -el primero del curso-, el equipo de Procesa visitó 487 empresas, de las que 72 aceptaron contratar a estudiantes de las clases. Por el momento, 53 ya están contratadas y otras seis los estarán en breve. Por lo tanto, cerca de 60 contratos en la fecha de finalización de un curso “básico” refleja un dato “muy bueno”. Sin embargo, esta primera puerta no garantiza un empleo. “Nosotros seleccionamos alumnos con el perfil que el empresario reclama, pero es él quien decide qué persona ocupará la plaza”, recordó. La selección queda en manos del empresario. “Del mercado laboral “que se nutre de las Nuevas Tecnologías”. Cualquier persona que quiera buscar trabajo hoy en día “sabe que la primera fuente para encontrarlo es Internet”.

Constancia

No todo el mundo persevera. Muchos alumnos –se inscribieron cerca de 400- prefirieron tirar la toalla a lo largo de los cuatro meses del curso. Finalmente, fueron 140 los que ayer recogieron su diploma. Para un niño es más fácil manejar el ordenador “que para muchos de vosotros”, porque “lo han asimilado de forma natural”, recordó el representante de Procesa.

Miedo al ordenador

Muchos alumnos estaban aterrados ante la posibilidad de romper la computadora. No sabían encender, ni apagar, “y a veces reiniciaban de nuevo”, recordó José Luis, uno de los profesores. Vanesa Agustín, coordinadora del curso, aseguró que el objetivo fue que el alumnado “supiera manejar con naturalidad un ordenador”. Pero insistió en que “hay que seguir formándose”.

Los requisitos para poder participar en el curso eran, entre otros, el número de hijos, que no hubieran visto prácticamente nunca un ordenador y “que realmente aprovechasen el curso”. Hay gente que “nunca” había salido a la calle, “excepto para comprar. Es gente que estaba muy dedicada a sus hijos, a su casa y a su marido”, aseguró la coordinadora. Las iniciativas, ahora, se han multiplicado. En este sentido, “están locos porque salgan otros cursos” y se preguntan “qué vamos a hacer ahora por las mañanas”.

Alumnas encantadas

María Gloria Bejarano le dijo a algunas de sus compañeras, “a las jovencitas”, que ésta “era una oportunidad de oro”. Y no precisamente porque fueran a repartirse los lingotes sorteados hace apenas dos días, sino porque “el curso ha sido una maravilla, con profesores excelentes que nos han dado cariño y, en definitiva, amistad”.

Ella estudió con Mónica, en Villajovita, el turno de tarde. Aunque ya había navegado por Internet gracias al apoyo de sus hijos, en las clases aseguró que se dio cuenta “de que no sabía prácticamente nada”.

Aunque a veces se hizo largo, ella lo realizó porque le interesa trabajar. Sus ambiciones, como las de muchas amas de casa que fueron al curso, van más allá de las tareas domésticas: “Soy una persona a la que le gusta aprender continuamente y de estar en la calle”. Agradeció a Procesa y a Ecos la oportunidad de la reinserción laboral y aseguró que la finalidad es “avanzar y no quedarse estancada”.
 

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