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OPINIÓN - VIERNES, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Los pequeños Eliancitos
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Recuerdan ustedes a Elián, el balserito cubano? Seguir que sí, porque, hace pocos años nos dieron un respetable coñazo con su lastimosa historia y ocupó portadas de prensa y horas de emisión en todas las televisiones occidentales. Si, ese mismo. El que emprendió con su madre la huída del paraíso cubano en una balsa que naufragó, la mamá se ahogó y el pequeño logró sobrevivir hasta que fue rescatado por los guardacostas americanos que le llevaron a los Estados Unidos y le entregaron a su familia materna. Comentario mundial “¡Que mierda el régimen cubano que hasta los niños se les escapan y se hacen balseros!” Descrédito internacional servido, bochorno insoportable para el camarada Fidel Castro, ese viejo y soporífero chivo que, incapaz de soportar las burlas, rescató para la historia al papá divorciado del niño al que todos conocían como “Eliancito el balserito” Y el progenitor, que era un don nadie y que siempre había pasado de su descansada ex esposa y de su hijo, hasta el punto de que ignoraba que habían salido por pies de la miseria castrista, el papá, fue utilizado por el régimen para reclamar de inmediato al niño, en una tardía demostración de amor paternal.

Los familiares exiliados en América se negaron en rotundo a que, Eliancito, volviera a disfrutar de las hambrunas de la cuba comunista, los exiliados cubanos hicieron del pequeño un símbolo de resistencia y se desató un auténtico conflicto diplomático. Por un lado los cubanos de América que alegaban que la voluntad de la madre era que, el chico, creciera en un país libre y por otro los cubanos de Cuba rabiando porque no le devolvían al “símbolo” acusando de “secuestro internacional”. Los diplomáticos echaban humo, las cancillerías trabajaban a tope y finalmente, tras un largo contencioso, el Derecho Internacional dio la razón al padre, pese a que este era un auténtico convenío y uno de los raros ciudadanos de Cuba que hacía tres comidas diarias, por mor de ser papá del Balserito y estar dando la vara para recuperarle.

Realmente, que se escape un niño de un país, arriesgándose a una peligrosa travesía, para huir de la cochambre, deja a sus gobernantes y a todo el sistema a la altura de las boñigas. Así que, en vivo y en directo y en avión oficial, llegó el padre a por Eliancito y las televisiones mundiales recogieron sus palabras de adhesión al feroz régimen castrista, disfrazaron al niño con un pañolete de revolucionario y de vuelta a La Habana donde le esperaba el mismísimo Fidel que le dirigió un conmovido y breve discurso que tan solo duró seis horas, para, de inmediato llevarle a una especie de complejo construido para dignatarios donde, el joven héroe cubano viviría a partir de entonces para que no echara de menos las comodidades de la vida americana. Y el papá a la vera, chupando cámara y chupando lo que pillaba, porque ya se sabe que, los cubanos de Cuba son muy supervivientes.

Y durante años, en cualquier mitin, acto o congreso, aparecía el Eliancito, el héroe balserito con una bandera en la mano y el discursejo cursilón aprendido de memorieta, todo un símbolo patrio cubano. Cuba será tercermundista, estropajosa, zarrapastrosa y arruinada, pero en este tema supieron dar la talla internacional.

Ayer, de nuevo, llegó a las costas españolas, procedente de Marruecos una patera con niños, esta vez veintitrés del tirón. Y ya son cientos de jóvenes marroquíes los que se encuentran recogidos por la caridad de las Autoridades Españolas, por considerárseles “desamparados”. Algo de infinito mal gusto por parte de España, ya que, si los niños y los muchachos menores de edad marroquíes que llegan ilegalmente a España están “desamparados” es acusar explícitamente a Marruecos de no ser capaz ni de amparar a su propia niñez y juventud, tal es su reconocida incapacidad. ¿Qué si Marruecos lía cada vez que se le escapa un joven o un niño el follón que lió Fidel Castro? Marruecos no ha liado nada jamás ¡Hasta los rumanos controlan con rigor la salida de niños del país y miran con lupa las adopciones internacionales!Y miren que los rumanos son bajunillos y modestos. Pero para cualquier país, con excepción al parecer de Marruecos, los niños y los jóvenes son el futuro y un patrimonio irrenunciable y les protegen con todas sus fuerzas y luchan por ellos y van a reclamar donde tengan que ir a reclamar hasta en la ONU. Marruecos pasa y permite que sus menores estén recogidos de mala gana, en España, costando dinero a los contribuyentes , merced a la caridad de los centros de acogida y con una inútil pugna por parte de las Autoridades Españolas para identificarles y repatriarles “con garantías” dicen. Y ese “con garantías” significa ni más ni menos que, el Estado Español, ni se fía de Marruecos ni de sus instituciones y por ello “exige” devolver a niños y muchachos “con sus familias” y nunca jamás entregarles ni a la policía marroquí ni a instituciones de menores marroquíes porque, les consideran claramente “incapaces” ya que, los niños marroquíes están “desamparados”.

A la prepotencia y a la superioridad compasiva y lacrimosa española, que para mí es una bofetada sin manos al reino alaouita, no se responde por Rabat con furiosas exigencias de inmediata devolución y entrega a las Autoridades Marroquíes de sus menores. Ni el Embajador marroquí en Madrid se pone como un gato rabiando y habla de “secuestros internacionales” como hacía Fidel Castro, que acusaba a los EEUU y a la Administración Americana de tener secuestrado a un ciudadano cubano. En el caso de los pateristas, que no balseritos, el pasotismo es total y la imagen a nivel internacional absolutamente patética para Marruecos. ¿Cómo pueden permitir los vecinos tamaño descrédito? ¿Cómo pueden tolerar la altivez y la postura de farisáica caridad de dándoles de comer a sus “desamparados” morillos? Y, los padres de los pateristas ¿Cómo pueden tener tanta cara dura y tan poca vergüenza? Al menos, el aprovechado y convenío papá de Eliancito ignoraba que su hijo se había fugado, pero dicen las Autoridades Españolas que, en el caso de los pateristas, son los propios padres quienes, de una patada en el culo, les montan en la patera y les utilizan para su propio provecho con el pleno consentimiento de sus propias Autoridades.¡Vaya y vaya con el personal!

Nunca, en ninguna época, en ningún país,se ha visto un trato tan cruel con la juventud y la infancia, ni una frialdad emocional similar. Eso si, el señor Embajador de Marruecos en Madrid es un altísimo diplomático que acude a las recepciones con su exquisita esposa y no se le atragantan los canapés recordando a los cientos de niños y muchachos marroquíes que deben, hasta la mierda que cagan, a la caridad y a la compasión de los españoles, porque están “desamparados” y el Embajador de su país no es nadie, ni quien para “ampararles”. Yo no sé como en las recepciones del cuerpo diplomático no se le atraganta el canapé y como,tan siquiera, sus colegas diplomáticos le hablan, porque su ineficacia e ineptitud está patente en cada expediente de amparo que ha de instruirse para “proteger” a un menor marroquí.

Veintitrés desamparados llegaron ayer ¿Reclamarán furiosos desde Rabat? No.Nada. Pasan de imagen internacional. Será porque, los desventurados menores marroquíes, ni son, ni serán nunca, ni podrán compararse jamás a “Pequeños Eliancitos”.
 

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