PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 26 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / EL OASIS

Los bajitos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

He querido esperar a que los periodistas levanten el pie del acelerador de los comentarios acerca del Madrid-Barcelona para intervenir en el debate que suele generar semejante acontecimiento. Y debo decir, una vez más, tras lo leído y oído al respecto, que los plumillas no saben ni una papa de fútbol. Sí: ya sé que resulta chocante que alguien que escribe en periódico se manifieste de semejante manera; pero dado que uno no quiere ser periodista, tampoco tiene por qué hacer uso del corporativismo. Las cosas claras y el chocolate espeso.

Los españoles hemos estado toda la vida lampando porque nuestra estatura se equiparase a la que existía en otros países europeos. Y, cosa curiosa, cuando parece que lo hemos conseguido, en el mundo del fútbol se desata la pasión por los jugadores bajitos. A quienes los plumillas han bautizado con el apelativo de “jugones”. Con la fiebre de éstos acudimos al Mundial de Alemania y duramos menos que una naranja en la puerta de un colegio situado en un suburbio.

La aristocracia de los futbolistas bajitos reside en el Barcelona. Deco, Iniesta y Xavi hacen las delicias de quienes viven siempre sumidos en un estado de admiración por el juego de tales criaturas. De ahí que los periodistas llevasen ya algún tiempo pidiéndole a Rijkaard que alineara a los tres desde el comienzo.

Tras la derrota frente al Chelsea, el entrenador azulgrana cayó en la cuenta de lo mucho que ganaba si atendía esa petición en el Bernabéu. Y pensó lo siguiente: la prensa deportiva está caída de boca por lo que llaman el tiqui-taca y ahora se me presenta la ocasión de interpretarlo magistralmente en el Bernabéu. Así que no dudó en decidir que los “jugones” ocuparan esa zona vital del medio terreno. Pues Rijkaard sabía que contaba con muchas posibilidades de ganarle al Madrid, pero quiso hacerlo a lo grande y, sobre todo, dejar destripados y sin pulso a los madridistas.

En principio, la lección consistía en demostrarle a Capello, criticado acerbamente, que Emerson y Diarra, sus protegidos, eran unos maulas incapaces de frenar el juego que iba a manar de sus futbolistas cortitos de cuerpo pero dotados de enorme caletre. Y, desde luego, restregarle por la cara que el tuya y mía que el italiano había criticado, en algunas ocasiones, era la modernidad frente al juego antediluviano que venía practicando el Madrid.

Ante semejante dispositivo táctico y técnico, tan celebrado por los comentaristas, que ensalzaban a coro el buen gusto existente en la decisión del holandés, el Madrid oponía un único “jugón” en el medio campo: Guti. Espigado él, aunque tan indolente cual dado siempre a jugar con los árbitros a la ruleta rusa. Una enorme desventaja que se resolvió gracias al sacrificio de los denostados Emerson y Diarra. El primero anuló, durante muchos minutos, a Deco; el segundo, a pesar de guardar el Ramadán, pudo con Iniesta. El único que no aportó nada, durante gran parte del partido, fue, sin duda, Guti. Su pasividad, cuando Messi se echó el equipo a la espalda, resultó tan dañina como la imprecisión de sus pases servía para que los visitantes hicieran sus mejores contraataques. Guti ha pasado de villano a héroe, en apenas dos temporadas. Ni antes merecía ser el centro de todas las broncas y, por consiguiente de la peores críticas, ni ahora debe ser encumbrado por dos pases precisos. Guti es como el Guadiana y, naturalmente, está gozando de un favoritismo que para sí quisieran muchos futbolistas. Lo cual es demasiado si nos atenemos a que, por su físico, no forma parte del club selecto de los bajitos. A Rijkaard le salió el tiro por la culata. Menos mal que el fallo de Gudjohnsen, jugador tan celebrado en Vigo, ha servido como capa que todo lo tapa. De Capello y Robinho toca hablar otro día.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto