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OPINIÓN - DOMINGO, 29 DE OCTUBRE DE 2006

 

OPINIÓN / EL OASIS

Ricardo Muñoz
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Estimado Ricardo: sé, a pesar de lo tuyo, que tu extraordinaria esposa te suele contar todo lo que de interés acontece en Ceuta. Es lo que me dijeron un día, de hace ya su tiempo, y espero que no hayas dejado de oírla cada vez que ella decide que merece la pena informarte de algo.

Pues bien, hoy, y tras pedirte disculpas por mi atrevimiento, seré yo quien trataré de ponerte al tanto de lo sucedido el viernes pasado por la noche, en un comedor del Parador La Muralla, sitio elegido para que Juan Vivas fuera presentado como candidato oficial a la presidencia de tu partido, el PP, para las próximas elecciones.

El lleno fue de los que obliga a poner en las taquillas el cartel de no hay billetes y los revendedores hacen su agosto. La gente, Ricardo, llegaba con prisas al hotel y una hora antes el escenario estaba repleto de un público entregado a la voluntad de Vivas.

Sí, Ricardo, el funcionario que tú tanto apreciabas y cuyo nombre resaltabas a cada paso en ese Rincón del Muralla donde a ti te gustaba exponer los problemas de la alcaldía pero que te animaba a exclamar una y otra vez: ¡No hay cosa más grande para alguien que ser alcalde de su pueblo!... Y lo decías con el convencimiento de que era lo mejor que te había pasado en tu vida.

Mira, Ricardo, el viernes, cuando Juan Vivas repitió tus palabras, enseguida me acordé de ti. Y de lo mucho que hubieras disfrutado presenciando cómo aquel funcionario a quien no te cansabas de augurarle un futuro brillante, se ha convertido en el político más importante de esta ciudad. Pero hay más: la gente lo aclama, lo vitorea, y lo ha colocado ya en ese sitio donde causa vértigo mirar hacia abajo.

Mira, Ricardo, a Vivas se le han entregado los ciudadanos de tu tierra, la suya también, de una manera jamás conocida aquí. Cuanto hace o dice, créeme, es palabra de rey para una gran mayoría que lo lleva en volandas hacia un nuevo y espectacular triunfo en las urnas. Fíjate, cómo será la cosa, que hasta el mismo Vivas se ha permitido anunciar, a bombo y platillo, que está contento y con las pilas cargadas.

Te lo digo, Ricardo, porque tú sabes que este hombre no es muy dado a mostrar su euforia en público. Pero se ha dado cuenta de cuál es su situación en el escalafón del pensamiento de la gente y ha decidido, con buen criterio, dejar a un lado las muestras excesivas de humildad que son tan malas como la arrogancia permanente.

De verdad, Ricardo, quien fuera tu ojito derecho en el Ayuntamiento, durante tu mandato de alcalde, está en sazón. Te sorprenderías al ver de qué manera ha evolucionado como político. Se le notan, a la legua, las muchas tablas que tiene ya. Y hasta, sí, Ricardo, que bien conoces que no soy amigo de exagerar, se permite el lujo de poner su nota de humor en el discurso y la gente se la ríe de verdad de la buena.

Por lo demás, te diré que es verdad cuando Vivas atribuye a su Gobierno el que la ciudad esté como nunca ha estado: es decir, preciosa. Y, como no podía ser menos, que acusara de cicatero al Gobierno de ZP, por haberle sisado a la ciudad el 15% de los Presupuestos Generales del Estado. También entraba dentro de lo normal que lisonjeara a Aznar por lo de Perejil y que le deseara a Rajoy toda la suerte del mundo. Ah, nunca antes le había oído decir con tanta ufanía que tiene las manos limpias. Y es que hay tanta corrupción en la política que ser honrado parece que es lo anormal. En fin, Ricardo, por no querer molestar más ni a tu admirable esposa ni a ti, sólo me queda contarte un último detalle: Jesús Fortes volvió al redil. Todo lo demás, estimado amigo, me pareció anodino y no creo que pudiera interesarte. Un abrazo.
 

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