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OPINIÓN - MARTES, 28 DE NOVIEMBRE DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El puente marítimo

A nadie escapa que la actual situación en el Estrecho, generada tras el anuncio de Acciona de salir del interlineado, ha provocado lo nunca visto hasta el momento. Nada menos que veintisiete rotaciones diarias repartidas entre las cuatro navieras para un volumen medio de unos dos mil pasajeros al día.

El anuncio de Acciona-Trasmediterránea de salir de la intercambiabilidad según prevé la Comisión Paritaria de Interlineado, es estratégica y ya se ha hecho efectiva. En estos momentos no hay intercambio. Para ser más exactos, sólo hay intercambio entre los billetes de Trasmediterránea y de Euroferry. Las noticias respecto de la línea del Estrecho no hacen más que producir dolores de cabeza al gobierno de la nación. Y más que al propio gobierno en términos generalizadores –lo que sería un exceso-, al Ministerio de Fomento y a la Dirección General de la Marina Mercante muy en particular. Quizá por no haber puesto pie en su momento.

Analizando los últimos acontecimientos, el Gobierno central se equivocó al unir, de cara al contrato de servicio público, la línea Ceuta-Algeciras y la de Melilla-Málaga-Almería en una sola convocatoria. Es evidente, son dos realidades absolutamente distintas, son dos líneas que en nada tienen que ver una con la otra. Son dos mundos distintos, pero aún así –probablemente por el simple hecho de la fuerza de la costumbre al mirar el mapa del tiempo- la Administración General del Estado viene cayendo permanentemente en este error.¿Acción, omisión?.

La Dirección General de la Marina Mercante, el Estado –en definitiva- jamás ha preguntado, o jamás ha querido preguntar por qué un billete a un ciudadano cuesta más o menos lo mismo, sin apenas diferencias, ya sea en temporada alta (primavera-verano) que en la supuestamente baja (otoño-invierno). Es en el Estrecho, el único mercado donde no se producen rebajas, sino que antes al contrario, las subidas de tarifas son el pan nuestro de casi cada mes.

La guerra competencial que se vive en el Estrecho entre tres navieras y un mega-holding puede explotarle en las manos al propio gobierno si la situación no acaba por reconducirse.
 

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