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SOCIEDAD - DOMINGO 19 DE MARZO DE 2006


Merinidas. el pueblo

BARRIADAS / MEMORIA HISTÓRICA
 

‘Crónicas de Villajovita’:
Memorias de una barriada

Los niños de Villajovita, que vivían en
el barrio durante la década de los 60, se niegan a perder la memoria de las calles
que los vieron crecer en su Ceuta natal
 

“Mi nombre es Miguel Ángel López Romero, Milan para los amigos... puedes llamarme Milan, por supuesto. Ya sé que hay algo de vanidad y ausencia de pudor en hacer una página web... somos humanos, y algunos, venidos a menos”.

Esta es la carta de presentación de un ceutí, para dar más señas, de Villajovita, que emigró de su tierra allá por el año 1969 para desembarcar en la Península, más concretamente en la vieja Villa de la Real Isla de León, o lo que en la actualidad todos conocemos por San Fernado.

Y es que el tiempo no hace el olvido y la memoria nunca debe arder, y de repente Milan, “un día, después de vivir 35 años fuera de Ceuta, me pudo la nostalgia y revisé las viejas fotos de un cajón, fotos de aquella Ceuta que nos vio nacer y crecer... y que, queramos o no, forma parte de lo que cada uno es”.

La iniciativa de este ‘caballa’ le llevó a la creación de una página en la red, un cajón de sastre donde remendar recuerdos y nació la web de Milan.

Su iniciativa fue algo totalmente personal pero rapidamente se dio cuenta de que no estaba sólo, ceutíes de Villajovita procedentes de todos los puntos de España descubrieron pronto este rincón, tan insignifcante para la inmensidad de internet, pero tan importante para todos aquellos niños que habitaron la barriada de Villajovita durante los años 60 y que emigraron de su querida Ceuta por diversos motivos.

Nos cuenta Milan que “de repente empece a recibir llamadas de amigos y conocidos con los que no hablaba hace más de 30 años, agradeciéndome lo que estaba haciendo para recuperar nuestra memoria. A partir de este momento empezaron los reencuentros entre los niños de Villajovita, niños que no se veían hace muchas décadas. La respuesta de todos fue impresionate”.

En ese momento nace www.villajovita.com, la página de Aquilino Melgar, donde se pueden encontrar enlaces a la página de Milan a Milan Recuerdos, a foros de la barriada y todo tipo de anécdotas para los que vivieron en Villajovita durante aquella época.

Un mar de recuerdos

Realmente el trabajo que se realiza, tanto en esta web, como Milan en la suya, es como mínimo entrañable y digno de admiración. También provoca una sensación de que si se quiere se pueden hacer cosas que sin tener el más mínimo valor material, llegan a ser auténticos tesoros.

Si realizamos un recorrido por el anecdotario de los niños de Villajovita encontramos apartados como: animalitos, amores, bailes y guateques, cajón de sastre, citas y reencuentros, el casino, extramuros, juegos, la escuela, la huerta de José... y un sinfín de recuerdos que salen de las memorias de ceutíes que no se olvidan de lo que eran, lo que son y lo que serán: ‘caballas’.

Y una de las más entrañables viene de la mano de Milan cuando recuerda aquellos guateques que se organizaban hace unas cuantas décadas atrás: “los domingos se hacían los típicos guateques de los 60. ¡Es lo que había y lo que podía haber! Apenas venían forasteras. El padre Béjar vigilaba las distancias. En las paredes colocábamos carteles que decían:

“AQUÍ SE VIENE A BAILAR, NO A PECAR”.

Cuando el padre Béjar no estaba, ponía vigilantes de su confianza que era gente de nuestra edad... recuerdo que José Mª García, cuñado de Pepe Lorente, y Guillermín se prestaban a esta labor represora, y cuando alguien conseguía arrimarse un pelín más de la cuenta llamaban la atención del privilegiado señalando discretamente el cartel...

