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OPINIÓN - JUEVES, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

A ver, a ver…
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

No estoy de acuerdo con Federico Jiménez Losantos cuando, en su columna del diario El Mundo de ayer, dedicaba más del cincuenta por ciento de sus palabras, que deben ser unas seiscientas, a mofarse de la, para mi inteligentísima Vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

Mal hecho. Fernández de la Vega ha tranquilizado la inquietud y paliado la indignación de los españoles que opinamos que tenemos “algún” derecho a controlar y poseer nuestras propias fronteras, como cada hijo de vecino, anunciando tolerancia cero contra la inmigración ilegal. Al tiempo que garantizaba, con gesto serio, que “todos los ilegales serán repatriados tarde o temprano”. Y esas palabras tienen la consistencia de una promesa que, si no cumple, significa una mentira y el político que miente pierde automáticamente, la confianza de la ciudadanía.

Creo que ,la Vicepresidenta, que es el miembro mejor valorado del equipo de Gobierno y méritos sobrados hace para ello, no habla con boca de necia sino de sabia y si es inteligente, de forma inmediata, comenzará a cumplir con el compromiso que, públicamente ha asumido.

En Francia, el ministro Sarkozy, una esperanza para la derecha europea, ha anunciado, para calmar a los franceses, la devolución de veinticinco mil ilegales al año y en lo que llevamos de 2006 ya ha repatriado a doce mil quinientos. El mecanismo es muy simple: vuelos ininterrumpidos a los países de origen y una postura de extrema severidad, cañera, sin complejos, ante los Gobiernos de los países de donde procede la inmigración ilegal. A los que, si no cooperan aceptando a los suyos, se les amenaza con sanciones internacionales y se les corta el grifo de los dineros. Los países tercermundistas gobernados, a saber, por sátrapas o por dictadorzuelos de pacotilla, entienden la dureza extrema de las posturas y las amenazas directas, ir en plan buenista y pidiendo favores no es válido. Porque están acostumbrados a usar y abusar de los complejos y las garantías de los países auténticamente democráticos y todo lo que no sea firmeza y mal tono lo confunden con estupidez y debilidad.

Los gabachos les tienen cogidas las vueltas y las revueltas a los “listillos” nosotros todavía no. Y es extremadamente fácil, algo que se le ocurre a la mente más simple y mi mente lo es. De hecho, he tenido el placer de conocer a lectores y amigos que me han dicho “Yo pienso como tu” y no es cierto, por lo que siempre respondo “No, soy yo la que pienso como tu y como millones de españoles, yo no invento nada nuevo ni original, la inmensa mayoría opinamos lo mismo, solo que yo tengo la suerte de poder decirlo en negro sobre blanco y letra redondilla, es más, me considero una especie de plagiadora del pensar y sentir mayoritarios” Será que, como soy de barriada y mamo de las fuentes del saber popular y de los sentimientos del pueblo llano al que pertenezco por derecho propio, expreso pensares y sentires que me son cercanos y transmitidos directamente, nada creo ni descubro, todo es infinitamente más sencillo. Como sencillas son las fórmulas para erradicar la inmigración ilegal y hacer que, los inmigrantes, escojan Portugal, por ejemplo, como destino más cómodo, sorteando las costas españolas por inhóspitas.

En primer lugar modificar de inmediato la Ley de Extranjería y prohibir las regularizaciones masivas. Acelerar al máximo los requisitos para la repatriación y señalar un presupuesto para construir centros de internamiento al estilo australiano o ingles, ampliando ese plazo de cuarenta días ante el que, las mafias, se recachondean, en plazo de hasta un año. Tiempo más que suficiente para, al menos identificar el país de origen del ilegal y proceder a su devolución. Es más, lo más eficaz a efectos psicológicos sería atender la entrada de cada cayuco, dar la asistencia humanitaria, la ropa, la manta, la comida y el botellín de agua. Asistencia médica de inmediato facturable al Excelentísimo señor Embajador en Madrid del país del inmigrante porque los españoles no tienen por que pagarle el médico a ningún extranjero que está representado en España por su Embajada. Y conforme van llegando, en aviones militares y custodiados por la tropa, devuelta al día siguiente a su país.

El tema de salvarguarda de nuestras fronteras me parece lo suficientemente grave como para que, el Ejército, colabore en las repatriaciones y caso de que, el país africano de turno, para sacar dinero por detrás “amenace” con no reconocer a sus ciudadanos se le denuncia ante los organismos internacionales y se pide el embargo internacional.

Al buen estilo francés. Que voy que vengo. Sin más prolegómenos. Pero anunciar “tolerancia cero” sin comenzar de inmediato las repatriaciones con un puente aereo con Senegal, me parece una soberana jilipollez y una manera de exponerse a un aluvión de críticas y de burlas. Ayer salió en todos los periódicos una página web hecha por senegaleses donde nos zaherían descaradamente y anunciaban que, el billete de salida de Canarias “lo paga Zapatero”. Pero como Zetapé no paga de su bolsillo, los vuelos desde Canarias, para espamplonear a los africanos en nuestras ciudades, sin control policial ni sanitario, los estamos pagando los cantamañanas españoles y encima se pitorrean de nosotros en sus páginas web.

A ver, a ver esos vuelos y si somos capaces de llegar a los veinticinco mil de Sarkozy ¿Qué se pueden quejar las oenegés? ¿Cuáles? Yo no conozco a ninguna Organización No Gubernamental, porque para ser No Gubernamental e independiente, tiene que negarse en redondo a recibir ni un céntimo de las Administraciones y no depender en absolutamente nada de ninguna subvención. Toda Organización que mame de las subvenciones de la teta pública,es decir, del Gobierno, es Osigé y si es Osigé y muerde la mano que le da de comer y que les financia para presumir de sus caridades y de su santidad, se les cierra el grifo de raíz y si quieren ser caritativos que trabajen y donen íntegros sus sueldos y los de sus familias a la nobilísima misión a desempeñar. Les digo. No conozco ninguna Oenegé, sino Osigés, hablemos con propiedad y con honradez, porque en la vida hay que ser honrado, honesto, no mentir y llamar al pan, pan y al vino, vino, porque, del buenismo como profesión, a ser más cursi que una pringá con huevo hilado, hay una línea imperceptible.

Las “cumbres” sobre la inmigración no están mal, pero hay que acudir con la tarea hecha y no a soltar discursejos y palabrería vacía y hacer la tarea conlleva modificar la Ley y hacerla más estricta y comenzar, de inmediato, las devoluciones. ¿Qué apostar por el Ejército es excesivo? Yo creo que no, porque son soldados y están preparados, a los policías les necesitamos en nuestras calles, velando por nuestra seguridad y nuestra calidad de vida y no arriesgándose en unos vuelos cargados de individuos que pueden desencadenar cualquier revuelta, personas que no sabemos quienes son, si pacíficos y honrados o altamente peligrosos, si están sanos o aquejados de enfermedades contagiosas, Además los militares imponen y con los soldados españoles, ni se chulea, ni se bromea, ni se burlan de ellos en las páginas web.

¿Tolerancia cero? A ver, a ver,,,
 

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