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OPINIÓN - LUNES, 24 DE JULIO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¡Ay Doctorita!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

La práctica del Derecho Penal es una asignatura humana impagable, al alcance de algunos afortunados que se licencian en Leyes. Impagable porque te hace entrar en contacto directo con una Humanidad que sufre y que se encuentra especialmente desprotegida, donde hay de todo : auténticos cabronazos que pagan lo que deben y víctimas de la injusticia institucionalizada.

Pero, de funcionar el sistema a la forma a la que aspiran los de mi ideología y doctrina política que es la ciberderecha neoconservadora, la única manera de evitar el riesgo de jueces y juezas ensoberbecidos y justicieros impartiendo su santa voluntad tras las mesas de los inaccesibles sancta santorum que son sus despachos, sería la obligatoriedad de, al menos tres años de práctica dura del Derecho Penal y uno como funcionarios o funcionarias de prisiones antes de acceder a la magistratura y a disponer sobre la vida y los patrimonios de las criaturas. Llegarían entonces a impartir justicia desde el conocimiento profundo de la vida y desde la experiencia vital, ricos en vivencias y con la inteligencia emocional y la empatía a tope. En el sistema actual de oposición, buena memoria y regalo de la pluma para firmar yo no creo. No puedo creer. Y lo rechazo desde lo más íntimo de mi espíritu con cierto sentimiento de repugnancia. ¿Qué por que me ha entrado hoy el arrechucho antisistema? ¡Que cojones! Porque me voy a tener que hacer eso de la tuberculina, la prueba de la tuberculosis, al haber estado en contacto con personas de riesgo, con familiares de los desafortunados presos de la brigada cuatro de la enfermería de la prisión de Alhaurín de la Torre. ¿Qué que ha pasado?. Pues eso, que tenían allí encamado a un pobre sidoso que era un foco de infecciones, absolutamente inválido y asistido por uno de esos ángeles de Dios que el Sumo Hacedor utiliza como instrumentos para paliar el dolor humano que son los llamados “internos de apoyo”.

Los internos de apoyo se dedican a ayudar a otros reclusos, una solidaridad hermosa entre hombres privados de libertad que es malamente compensada y poco agradecida por las Autoridades Penitenciarias a nivel Dirección General. Si, me estoy refiriendo a los lejanísimos despachos del Ministerio de Justicia y a sus elegantes funcionarios y a su exquisito Director General. Nada que ver con el chusmerío de los presos, ni con el gentucerío que se forma en las comunicaciones cada fin de semana. Los Poderosos son refinados y no se suelen mezclar con nosotros, porque olemos mal y contaminamos. Pero en el caso de los letrados, si olemos mal es por el cutrerío de los locutorios donde se llega a los cincuenta grados y chorreamos de sudorina comunicando con nuestra gente y si contaminamos, en mi caso concreto, es porque, en enfermería, se ha detectado un grave brote de tuberculosis en la persona del sidoso y todos los presos que se afanaban por ayudarle, limpiarle y mejorar un poco su miserable vida pueden estar infestados, y haber contaminado a sus familiares y los familiares a los letrados.¡Valiente jodienda! ¡verán ustedes como los jueces desde sus despachos y sus privilegios no se tienen que hacer la prueba de la tuberculosis! ¡Me cago en la leche! ¡Tengo un disgusto!.

¿Qué les cuente lo que ha pasado con mis clientes de la brigada cuatro de enfermería? Pues que, a las criaturitas las han aislado en un módulo terrorífico de Alhaurín: el módulo siete. Ese de los reclusos especialmente conflictivos y peligrosos, los que permanecen veintitrés horas al día chapados como animales y disfrutan tan solo de una hora de patio. Pero mi gente, mis clientes, no son peligrosos, sencillamente están enfermos y no tienen la culpa de que, el pobre sidoso al que se han llevado a toda pastilla al hospital a infecciosos, haya propagado los virus por todo el módulo, tocando también a los esforzados médicos y a las enfermeras que son tan buena gente. La mujer de un preso indocumentado, del que sospecho que puede ser nicaragüense o paraguayo porque ni el mismo se aclara, pero que tiene un cáncer que le corroe las tripas, acude a mi apurada “¡Ay doctorita! ¿Y si todos los enfermitos se ponen encima tuberculosos? ¿Y nosotras, las esposas, que hemos tenido comunicaciones especiales?” me llama “doctorita” porque, para ellos, los licenciados somos “doctores” y a mi ese “doctorita” me sabe a piña colada, a salsa caribeña, a la dulzura preciosa del español cantado por nuestros hermanos sudamericanos.

Mis presos enfermos aislados , doblemente presos, sin haber hecho nada malo, ni desobedecido el reglamento, ni tener otro pecado que ayudar a tope a otro pobre desdichado, preso como ellos, podrido del sida, están que rabian y con razón. Pero es inevitable en las atestadas cárceles españolas, mi gente reza y se encomienda, todos tienen su altarcito de devociones, las estampas pegadas sobre el camastro, la Blanca Paloma, la Estrella de los Mares, el Crucificado, la sonrisa luminosa de Juan Pablo II o la mirada chispeante de nuestro padre San Josemaría Escrivá (esta devoción la he introducido yo, porque eso del apostolado me mola a tope). Y Dios les sanará. Apuesten cualquier cosa, aunque en los nuevos once centros penitenciarios que está construyendo este gobierno ateo y anticristiano hayan decidido negarle a los presos el consuelo y el apoyo de las capillas. ¡Ay cuantas lágrimas recogen las capillas de las cárceles! ¡Y como llegan esas oraciones talegueras, blancas como palomas al corazón del buen Dios!. Pero los ateos que nos gobiernan nos arrebatan esa pequeña alegría espiritual. O se lo creen.¡Que les jodan! ¿O es que también quieren prohibir a mis presos enfermos sus estampas y sus devociones? ¡Ay del pecado contra el Espíritu Santo que cometen los gobernantes cada día y que, según la Biblia ni la sangre de Cristo puede redimir!. Vale, nos gobierna la niña del Exorcista y yo me voy al dispensario a que me pongan un banderillazo para ver si he pillado la tuberculosis y conmigo se viene la mujer del preso, esa que me dice ¡Ay doctorita!.
 

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