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OPINIÓN - SÁBADO, 9 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El fiasco educativo
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

El nuevo curso escolar ya ha comenzado en algunas regiones de España, ejem, me disculpen, he querido decir en algunas Autonomías que no sé si son directamente “naciones” o “nacionalidades históricas” o “realidades nacionales”. Eso es, vamos a aprovecharnos pa reivindicá (uso y abuso del habla meridional con su son de algarabía), y, ya que los melillenses, los ceutíes y los andaluces, somos españoles hasta la médula y le tenemos mucha fe a Don Pelayo, a Covadonga y a la Santina, que premien este patriotismo fetén transfiriéndonos “todo”. Y cuando digo todo es todo, comenzando en Ceuta por la Sanidad.

¿Qué que tiene que ver la sanidad con el comienzo del curso? Pues en Ceuta mucho, porque, el Ingesa o como se llame el invento, maneja presupuestos para setenta y seis mil españoles, léase paganinis, pero no para atender “de gratis” a cientos o miles de extranjeros conveníos y aprovechones. Eso si. Si los extranjeros fueran apátridas o vinieran refugiados de una guerra, los calzoncillos zurrasposos nos quitábamos para darles, pero esos tipos y tipas son nacionales de otro país y no tienen por que chuparles la sangre a los pepitos, los curritos y las marujas españolas.

Hay que aplicar idéntica política que con Portugal. Y eso que es un miembro de la UE. Pero las parturientas portuguesas de Elvas prefieren pasar a Badajoz, al hospital, a parir, porque tiene mayor calidad médica y el Gobierno Extremeño le factura dos mil euros a Portugal por parto. Y los vecinos pagan.

Los dineros que se gastan atendiendo a chupópteros de la nacionalidad que sean, se invierten mejor en adecentar las aulas, montar laboratorios de idiomas y conceder becas para mejorar esos idiomas en tierra de guiris. ¿Qué como se les cobra a los vecinos que vienen a gorronear? Fácil. Se factura al Excelentísimo señor Embajador de Marruecos en Madrid, se le requiere y si no apoquina se le embargan la Embajada y el sueldo. De lo contrario la política acomplejada y paternalista que suelen gastar nuestros gobernantes, nos acaba repercutiendo a los españoles. Ahora bien, si son los socialistas los que quieren hacer caridad, que pague el PSOE de su bolsillo y del sueldo de sus políticos. Ejercer de monjitas Clarisas o de Hermanitas de los Pobres con los dineros de los padres y de las madres españolas es muy fácil, ejercer con los propios dineros es más delicado. Y los senegaleses que andan soltando por las provincias españolas, sin control sanitario ni policial, que se los espamploneen al Zetapé en los jardines de la Moncloa o en los del pisito del Principito, que allí hay mucho espacio para montar asentamientos con cartones , tanto como en los parques de nuestras ciudades.

Justicia y reciprocidad. Ese es mi lema porque aspiro a ser persona santa y equitativa y a decir siempre la verdad para evitar caer en el pecado y condenarme. Odio pecar. Y detesto el laicismo cutre y apolillado que “estos” tratan de imponer en la enseñanza, al viejo modelo francés y digo el viejo porque, la escuela francesa ha demostrado ser un auténtico y reconocido fracaso y los colegios religiosos se ven obligados, por falta material de espacio, a rechazar en Francia a la mitad del alumnado.

En España es muy similar. La desbandada hacia los centros concertados o semiconcertados es absoluta y para entrar en buenos colegios privados hay listas de espera de años. Los progenitores españoles están cada día más preparados y concienciados y rechazan el modelo de enseñanza estatal por “todos” los motivos que ustedes y yo sobradamente conocemos. El que va a una escuela pública es porque no tiene más remedio. Aunque puedo decirles con propiedad que, para servidora, los profesores de la pública tienen un nivelón y están más preparados y cualificados que los de la privada. No fallan los maestros. Los maestros son excelentes. Fallan el ambiente, el entorno, la disciplina y el reducir la aplicación de la Ley del Menor a los doce años para meter en reformatorios a elementos que no tienen cabida en aulas normales, sino en lugares cerrados de reeducación atendidos por otro tipo de profesionales y con métodos disuasorios. ¿Qué hay un gran fracaso escolar? Pero me digan ¿Quiénes fracasan? Y ¿Cómo son los padres de los que fracasan?. En Francia, a determinados niveles, el fracaso escolar es terrible y la integración un fracaso, pero, pensando con coherencia, nadie puede “obligar” por la fuerza a nadie a que se integre. Habrían de articularse severísimas leyes y medidas coercitivas, una especie de obligatoriedad cultural de exigido cumplimiento y unas normas de convivencia muy severas como alternativa a la moral paternalista y lacrimosa que tanto ha perjudicado a los europeos. Lo cierto es que nadie está contento y todos se quejan por lo bajini mientras huyen con sus retoños a buenos colegios católicos concertados y los más pudientes a buenos privados trilingües donde prima el derecho de admisión.

Y es una lástima. Para mi todo es una auténtica pena y me deprime la realidad que contemplo, no es cierto, más que deprimirme hago mía la frase de que “me duele España” y el dolor tiene forma de ahogo (ajogo se dice en el Palo) en el pecho y de retortijón de tripas. Me apena el potencial impresionante de los profesores de los centros públicos, expertos educadores, casi siempre desaprovechados. Me jode que chicos y chicas excelentes, con ganas de aprender y de progresar se vean, muchas veces, obstaculizados por unos elementos a los que, las pamplinas del sistema, pretende “obligar” a educarse porque, la educación es un “derecho”. Patochadas buenistas. Hoy no se puede obligar a un objetor escolar a culturizarse a palo limpio, ni meterle la disciplina a hostias, lo máximo es rogar, suplicar e intentar “convencer” siempre en una postura de inferioridad. La educación es un privilegio, un lujo y una suerte inmensa a la que todos pueden acceder gratuitamente, si lo desean y están dispuestos a aprovechar esas prerrogativas. El violento, el indisciplinado por sistema, el gamberro sin solución, el asocial y el objetor no tienen cabida entre personas normales en aulas normales, porque no presentan el requisito de la normalidad y, ni ellos progresan ni dejan progresar al resto. El beneficio es nulo. Pero, la temática de los profesionales del fracaso escolar es más amplia y para eso pagamos a unos servicios sociales capaces de alertar de situaciones de riesgo familiar y para eso pagamos a unos jueces y fiscales capaces de dilucidar la responsabilidad de los padres y, en su caso, proporcionarles un duro correctivo.

La pobreza, la marginación y la exclusión social, no son una excusa en la Europa del siglo XXI. Nadie tiene por que estar excluido, salvo los borrachos y los drogadictos que están enfermos. Porque trabajo sobra. Se piden en toda España y en Europa obreros de la construcción, personal de hostelería y gente para la agricultura y los servicios. Trabajo sobra. Y sobran oportunidades únicas para la educación. Pero antes que nada sobran quienes viven de parasitar a una sociedad que padece muchas fatiguitas para salir adelante y a unos padres que se endeudan por educar a sus hijos.

La educación y el sistema, tal y como están planteados son un fiasco total. ¡Ah! Y por cierto, a los portugueses se les factura. Y pagan.
 

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