DEPORTES - DOMINGO 5 DE MARZO DE 2006

 Un diluvio fue lo que hubo de vivir la expedición de la Asociación deportiva Ceuta en tierras onubenses en la tarde de ayer, y cuando tan sólo se había jugado 44 minuto de juego, el colegiado del encuentro señaló el camino del vestuario, ya que el esférico no rodaba sobre el albero, que era un puro barrizal.

El partido comenzó con una fina lluvia, pero con un fuerte viento, pero en el 25’ comenzó a llover con fuerza, y durante diez minutos lo hizo torrencialmente, con lo que del 30 al 44 jugar al fútbol se convirtió en un infierno para los jugadores de ambos equipos. Y el colegiado no esperó si quiera a que finalizase la primera parte.

Para Manu León esta suspensión tiene dos vertientes, una positiva y la otra negativa. La negativa es que deberán de volver a repetir el viaje a Moguer y en la parte positiva, que el terreno de juego era impracticable, y que lo único que podía salir de aquel lodazal era algún jugador lesionado. Manu destacaba y agradecía el trabajo que sus jugadores habían realizado sobre el terreno de juego, dando total entrega durante los 44 minutos que duró el partido, que acabaron llenos de barro, y aseguró sentirse muy contento y orgulloso de lo que sus jugadores dejaron ver en Moguer.
 

Un partido que dominaba el Ceuta

El técnico del Ceuta, Manu León, comentaba, ya en el ferry de regreso a Ceuta, que se podría haber sacado algo positivo de este desplazamiento, porque a pesar de que el juego era equilibrado, durante los veinte primeros minutos de partido en los que sí se podía jugar al fútbol, tenían maniatado al Moguer.

“Creamos dos ocasiones claras, una de Alfredo que dejó sólo a Javi Hernández delante del portero y otra, en jugada personal de Antonio Prieto”, comentaba Manu León.

La ocasión más clara del Moguer llegó en el 40, con el campo totalmente enfangado, pero el partido no dio para más.

El técnico de la Asociación sólo piensa el Córdoba, y con los resultados del empate del Xerez en el campo del Zabal, y la derrota del San Fernando, por dos a cero ante el Balón, las cosas quedan como estaban.