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OPINIÓN - SÁBADO, 27 DE MAYO DE 2006

 
OPINIÓN / EL MAESTRO

La lógico-matemáticas

Por Andrés Gómez Fernández


El fracaso en las Matemáticas se debe a que en Infantil la enseñanza lógico-matemática se realiza “sin adecuar los contenidos al proceso cognitivo del alumno”, lo que le aboca al suspenso. Así piensa J. Manuel Serrano, profesor de Psicología de la Instrucción de la Universidad de Murcia.

El citado profesor que, recientemente ha participado en el Congreso Internacional sobre “Lógico-Matemática” en Educación Infantil, ha resaltado que muchos estudiantes suspenden en la materia, pero son capaces de aprobar al mismo tiempo todas las demás asignaturas. En su opinión, esto se explica en que el problema empieza en Infantil, cuando ya se enseñan las Matemáticas con un lenguaje inadecuado.

En Secundaria, “los profesores dicen que la culpa es de la Educación Primaria; y cuando llegan al Bachillerato, dicen que los alumnos traen mala base de Secundaria”. Es un círculo vicioso, ya que es la Universidad quien prepara al profesorado y éste forma mal al alumno porque no le enseña a organizar el conocimiento de manera coherente y secuencial, añadió el Sr. Serrano.

La “lógico-matemáticas”, -siempre en opinión del citado profesor, debe enseñarse siempre conociendo la forma en la que el alumno puede darle un significado coherente, que debe ir enriqueciéndose con el paso del tiempo. Para este experto, el problema fundamental de las Matemáticas y de la enseñanza en general es que el estudiante “se aburre” lo que origina “lagunas” de conocimiento que impiden el avance, sentenció el Sr. Serrano durante la inauguración de un Congreso en el que participaron 400 expertos de varios países europeos y de Estados Unidos.

En la reunión, organizada por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, se debatieron los métodos pedagógicos que se aplican en todo el mundo en la enseñanza de las Matemáticas y de una manera se incluyen en los currículos de las edades más tempranas la “lógico-matemáticas” como un área.

No voy a poner en duda la opinión del Sr. Serrano, al afirmar que “el problema empieza en Infantil, cuando ya se enseñan las Matemáticas con un lenguaje inadecuado”. En los Niveles básicos de Referencia de Matemáticas en Educación Infantil, se recoge que tradicionalmente ha sido aceptado que, la enseñanza de las Matemáticas, en las primeras edades se refería al número y a la cantidad, las cuatro reglas de la Aritmética y sus aplicaciones prácticas. En la actualidad, la naturaleza de las Matemáticas aparece diferente, puesto que es un área de expresión. Lo que se ha de enseñar al niño es una forma de expresar al niño matemáticamente las realidades circundantes. La matemática se presentan como un nuevo lenguaje, que lleva tras de sí un nuevo modo de prensar.

No son los contenidos matemáticos lo más importante en los primeros años de Educación Infantil, ni tampoco ha de hacerse demasiado hincapié en un excesivo y novedoso vocabulario; lo importante es hacer que en las mentes se inicia el proceso de pensamiento que desembocará en la creación de las ideas y en expresión simbólica o verbal de estas ideas.

Siguiendo fundamentalmente los estudios de Piaget y su escuela, podemos fija en Educación Infantil, la etapa de la inteligencia verbal con los estadios correspondientes al pensamiento preconceptual y el propiamente intuitivo. Durante esta etapa, por tanto, el niño no posee inteligencia lógica. Por ello, la matemática no debe tener entidad propia como ciencia.

Si las Matemáticas solamente trabajasen con abstracciones representadas por símbolos, entonces sería no sólo difícil, sino imposible, justificar su inclusión en el programa de Educación Infantil. Pero no es así, y por eso el proceso de pensamiento se pude recorrer mediante la consecución de objetivos, partiendo de experiencias concretas, experiencias con materiales separados y continuos; experiencias de exploración del espacio y primeros pasos en Geometría y experiencias prenuméricas sobre objetos para formar conjuntos y hacer relaciones que sirvan de introducción al número natural.

Para todas estas experiencias, el material más adecuado será aquel que partiendo siempre del juego, posibilite al niño pasar de la manipulación concreta a la abstracción.

De la toma de contracto del niño con la experiencia se pretende un conocimiento de las cosas, de sus formas, de sus cualidades y un descubrimiento de lo esencial, tanto cuanto sea posible, y éste “método de descubrimiento” a partir de la experiencia se puede hacer teniendo en cuenta los principios básicos del aprendizaje de las Matemáticas, según Dienes.

Los principios son: dinámico, de constructividad, de variabilidad perceptiva y la variabilidad matemática, para lo cual el descubrimiento de lo esencial, el profesor G. Mialaret propone lo siguiente: ejercicios de iniciación, ejercicios de aplicación de lo introducido, ejercicios de fijación de lo introducido o de entrenamiento y ejercicios de control que pueden ser colectivos.

El maestro, mediante la observación directa y continua, podrá comprobar, a través de las actividades propuestas para cada objetivo, u otras similares, si el alumno ha conseguido una buena manipulación: si sabe comparar, relacionar y establecer series de orden ascendente y descendente; si se desenvuelve por el espacio con soltura, si sabe asociar los conjuntos con el número que expresa su cardinal, si sabe reconocer los signos aritméticos correspondientes a este nivel, si consigue iniciarse en la representación de sus conocimientos intuitivos mediante dibujos o cifras si sabe explicar lo que hace, si sabe transportar las intuiciones adquiridas a otra situaciones similares.

Al tratar de constatar si se han cumplido los objetivos propuestos a través de las actividades, es fundamental que el profesor se dé cuenta de que el niño en este nivel se maneja con intuiciones, que no le es posible realizar procesos de abstracción que den lugar a definiciones o expresiones más o menos formalizadas (fórmulas matemáticas, aunque sean simples…..)

Después de todo lo expuesto, convencido qué es lo qué realmente procede, sigo pensando en las manifestaciones del Sr. Serrano, que todo el fracaso en Matemáticas sea consecuencia de la “mala utilización del vocabulario”. Estoy totalmente identificado con los estudios realizados con Piaget, consagrado principalmente al estudio de evolución mental del niño, al afirmar que la existencia de un tipo de inteligencia especial en la infancia, que tiene formas propias y estadios que caracterizan, determinadas edades, el paso a una forma más evaluadas de razonamiento.
 

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