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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE NOVIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

55 líneas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Son las que tengo permitidas por las alturas y en ellas he de condensar quereres, sentires y pareceres, como si se tratara, en lugar de un artículo, de un chotis, que se tiene que bailar sobre una baldosa. ¿Qué como me sienta el tope creativo? Pues mal. Me siento como una indigente moral mutilada en mi creatividad, 55 líneas, cuando se trata de historias reales, con calado, son como tratar de meter el océano en una taza de té, aunque la culpa de que no quepa no es de la taza, sino del océano.

En verdad me siento dolida y además aquejada por un virus catarral de cuya existencia participé a unas mujeres, no diré clientas, porque suena mercantilista, ni defendidas, porque suena pretencioso, diré mejor, personas que confían en mí y a las que yo trato de ser leal. Se interesaron por mi resfriado y me hicieron una propuesta “Nuria, véngase usté pa Archidona y nos alargamos a la ermita, que allí, con el aire, se cura tó”. ¿Por qué no?. Una hora más tarde estaba en lo alto del monte de Archidona, frente a la ermita de la Santísima Virgen de Gracia, moqueando y rezando ante la pintura gótica que encierra a la virgencita. Las dos mujeres a mi lado y yo acharada de estar pidiendo la sanación de un ataque vírico cuando tenía a mi vera a una pareja que se conoció en Alhaurín, donde llegaron por culpa de malos maridos, majadas a palos y con las vidas rotas. De allí a Botafuegos, donde me decía una “Un jefe de servicios me metió una capujana que me reventó, allí pegan, es una cárcel mala” y de Algeciras, por una pelea con otra reclusa a “la chapa amarilla” que es el primer grado en Brieva, Ávila, veintitrés horas chapadas y una hora de patio.

Eso es sin duda lo que, nuestro Sistema llama “reinserción y rehabilitación”. Pero Brieva, comparada con Botafuegos dicen que es el paraíso, la comida, que hacen las propias presas, magnífica, el director un hombre de Dios y los funcionarios educados y humanos. Y de Brieva a Córdoba. ¿Qué dicen? ¿Qué si habían matado a un ministro? No. Una estaba por un robo y la otra por drogas, ambas maltratadas, ambas con hijos que cuidaban sus familias y las dos dándose un poco de afecto y un poco de calor. Ahora viven juntas, sin mearse del susto cada vez que oyen la llave en la cerradura de su casita. ¿Qué si son pareja? ¿Y a mí que me importa? Son dos seres humanos doloridos ,que han comido juntos años de bandeja. ¿Cómo iba a pedirle a Mi Señora que me hicieran efecto los paracetamoles? Les pedí por ellas, por la pareja, porque el próximo juicio, el de la pelea de Botafuegos, salga bien y porque sus familias las entiendan y las acepten y porque les toque la lotería ya que llevan participaciones… En unas míseras 55 líneas no puedo condensar la inmensidad del océano de afecto y de entrega que viven estas mujeres, como han blanqueado una casita y hacen cursos de maltratadas para poder encontrar trabajo y ganarse la vida.

Y, en el vecindario, nadie las hace de menos porque todos saben que han salido de muchos años de condena y que, pese a tener el alma agotada, suben tres veces a la semana andando hasta la Virgen de Gracia, dejándose los pulmones en la empinada carretera que parece un camino de cabras, es una promesa. ¿Cómo les atrapo en 55 cochambrosas líneas la ilusión de la pareja invitándome en su hogar a un café? Sencillamente no puedo.
 

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