Mi prima segunda Nieves Valverde me enseñó a bailar en el salón parroquial. Y eso no se olvida por muchos años que pasen. Y Estrella Revert me gustaba mucho y solía bailar con ella... y por lo visto me dijo una vez, señalando al cartelito: “¿Ves? Aquí se viene a bailar”... sería que estaba arrimándome más de la cuenta”.

Tampoco se olvidan estos niños lo diferente que era ir a comprar en aquellos tiempos, aún recuerdan las tiendas a las que acudían para hacer los ‘recados’ que sus madres se atrevían a mandarles. Amador Guzmán lo recuerda como si fuera ayer: “no recuerdo nombres pero si dos detalles, que el aceite estaba racionado ,año1956, como el café y la azúcar, y que había un dispositivo muy mágico en el que se mostraba en una gran jeringuilla el aceite a despachar y dando vueltas a una manivela, salía el chorro a la botella que llevabas; esto era en una tiendecita, la primera casa subiendo la cuesta principal, frente a la casa de Mª Nieves Cruzado. La otra tienda con dispositivo \"raro\" era una que estaba frente a la casa de \"Gregorín\", tenía una gran rueda, como el timón de un barco y el artilugio principal, donde supuestamente tenía que ir la brújula, iba en realidad la moledora del café. Si, era un molinillo de café, modelo para tiendas por que el de casa, era uno de madera, que se colocaba entre los muslos.

Después conocí otras tiendas, como la de Morant o la de Fernando o la droguería que había donde desembocaba las escalerillas-pasaje de la otra parada de autobús. Y la mercería o el mercadillo... ¿Y los gritos de los vendedores ambulantes? \"Llevo la pescaillaaa..., hay jureleee...\" Y en la carretilla o en la cesta bajo el brazo, llevaban la mercancía que pregonaban”.

Mil y una anécdotas que podrían llenar cientos de páginas. ¿Y porqué no? se preguntarían este grupo de vecinos que estaban ansiosos por recuperar lo que creían perdido.

Crónicas de Villajovita

Milan, señor dado a lidiar con las páginas en blanco por su afición a la literatura pensó en crear un libro donde recoger todo lo vivido.

Cuando desembarcó este proyecto el puerto quedaba muy lejos, pero a día de hoy las ‘Crónicas de Villajovita’, son toda una realidad.

Según Milan es “es el libro que habla de los niños que vivían en los años 60 del siglo XX, en un pequeño barrio de Ceuta: Villajovita. Es una reflexión sobre la vida que tuvimos hace 40 años, un repaso a la forma de vivir que se nos extinguió delante de nuestros ojos”.

Presentación

Y esta realidad tiene fecha de presentación, será el próximo 15 de abril en la ‘Perla del Mediterráneo’, más concretamente en el Salón de Actos de la Asamblea. Los niños de Villajovita contarán con la presencia de Juan Vivas, presidente de la Ciudad. De momento se espera la presencia de 150 ceutíes de todos los puntos de España, casi seguro serán más. No sólo se presentará el libro, sino que también se llevará a cabo el estreno mundial del audiovisual de Aquilino, y se homenajeará a los mayores de la Ciudad de Ceuta. Para ir abriendo apetito les dejo con la contraportada del libro, les aseguro que no tiene desperdicio:

“Si la escuela de los maestros trataba por todos los medios de igualarnos en conocimientos y comportamientos, la otra escuela, la de la calle, nos enseñó que no es bueno estar solos. Nos enseñó precisamente a ser distintos y a forjar nuestra propia leyenda.(...) En la calle aprendimos que somos más cercanos a lobos que a borregos.(...) Tal vez ese fuera el meollo de la cuestión, la cuestión central, lo que había que aprender en ese momento –más adelante la vida nos enseñaría el valor de la individualidad–. Y eso fue posible porque la calle existía en los años 60 del siglo XX en otro concepto. Luego, cuando se transformó en simple vía pública y hubo que inventar la seguridad vial, murió su magia y la posibilidad de desarrollar en ella una relación humana espontánea, libre y sin ningún tipo de tutelas”.
 

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