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CULTURA - DOMINGO, 10 DE SEPTIEMBRE DE 2006


Malabaristas y bufones. nicol’s

ocio / mercado medieval
 

El medievo en las Murallas

Durante cuatro días han sido
ocupadas por caballeros y juglares
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

El pasado jueves el patio de armas de las Murallas Reales se vistió de gala para acoger una nueva edición del mercado medieval que, durante estos cuatro días, ha llenado de color y fantasía este monumento histórico de la época portuguesa.

Son muchas las ciudades que se suman a este tipo de iniciativas que sirven para romper un poco la rutina al tiempo que permiten la revitalización del pequeño comercio artesano que, hasta hace unos pocos años, permanecía en el olvido.

Llegan de distintos puntos de nuestra geografía y, muchos de ellos, hacen juntos los kilómetros que separan una ciudad de otra llevando consigo la magia de una época llena de atractivos en la que aspectos como el honor o la lealtad eran motivo suficiente para retar a un duelo o en el que los tesoros piratas eran mucho más que una mera fantasía.

Tiros con arco, columpios y tiovivos han sido algunas de las propuestas de ocio de un mercado que se ha publicitado diariamente por las calles de Ceuta con diversos pasacalles y con los múltiples aromas que despedían los puestos colocados a lo largo del recinto amurallado y que se extendían a lo largo y ancho de la península ceutí.

Productos

Diversas clases de chocolates, quesos y pasteles ponen la nota dulce en un espacio en el que también tienen cabida los embutidos y, por supuesto, el vino aunque tampoco son ajenos a esta cita alimentos menos típicos de la época como la papas asadas o los kebabs, habituales de otras fiestas más contemporáneas como las ferias o protagonistas de los típicos locales de comida rápida.

Pasear por las Murallas Reales estos días es todo un placer para los sentidos: para la vista porque el escenario es inmejorable; para el oído por los cánticos y ritmos medievales; para el gusto y el olfato por la posibilidad de disfrutar de ricas propuestas para el paladar; y para el tacto porque el visitante también puede tener entre sus manos productos artesanos realizados en madera, cuero, metal, hilo o, incluso, semillas.

“Este jabón de laurel es ideal para los problemas de circulación y la glicerina pura, además de tener un aroma natural muy especial, es bueno para la piel grasa y para la higiene íntima”, explica el responsable de uno de los puestos más concurridos. Aquí el jabón no sólo tiene olores distintos sino formas y colores muy variados: el blanco de nata, el amarillo opaco de la glicerina o el verdoso del aloe vera. Cada uno de ellos, vendido al peso, tiene propiedades diferentes, todas ellas extraídas de plantas naturales que tienen efectos relajantes, curativos o hidratantes sobre nuestra piel.

Los productos manufacturados también atraen a los visitantes por la exclusividad de sus diseños. Allí podemos encontrar pulseras de hilo, cuerda o cuero, collares realizados con semillas, menaje para el hogar tallado en madera de olivo e, incluso, espadas, dagas y hachas realizadas por auténticos herreros y forjadas con los diseños que eran habituales en la época, todo ello con un único objetivo: atraer al cliente y lograr que éste se vaya a casa cargado con unos productos que, en algunos casos, sólo pueden encontrarse en Ceuta en citas feriales como ésta.

Despedida

Antes de la despedida, el mercado abrirá sus puertas aún hoy por última vez y reunirá, a buen seguro, a centenares de personas en torno a estos puestos. Desde las once de la mañana y hasta las dos y media en sesión matinal y de cinco de la tarde a diez de la noche, los comerciantes volverán a enfundarse en sus trajes medievales para iniciar el viaje al siglo XV y permitir un día más que vivamos en una época que hoy nos queda muy lejana.

Así, a primera hora de la mañana, tendrá lugar el pregón de buendía que abrirá oficialmente la jornada medieval seguida por la actuación de los juglares que recitarán: coplas sefardíes, romances, canciones de pueblo y juglarías joaquinianas. Todo ello en un entorno en el que los pendones, banderines y tiendas de campaña adornarán el paso de caballeros cruzados, clérigos, lazarillos y curanderas.

Ya por la tarde, las representaciones teatrales de piezas procedentes de la Edad Media y el Renacimiento, los pasacalles nocturnos, la danza de la muerte y el aquelarre alrededor del fuego serán los espectáculos que den por concluido este mercado que, poco a poco, ha tomado arraigo entre las propuestas estivales de Ceuta.
 

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