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DEPORTES - JUEVES 16 DE MARZO DE 2006


Primera toma de contacto. NICOL'S

FÚTBOL / SEGUNDA DIVISIÓN B, GRUPO IV
 

Carlos Orúe, trabajo a contrareloj

La AD Ceuta realizó ayer en el Martínez Pirri el primer entrenamiento bajo las directrices del nuevo técnico jerezano
 

El jerezano Carlos Orúe retomó ayer el timón de la nave blanca, poniéndose por vez primera al mando de los entrenamientos de una AD Ceuta 2005-06 notablemente renovada, con respecto a la que dejase a mediados de 2002, y de la que se reencuentra solamente con cuatro hombres: Juanma, Berruezo, Guri y el griego Krios. El andaluz tuvo por tanto la primera toma de contacto con sus nuevos pupilos, con los que mantuvo largas charlas en una entrenamiento en el que primaron las indicaciones tácticas.

La plantilla blanca se vio obligada a realizar un cambio de planes durante la jornada de ayer y, en vez de llevar a cabo la sesión matinal en el Alfonso Murube -como viene siendo habitual cada miércoles lo tuvo que hacer sobre el artificial del ‘54, debido a las labores de fumigado que se llevaron a cabo durante primera hora de la mañana en la hierba del estadio municipal ceutí.

Con la única ausencia de Sergio Tejero, que debido a su leve rotura de fibras en el recto anterior de su pierna izquierda entrenó en solitario bajo la mirada del fisioterapeuta Alberto León, el resto de la plantilla ceutí siguió atentamente las indicaciones de un Carlos Orúe que trató de insistir en el trabajo táctico, con constantes repliegues desde el centro del campo hacia la portería. Bajo el grito de guerra: “vamos, que tenemos que cambiar el ‘chip’ del gol”, el veterano técnico jerezano reclamó a los suyos pases diagonales rasos y empeño en los últimos metros.

Tras una charla inicial con los algunos de los pesos pesados de la plantilla, entre los que se encontraban Juanma, Platero, Berruezo, Sandro y ‘Perita’, Carlos Orúe se dirigió a Rómulo Díaz y Nayim, quien durante la sesión de ayer se centró únicamente en la preparación de los guardametas Basauri, Novoa y Jaúregui, observando expectante desde el círculo central, en compañía del preparador físico, el tiempo restante de la primera sesión del jerezano al frente del equipo.

La recta final de la sesión estuvo dedicada a la disputa de un mini-partidillo en una sóla parte del campo y en la que participaron la totalidad de los jugadores a excepción del canario Moisés que permaneció realizando estiramientos musculares.

Orúe reconoce que agradecería la llegada de una persona de confianza

La llegada en solitario a la Ciudad Autónoma del nuevo técnico jerezano lanza una incógnita sobre la situación del que ha sido mano derecha de Ramón María Calderé al frente de la Asociación Deportiva Ceuta, Nayim. A pesar de que por el momento la directiva no ha mostrado intención alguna de que el ceutí pase a ocupar otro puesto dentro del club, manteníendolo en su cargo de segundo entrenador, Carlos Orúe se sinceró ante los medios y, en presencia de su nuevo presidente, reconociendo que “es la directiva la que tiene que decidir, pero teniendo en cuenta que viviré sólo en Ceuta y que realizo mucho trabajo en casa para lo cual necesito mucha ayuda, la llegada de una persona de mi confianza me sería de mucha utilidad”.

El jerezano aseguró tener muy claro quien sería la persona idónea que podría desempeñar esa función de apoyo, y que, a su juicio, le ayudaría a realizar muchos cambios necesarios en el equipo. Contrario a pronunciar su nombre e incidiendo en que la decisión depende de la directiva, Carlos Orúe de limitó a asegurar que se trata de una persona que ha trabajado junto a él en sus anteriores etapas profesionales, pero dejó claro que no se trata de su ayudante en la temporada 2001-02 Manuel Perdigones, al afirmar que “no es conocida en Ceuta”.
 


“Estoy convencido de que hay plantilla para salir adelante”

El presidente de la entidad, Ernesto Valero, fue el primero en tomar ayer la palabra en la presentación oficial del recién desembarcado Carlos Orúe, encargado de recoger el testigo en el banquillo del equipo blanco de aquí a las once jornadas que restan de temporada, tras la destitución -a última hora del pasado lunes- de Ramón María Calderé. El máximo mandatario del club ceutí se limitó a comunicar que “la llegada del nuevo míster, tan esperada por muchos, se produce con la esperanza de que sea capaz de llevar a este club a la posición digna que se merece”. Ernesto Valero evitó cualquier tipo de alusión a los motivos que habían llevado a la junta directiva a tomar la decisión del relevo técnico y finalizó su breve intervención agradeciendo la paciencia mostrada por la afición “con respecto a esta situación que estamos padeciendo”.

El veterano preparador andaluz, quien apuntó que a pesar de que tan sólo quedan cuatro jugadores de su primera etapa en el club -Krios, Berruezo, Juanma y Guri- “hay gente suficiente para salir adelante”, reconoció asimismo que “la plantilla es un poquito corta, algo descompensada y cuando hay alguna expulsión o lesión se nota”.

Una vez finalizada la primera sesión de entrenamiento, Orúe matizó que el estado anímico de la plantilla no es el mejor, algo lógico teniendo en cuenta la última derrota sufrida ante el Écija, pero no vaciló a la hora de asumir rápidamente sus nuevas responsabilidades indicando que “para eso estamos, para convencerles de hacer buen fútbol y buscar sesiones de mañana y tarde, y si hay que dedicarle más tiempo porque la situación así lo requiere, ellos tienen que aceptarlo, ya que nos corresponde un trabajo un poquito contrarreloj”. Con respecto al que será su primer encuentro al frente de la AD Ceuta esta temporada, Carlos Orúe prefirió no entrar en un análisis minucioso del rival, manteniendo que todos los partidos serán complicados. “Hoy en el fútbol y no sólo en Segunda ‘B’, sino en todas las categorías, hay igualdad máxima, pero además hay factores que intervienen en los diferentes partidos, como la situación anímica, que puede llegar a ser un lastre”.

Carlos Orúe, quien reconoció que tenía pendiente la visita a una tierra donde conserva muchas amistades, aclaró que si no lo hizo antes fue “porque en mi manera de ser no entra el venir a un campo donde sé que se me quiere y hay un entrenador pasándolo mal”. Haciendo alusión al buen recuerdo que le queda de su primera etapa en el Ceuta durante la temporada 2001-02, en la que se logró “el récord de 77 puntos”, insistió en que el mantener la categoría es cosa de todos, puntualizando que “los futbolistas tienen que poner muchísimo de su parte”.
 

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