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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 7 DE JUNIO DE 2006

 

OPINIÓN / EL OASIS

La selección
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Uno es muy poco dado a ver la televisión. Confieso, eso sí, que acostumbro a comprar los partidos del Madrid y también a dormirme en los encuentros que empiezan a las diez de la noche, si acaso no juega el equipo merengue. Con la selección me está pasando ídem. Porque a mí me sucede lo que un día contó Schuster: que a partir de las once de la noche se le empiezan a cerrar las cortinillas, y principia a dar cabezazos. Y llegado a ese extremo todos sabemos que aparece el malhumor y ya nada de cuanto acontece en la pantalla despierta el menor interés.

De manera que no sé si ponerme a enjuiciar al equipo de España, tras haber hecho público que las pasé canutas para no perderme detalle del juego de los nuestros frente a rusos y egipcios. Dos partidos soporíferos y que han sembrado de dudas a Luis Aragonés. Quien está convencido de que sus seleccionados son muy buenos técnicamente. Y que, debido a ello, ha de primar en su juego mucha posesión de balón y tocar y tocar... Alega Aragonés que en el cuerpo a cuerpo sus futbolistas llevan las de perder, incluso enfrentándose a selecciones de mucho menor rango que la nuestra.

En vista de que tengo al seleccionador a mucha distancia de mí, y existen millones y millones de probabilidades de que no lea esta columna, me atreveré a llevarle la contraria al “Sabio de Hortaleza”: España no es tan buena técnicamente como él proclama y la posesión del balón no es sinónimo de victoria. Pues a buenas horas mangas verdes se ha dado cuenta Luis de que sus hombres se pasan la pelota sin avanzar y apenas hacen mella en los rivales. Los rusos jugaron con gran comodidad y no pasaron el menor apuro a la hora de defenderse. Hacían un repliegue intensivo y ello les bastaba y les sobraba para que ni Villa, ni Luis García, ni Torres, les pusieran en aprietos. Menos mal que los rusos en ataque sólo contaban con una jugada que repetían hasta la saciedad: los defensas pasaban en largo y al espacio libre a un delantero que se escoraba a la izquierda, pero que nunca llegaba a tiempo de hacerse con el balón. Contra Egipto se volvieron a repetir los mismos defectos y la victoria se debió más a la ineficacia de los del Nilo y, desde luego, a que su portero falló estrepitosamente en el primer gol.

Se queja Luis de la cantidad de balones que pierde su equipo en el medio terreno y de la falta de llegada al marco contrario con más rapidez y mayor precisión. Pero él insiste en situar a Albelda como escudo de la defensa. Un error que no quiere reconocer. Cuando Senna ha venido demostrando en el Villarreal que está capacitado para hacer labores de recuperación y su manejo de balón es superior al del valenciano. Sin Albelda el equipo no se resiente defensivamente, tiene más movilidad y el balón es mejor jugado desde atrás.

Otro problema está en la defensa. No se cansa Luis de decir que los laterales han de subir por sus pasillos y centrar. Una tarea que a Sergio Ramos le cuesta lo indecible y que Antonio López tampoco practica con éxito. Y qué decir cuando se les presenta la oportunidad de driblar a su oponente y abrirse camino hacia la portería rival. Se les ve a la legua que carecen de recursos. En cambio, no tiene ningún reparo el seleccionador en airear que le gusta más Ramos de lateral. Y a mí me sorprende que un hombre tan experimentado en los banquillos no piense lo siguiente: la selección está jugando con dos centrales que sólo manejan la pierna derecha. Ramos y Puyol, por necesidades del guión, pueden intercambiar posiciones. Pero Pablo es hombre muerto en la izquierda. Algo que no se le debe escapar al seleccionador, porque puede cambiar el rumbo de un partido. Este detalle es merecedor de más explicación.
 

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