PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES 8 DE MARZO DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Cordura y capacidad de las confesiones religiosas

El respeto y la tolerancia entre todos los ceutíes, con independencia de credos religiosos u orígenes étnicos, han de seguir siendo los pilares que sustenten una convivencia en paz. En consecuencia es rechazable de manera categórica cualquier comportamiento contrario a los mencionados valores.

Sentido común y calma para no poner en peligro la tranquilidad de Ceuta y su buena imagen es lo que se demanda desde el escrito rubricado por los representantes de las cuatro confesiones existentes en la Ciudad Autónoma.

La altura de miras siempre fue una llamada de atención que se ha venido realizando -sistemáticamente- desde este medio a sabiendas de que interesadamente se había hinchado artificialmente un globo de desconocidas consecuencias, ninguna de ellas buena.

El análisis de lo sucedido indica claramente, repetimos, donde queda configurado el epicentro del terremoto que pretendidamente se buscaba provocar.

El fin NO justifica los medios y quien así ha querido actuar debe encontrar clara y oportuna respuesta. Lo firmado por los representantes de las cuatro creencias que conviven en Ceuta condenan y rechazan a quienes han osado poner en solfa la tradicional buena convivencia existente en nuestros 19 kilómetros cuadrados.

Conocido, comprobado y aislado el ‘epicentro’ del movimiento pretendidamente sísmico, queda demostrado que el comportamiento mantenido ha sido diametralmente contrario a los valores expuestos por los representantes religiosos.

Lo demás, decíamos, habian sido malas réplicas en aprovechamiento de situaciones sobrevenidas. Peticiones de retirada de premios, anuncios de querellas... Lo justo, ya que hay leyes que regulan nuestra coexistencia ciudadana, es que sean los representantes judiciales quienes decidan sobre esta situación de marcado antagonismo social. Si hay Ley, ésta debe necesariamente que acatarse. Ante disparidad de opiniones y para evitar más crispación, lo mejor es que sea la Justicia la que nos indique el camino de lo real y de lo, por supuesto, justo. Todo lo demás sigue siendo gratuito.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto