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OPINIÓN - JUEVES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hay quienes dicen que los políticos se desayunan, cada mañana, tragándose un sapo. Oiga, amigo guardia, es sólo una forma de decir lo que, cada mañana, cuando los políticos leen o escuchan en los medios de información tienen que soportar porque, unos les dirán lo que quieren leer o escuchar y otros, sin embargo, les dirán lo que no quieren ni leer ni escuchar .

Servidor tiene la creencia ,quizás equivocada, de que los políticos, ante todo deben ser unos grandes encajadores como si, cada mañana, cuando desayunan estuviesen interviniendo en un combate de boxeo.

En el noble deporte de las doce cuerdas, aunque algunos lo consideren una barbaridad, lo de “fajarse” con el contrario le puede llevar a perder el combate mientras, por lo contrario, tiene una gran oportunidad de vencerlo si es un experto en “encajar”. Ser un buen “encajador” en el boxeo, es tener las mayores oportunidades de conseguir el triunfo sobre el contrario. Por poner un ejemplo, basta con ver alguna película de Roky, y se podrá comprobar, con toda facilidad, como el boxeador, ganó todos los combates gracias a sus grandes dotes de “encajador”.

Y es que saber “encajar” los golpes que le lance el contrario, es apostar por una victoria segura. Primero porque el “encajador”, hace que el contrario vaya debilitando sus fuerzas de tanto lanzarle golpes y más golpes, muchos de ellos al aire que es lo que más debilitan las fuerzas de los boxeadores. Y segundo porque, cuando el contrario se queda sin fuerzas, es fácil lanzarle a la lona por la cuenta de diez ya que, sus fuerzas están tan debilitadas que un sólo golpe recibido le puede mandar a la lona.

Si los políticos, en vez de desayunarse con un sapo, aprendiesen este sistema del noble deporte de las doce cuerdas, seguro que acababan con sus contrarios sin muchos esfuerzos. Todo consiste en saber “encajar” los golpes que le lancen, esperando el momento oportuno para lanzar ellos el suyo que lancen a sus contrarios a la lona.

El no saber “encajar” los golpes de los contrarios y tratar de ganar los combates “amañándolos”, además de ser una cobardía están expuestos, en cada momento, al chantaje de los contrarios, que se han dejado caer en la lona por la cuenta de diez, asalto antes o asalto después, dependiendo del dinero que le hayan pagado por dejarse caer.

En ocasiones, aunque algunos lo puedan dudar, estas cosas pasan y algunos políticos en vez de dedicarse a “encajar” los golpes de los contrarios, tratan de “amañar” el combate, sin esperar a tener la oportunidad, que seguro les llegará, de enviar a la lona a sus enemigos

Esos políticos, los que se asustan y “amañan” los combates, son unos cobardes sin personalidad que se someten al chantaje de cuatro “pamplinas” que ni boxear saben.

Pero son esos, los “pamplinas” los que nos enseñan, cómo hay que tratar a determinaos políticos, “amañadores” de combates, para poder conseguir incluso unas subvenciones y a vivir que son tres días.

Nunca me gustó este sistema de cobardía, pero existe.
 

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