Este fin de semana la A.D Ceuta visitará el campo del
Extremadura, en la localidad extremeña de Almendralejo. Un
duelo que a principio de temporada parecía un choque entre
dos gallitos de la categoría y que actualmente se ha
convertido en una lucha a muerte entre dos equipos con el
agua al cuello.
El Duelo del próximo domingo, a las 17:00 horas en el
Francisco de la Hera, será una especie de prueba de fuego
para el actual presidente de la entidad. Un presidente que
la pasada jornada pasó un duro trance tras el empate que su
formación registró en casa contra el Portuense. Un equipo
que si miramos la clasificación no era ningún rival fácil ya
que está quinto en la tabla clasificatoria.
Las aguas andan revueltas por Almendralejo y es que algunos
de los presentes en el partido del pasado domingo increparon
al cuerpo directivo sentado en el palco al término de los
noventa minutos, unos directivos que afirman no entender el
comportamiento de la afición ante los problemas por los que
pasa el club. «No comprendo el comportamiento de algunos de
los socios tras el empate del pasado domingo. La gente debe
de hacer examen de conciencia y entender que el grupo está
trabajando con enormes dificultades y en una situación
delicada. Hace tres meses aproximadamente el club estuvo a
punto de desaparecer y hoy día estamos jugando la
competición», señaló el presidente azulgrana Pedro Nieto al
diario ‘El Hoy’ de Extremadura. Desde el entorno azulgrana
se reconoce que existen directivos que no se sienten con
fuerzas suficientes para seguir en el club.
El máximo mandatario del club también se refirió a la
complejidad de la categoría: «Estamos en el grupo de la
Segunda División B más igualado. Es un grupo maldito, donde
tan pronto estás al lado de la zona de descenso como tan
pronto a dos puntos de la fase de ascenso. No hay por qué
ponerse nerviosos, ya que tan sólo se han disputado diez
partidos de Liga y queda lo más importante de la
competición».
De hecho alguno de los jugadores más importantes de la
plantilla azul grana han admitido encontrarse bajos de moral
ante el discurrir de la situación.
Con estos antecedentes el partido se plantea como una
ocasión de oro para que el Ceuta, que demostró el pasado
domingo, que sabe y puede jugar bien al fútbol aproveche
este bajón emocional de los extremeños. Porque de no ser
así, puede que las críticas y pañoladas que está sufriendo
la directiva del Extremadura en estos momentos se contagie a
Ceuta como un virus. Y que la paciencia que se ha terminado
en Extremadura se acabe en Ceuta.
|