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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 28 DE JUNIO DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Rentabilidad social o riqueza económica

La Ciudad Autónoma celebró ayer la Junta General anual en la que se aprobaron las cuentas de sus ocho empresas públicas, a saber: Servicios Turísticos de Ceuta, Amgevicesa, Obimasa, Emvicesa, Procesa, Acemsa, Servicios Tributarios y Radio Televisión de Ceuta. La Junta aprobó sobradamente estas cuentas con los votos populares, aunque los partidos de la oposición votaron en contra de algunas de ellas, como Servicios Turísticos, Obimasa, Emvicesa, Procesa o Acemsa, por considerarlas deficitarias y una carga para la Ciudad Autónoma, que bien podría ceder estos servicios a modo de concesión.

Teóricamente, una empresa pública busca la rentabilidad social sobre la rentabilidad económica típica de las empresas privadas. La gran mayoría de las ciudades y estados del mundo controla empresas con diferentes fines, que pueden ser proveer servicios públicos, incentivar la producción del país o generar empleo. Esta es la razón principal por la que una empresa es gestionada por un organismo público, la de anteponer el interés general de los ciudadanos a la mera rentabilidad económica, si bien sería deseable que las empresas municipales pudiesen refinanciarse con el ejercicio de su propia actividad, es decir, con el cobro del servicio que prestan.

Acemsa se encarga del abastecimiento de agua y la red de saneamiento, Procesa de la promoción y desarrollo de inversiones, Emvicesa de la distribución del suelo y la promoción de viviendas, Amgevicesa gestiona los servicios de aparcamiento y grúa (además del reciente teléfono 112), Obimasa realiza obras menores... Todas estas empresas realizan una labor que garantiza que los servicios de su competencia lleguen a la ciudadanía. Algunas de ellas, como Procesa y Servicios Tributarios, pretenden dar un paso más y convertirse en órganos autónomos para asegurarse un poder sancionador que dé agilidad a su gestión. Todo correcto, pero sin olvidar que debe tenderse a la solvencia económica.
 

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