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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 24 DE MAYO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

De las pamplinas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Para servidora de ustedes, que ha estudiado en el libro de la Educación y la Vergüenza, todos los nacionalistas son pura mierda, con perdón de la palabra y sin que quepa hacerse distinciones. El PNV, el Ciu, el Benegá, la Ezquerra Republicana, los mismos chupópteros renegados y encima, son cursis y pamplineros. Decía Maquiavelo que, al Príncipe un crimen puede disculpársele, pero un error jamás. A los nacionalistas se les pasa levemente el que sean traidores a España, trajinosos y cainitas, pero el que sean unos melindrosos vomitivos con una especia de moral inmoral fabricada a base de pamplinas, eso, no tiene perdón de Dios.

La última estupidez no tiene el nombre del Arresku que es el bailecillo a base de saltitos con el que los vascos aburren hasta a las ovejas en cuanto tienen ocasión, ni el Himno del gudari que es deprimente. ¿Para cuando una buena Operación Malaya en las diputaciones y ayuntamientos controlados por el PNV? ¡Que se sepan y se conozcan esas subvenciones a los criminales de ETA y a sus familiares! ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué no hay testiculina en España para lanzarles a los peneuvistas al Tribunal de Cuentas? Vale, de acuerdo, puede que no la haya por el momento, cuando tan huérfanos estamos de líderes carismáticos que sean grandes filósofos e ideólogos capaces de entusiasmar y encima buenos gestores. Pero donde menos se espera puede saltar la liebre y aparecer un gran político neocom que nos enamore con sus ideas. Será Insha´Alláh, como dirían mis paisas.

Pero vuelvo y revuelvo sobre mis pasos dialécticos para tratar de la última jilipollez nacionalista, que viene a ser la esencia del mamoneó a la par que una provocación a todos los españoles. Se trata de los nacionalistas catalanes que están prohibiendo en su región que se venda nuestro racial toro de Osborne y las típicas gitanillas, ya saben, ese tipo de souvenirs que tanto apetece a los guiris de calcetín blanco con sandalia y botellín de agua recargable en los bares. ¿Qué si los guiris ricos no compran el toro y la gitanilla? Perdonen, los guiris ricos se llaman ciudadanos extranjeros con segunda residencia, no recargan el agua y se dejan un auténtico pastón en las boutiques de Puerto Banús y en las exquisitas tiendas de antigüedades. Los residentes extranjeros de la tercera edad, con sus buenísimas pensiones, vienen a calentar sus huesos artríticos en las maravillosas costas mediterráneas o atlánticas y a buscar la calidad de vida española que es única en el mundo, por el clima, por las horas de luz, por la comida y por nuestro personal encanto autóctono, excepción hecha sea de los nacionalistas, que parecen siempre amargados, son esaboríos y tienen una lista de agravios más larga que la del Pueblo Palestino que es el que tiene más agravios del mundo.

Pues los catalinos radicales, dejando a un lado lógicamente a nuestros hermanos charnegos andaluces y extremeños que lo que hay que hacer es dotar al invento de infraestructura para que retornen a su tierra y a sus raíces .Los catalinos han logrado que trescientos mil coches luzcan, en lugar de ese toro, al que, creo que fueron mis queridos colegas Los Polluelos compusieron el himno de “Ceuta y Melilla del toro las criadillas”, en lugar de nuestro símbolo patrio, declarado BIC, es decir, Bien de Interés Cultural, un borriquillo de ellos que se han sacado de la ingle, un borrico catalán. Los muy copiones, los muy mindundis, cuando el burrito más querido de España y del Universo Literario es de Moguer, en Huelva, donde el genial Juan Ramón escribió, ayudado por los querubines “Platero es pequeño, menudo y suave…” Y comparaba los ojos de su borriquillo con dos escarabajos de cristal negro. Y no es que los meridionales, los sureños, léanse andaluces, ceutíes y melilleros, podamos presumir de que, nuestra tierra fecunda ha parido lo más bello, lo más hermoso y lo más poético de nuestra España, es que es así: Para burrillo Platero, los demás son segundones. Y para arte la muñeca vestida de gitana que se pone encima del televisor, como si se viviera en el decorado de una película de Almodóvar y no una especie de muñeca vestida de bailar la sardana, esa melancólica danza circular de antiguos orígenes e idénticamente tediosa a través de los siglos.

Mejorando lo presente ¿De donde se va a comparar una sardana con un fandanguillo bien bailáo, unas sevillanas rocieras o incluso unas peteneras, el cante y baile de los muertos que todavía algunos artistas temen danzar por el mal vagío?. Se representa nuestra tierra, esta piel de toro de nuestras entretelas, allá por guirilandia y son faralaes, es embrujo, es arte…Es…¡Joder, me emociono! Que ya contaban los romanos allá por el Imperio que, las bailarinas de Gades, Cadiz, eran las mejores del Mediterráneo y danzaban haciendo sonar esos crótalos que son los tatarabuelos de nuestras castañuelas. El problema de los nacionalistas, con ser tan cainitas, es que no disfrutan , entre sus rencores, sus agravios y sus políticas de subvenciones, del privilegio de ser españoles, que es como decir ser católicos y occidentales, que viene a significar que te haya tocado la lotería de la Historia.

¿Qué los catalinos no quieren al toro y van de porculeros y de pamplinosos? Pues que se queden con su burro segundón, porque en nuestra cultura y en nuestra civilización, el primer burro es Platero y Platero es nuestro.
 

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