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OPINIÓN - VIERNES 17 DE MARZO DE 2006

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

La vicepresidenta y la gurruminexia

Por Nuria Van Den Berghe


Me ha parecido bastante vil e innecesario. Me refiero a las fulminaciones del popular Zaplana contra María Teresa Fernández de la Vega, la Vicepresidenta, por el atavío que lució durante su viaje a Africa. “Disfraz” le llama el relamido Zaplana, sin recordar como otrora, Celia Villalobos, disfrutona ella, se contoneaba por la feria de agosto de Málaga luciendo modelitos, hora el traje de faralaes que resaltaba su rotunda anatomía, hora la vestimenta de malagueña, que tanto embellece y realza la belleza juvenil, pero que, a una oronda cincuentona la hacía parecer una mesa camilla. Populismo a granel, bailotéo en las peñas y satisfacción en Génova 13 porque Celia era muy populista, ni era fina, ni era elegante, ni tenía estudios de tipo alguno, pero era una pechá de reír y contaba los chistes de tartajas con una gracia que te partías el culo de risa.

María Teresa es otra cosa y además es de las mías. Es otra cosa porque es el summun de la elegancia, hasta el punto de que le llaman María Teresa Fernández del Vogue, viste con exquisitez, sin caer jamás en el exceso, refinada, cultísima, de una talla intelectual infinitamente superior a la del resto de sus colegas, ponderada e impecable. Y es de las mías ¿Qué si me he subido al carro de los progresistas de salón para medrar un poco? No y eso que mi necesidad es mucha y estoy más tiesa que la varilla de un cohete, pero sigo siendo de la ciberderecha neocom.y no hay más que hablar, a lo que me refiero es que, la Vicepresidenta, amen de ser fashion, pertenece al legítimo e inigualable Clan de las Gurruminas, que tiene hasta copyright y está aquejada de gurruminexia, que no de anorexia ¿Qué que son las mujeres gurruminas? Pues somos esas mujeres resecas y marisabidillas, pelín revenías, que no envejecemos sino embrujecemos y no nos ajamonamos sino que nos amojamamos. Nuestro himno es un clásico y pertenece a los 1000 mejores poemas de la lengua española ¿Se lo recito? Vale “Aquí yace Estefanía, seca y aguda mujer /que bien pudo aguja ser, pues solo un ojo tenía/ Flaca, esqueleto de alambre, en torno a sus huesos vanos/ yacen también los gusanos, pues se murieron de hambre”. ¿Qué quieren que les ponga ejemplos del colectivo? Bueno, está la Vicepresidenta, está Marina Castaño, la viuda de Cela, está la Leti con sus privilegios y estamos todas aquellas a las que parecen sobresalirnos más las costillas que las tetas, que, en gurrumino y afilado tenemos también nuestros encantos, lo que pasa es que se contemplan, mayormente, con los ojos del alma, porque con los otros ojos, los de la visión, se nos ve como a raspas.

¿Qué si tiene algo que ver la gurruminexia con la anorexia? No, el ser gurrumina es cosa de constitución y el ser anoréxica es una enfermedad del cerebro y del alma. Las altísimas y delgadísimas modelos de pasarela no padecen gurruminexia sino desnutrición y nosotras, las del Clan de las Gurruminas, no estamos desnutridas, sino que somos rabinillas , puro nervio y pellejo, con el metabolismo disparatado quema que te quema. Fatal Zaplana atacando a una de las nuestras, porque ataca a todo el colectivo y a todas nos ofende. Si la Vicepresidenta se vistió, por cortesía y buen tono, con una vestimenta étnica “una vez”, la Villalobos se engalana, jacarandosa, feria tras feria y su jamona estampa, es en sí, un grito contra la gurruminexia, aunque, como gurrumina oficial, observándola, musito íntimamente ¡Que Dios me libre!
 

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