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OPINIÓN - LUNES, 08 DE MAYO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Licencia para pilinguear
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Parece mentira pero, los catalinos, con toda la mala follá (con perdón de la palabra) que tienen, le han metido un gol al presidente Vivas en particular y a todas las Autonomías en general. Han sido ellos, pese a su sosería, quienes han regulado por vez primera el ejercicio de la prostitución y han propuesto que, las pilinguis, se unan y reúnan en una especie de cooperativas autogestionadas, eliminando de un plumazo institucional la tradicional figura del chulo, macarra o proxeneta.

Aquí Vivas, con todo lo despierto que es, ha andado lentillo a la hora de regular y legislar y eso que, la temática del pilingueo, en algunos lugares de Ceuta, me asemeja un problema de orden público y de estricta aplicación de la Ley de Extranjería. Aunque, el asunto de aplicación legislativa es asumible por toda España, ya que, el noventa por ciento de las mujeres que ejercen “la nocturnidad” son de otros países y la mayor parte está en España de manera irregular, por no decir las que están majadas a palos por los chulos y ejerciendo la labor de la ingle en plan esclava sexual en esos antros de carreteras que se anuncian con luces de colorines y que se hacen llamar “Conejitos ardientes”. Eso si, de vez en cuando, hay una redada y se “descubre” que el putiferio está integrado a partes iguales por irregulares y esclavas del sexo, sale el tema en televisión y la cosa se queda en pura anécdota, unas tomas de las mujeres semidespelotadas y con la cabeza gacha y otra de las habitaciones y del dueño del lupanar saliendo esposado.

Cuando no imágenes de prostitución callejera en plan de recordarnos que, en España no existe el concepto de “escándalo público” y que las tías pueden andar desnudas por parques y centros urbanos, a la vista de menores, no existe tampoco la “perversión de menores” y mayores, ofreciendo sus servicios a los automovilistas y vigiladas siempre por un macarra. Lo cierto es que había que hacer “algo” un algo realista y alejado de virtudes lacrimosas y del “en un régimen de libertades todo vale”. Al tiempo que, los profesionales de la buena conciencia se dividen en dos grupos: los que quieren reinsertar a las pilinguis y ponerlas a fregar escaleras y los que quieren prohibir tajantemente el comercio carnal por considerarlo vejatorio para el ser humano y una forma de esclavitud. Entre el puterío las opiniones son encontradas, las hay que preferirían dejar de ejercer, pero a cambio de un trabajo que les reportara idénticos beneficios libres de impuestos, lo que resulta hartamente improbable y las hay que reivindican su derecho a prostituirse y ganarse el dinero con el sudor de la ingle, pero con “sus derechos” y dadas de alta en la seguridad social, eso si, sin declarar a Hacienda los beneficios de su lucrativo menester. Está visto que, en esta España Cañí, para defraudar a Hacienda y que no se te caiga el pelo hay que ser o puta o macarra, a esos no les hacen inspecciones ni les embargan, son de hecho los espíritus más libres tributariamente, del panorama nacional. ¡Y miren que se mueven buenos dineros en el puterío! Auténticas fortunas, pero en plan “el coño la Bernarda” en plan anárquico y el que no corre vuela, todo en plan Mobutu, es decir, negro y acharoláo.

En lo que tienen razón los catalanes es en la erradicación del espectáculo penoso del puterío a pie de acera. Que se junten las mujeres, se integren en cooperativas, alquilen locales o clubes para poner sus puticluses y se atengan a una mínima normativa. Aunque el problema se atenuaría si se comenzara por expulsar de forma radical y respetando todos sus derechos, a las hetarias irregulares, comenzando por comenzar con alguna, por las miles de nigerianas, seguidas muy de cera por las mujeres del Este, que suelen llevar muy mala vida y estar en manos de mafias rumanas o albanesas (curioso, los albaneses son expertos en secuestrar chicas para introducirlas en Europa y si se ponen rebeldes les cortan los dedos), las sudamericanas que son incontables y muy reivindicativas a la hora de pedir “derechos” y luego todo el ruserío que es un tipo de comercio de mayor standing ¡La de almerienses del Poniente que habrán acabado casados con bellezas rusas!. La prostitución marroquí en la península es casi inexistente, africanas, del Este, sudamericanas y rusas. Ahí está el mayor contingente a regular, siempre que estén de forma regular , lo que es evidente es que, la inmigración ha de corresponder a necesidades concretas del mercado laboral, para no crear bolsas de marginalidad y pobreza y en España no hacen falta putas y el que se nos conozca como “el mayor prostíbulo de Europa” no es un título capaz de enorgullecernos sino de que se nos cayera la cara de vergüenza por soplagaitas, permisivos y babosos.

Licencia para pilinguear. Régimen de cooperativa, mayores de veintiún años e ignoro que van a hacer con las mafias albanesas, búlgaras y similares, que son expertas en poner en el mercado a adolescentes y las cambian de propietario cada cierto tiempo. Les digo, les cuento, hay inmigración que entra por el sur, pero los que vienen malos y peligrosos de verdad acceden a la piel de toro muy agustamente por Irán o por Hendaya, el Tratado de Schenguen ha sido para Europa un regalo envenenado.

¿Qué como se va a regular el puterío ceutí?No lo se, habrá que preguntarle a Juan Vivas, pero los de Cataluña se nos han adelantado, ellos siempre tan modernos…
 

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