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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

La monjita de Mogadiscio
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Pensarán ustedes y piensa servidora, la maestra liendre, que de ná sabe y de tó entiende ¿Qué puñetas estaría haciendo en Mogadiscio la monjita asesinada por los fanáticos hijoputas?. Observé de refilón su perfil en televisión, pequeña, regordeta, con el velo y los hábitos. Los ojos cerrados, mismamente como si durmiera y una expresión de paz infinita en su rostro mofletudo y gracioso. Ni un rasgo en la cara de la religiosa muerta, ni un atisbo de ese odio visceral y loco de los desocupados extremistas. ¿Qué por que les llamo desocupados? Me den la razón: se pasan todo el día, según vemos, manifestándose contra alguien y quemando banderas entre el griterío, con sus pancartas en plan ecológico (los ecologistas son muy de llevar como pancartas trapos desaliñados) sus amenazas y sus agravios. Y esta vez, amén de los gritos y las fulminaciones quemaban efigies bastante burdas de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, ofendiendo gravísimamente a todo Occidente y a toda la Cristiandad. Aullar, aúllan mucho, pero para mí que currar, curran poco, porque se ve que no tienen un horario normal de oficina, banca, empresa hospital o comercio. Si tuvieran que trabajar bajo horario sus ocho horas de reloj, como todo hijo de vecino occidental, apuesten algo a que les quedaba poco tiempo para montar ordalías. Para mi que, esos tipos, profesionales de las manifestaciones antioccidentales y tal, son mayormente los gandules irredentos del pueblo o de la ciudad, que se apuntan a un bombardeo con tal de no fichar y dar el callo. Lo cierto es que, ni impresionan ni asustan en su primitivismo, sencillamente causan rechazo y desagrado y espantan al turismo como hipotética fuente de ingresos.

Pero ¿Qué haría esa monjita en Mogadiscio? Les aseguro que ni ir a bares ni ir a bingos, estaría currando lo que no han currado en su vida los profesionales del alarido y la pancarta pringosa, ayudando, ejerciendo su pequeña labor de hormiguita del Buen Dios con los más desamparados y llevando una luz de caridad y de felicidad entre las sombras. Y los hijoputas asesinaron a la mujer santa, tratando en su cólera endemoniada de golpear a un Occidente al que envidian hasta caer en la demencia más atroz. En verdad nos golpearon donde más duele. Tal vez por ello, los amariconados europeos, con perdón de los maricones que son personas dignísimas siempre que no se vistan con tanga de cuero o de lagarteranas, los mariquitusines europeínes a los que parece que les han hecho una liposucción en los cojones, con perdón del símil y se los han dejado como pasas malagueñas, arrugaíllos o como pimentillos secos, prefieren no hablar de la monjita y no remover el tema a nivel institucional “Dejadlo pasar” Deben decir desde arriba ¡Y una mierda! Respondemos desde abajo. Porque la monjita es “nuestra” y su asesinato nos empobrece a todos los cristianos y la afrenta es absoluta.

Grandes afrentas en estos días locunos donde, los palestinos, grandes chupópteros de las ayudas de Europa, nos han quemado nuestras iglesias y supongo, suponemos, que eso va a significar que se cierre el grifo definitivamente, por desagradecidos y por desgraciados. No se puede morder impunemente la mano que te da de comer. Desde el Palo se diría, en el habla de aquí “¡Majetes, se vais a enterá y se vais a comé los mocos!¡So degeneráos!”. Y todos esperamos que, el movidón anti-cristiano y el próximo viernes de múltiples convocatorias de manifas, haga cerrar definitivamente el chorreo de parneses de Occidente, porque está visto y bien visto que no merece la pena despilfarrar.

Lanzo mis fulminaciones con indignación y me atempero cuando mi hermano Hamadi Amar Mohamed, un islámico humanista y racionalista, un auténtico hombre del Renacimiento, me envía un artículo bellísimo para que, las aguas de mi ira vuelvan a su cauce. Trascribe mi hermano espiritual y mi colega dialéctico la disculpa de el Santo Padre y continua diciendo “Esta ha sido la disculpa sincera del Papa Benedicto XVI, como musulmán la acepto, hasta el Santo Padre ( inciso, trata a Su Santidad con una elegancia sin límites) se puede equivocar, por eso es bueno reflexionar siempre lo que se lee en voz alta, ya que, como dice el Santo Padre “se trataba de una cita de un texto medieval” eso mismo es la Yihad, por eso voy a dar mi opinión sobre la locura humana de luchar y matar: Entiendo yo que, el Islam dice sobre la guerra: El Islam permite que uno luche en defensa propia, en defensa de mi Religión, porque alguien intente que yo renuncie a ella por la fuerza, o por los que han sido sacados a la fuerza de sus hogares. Pone leyes estrictas de combate que incluyen la prohibición de dañar a las personas civiles y la destrucción de la naturaleza. El Santo Corán dice “Pelea por la causa de Dios en contra de los que te pelean, pero no debes transgredir los límites, Dios no ama a los trasgresores” Corán 2:190. El término sobreasado últimamente; jihad o yihad que literalmente significa “lucha” y no “guerra santa” como toda prensa o persona con islamofobia expresan, no se encuentra en ningún lugar del Santo Corán. Jihad, dentro de un concepto Islámico, puede ser a nivel personal lucha interior en contra del mal que está en uno mismo; lucha para la decencia y bondad en un nivel social; y lucha en el campo de batalla si es necesario”

Así escribe Hamadi Amar Mohamed, mi sempiterna referencia del Islam cultivado y racionalista de raíces netamente humanistas. Calma y da gusto meditar sobre sus palabras, que son las de un auténtico fanático de la paz, del entendimiento, del diálogo intelectual y de la concordia. Y me digo ¿Existen muchos Hamadis Amar Mohamed? ¿O son minoría cultureta y encima no salen al escenario? Porque ese es el tipo de hombre evolucionado y válido que se necesita en estos jodidos momentos para templar los ánimos encanallados y demostrarnos que, el Islam, no son los que queman iglesias, ni los de Al Quaeda, que amenazan con conquistar Roma (que vengan, pero por derecho, ya lo decía mi abuelo, se puede ser hasta bujarrón, pero por derecho) y por derecho les estaremos esperando. Y por cierto, se abstengan los integristas de usar los inventos occidentales, nada de teléfonos, ni ordenadores, ni medicinas, ni automóviles, porque, el usarlos, es un signo de que, en el fondo, es todo cuestión de envidia reconcomía.

Me digan ¿Cuántos Hamadis ofrecen? Porque yo, cristiana, puedo jurar por Dios Todopoderoso, que , de haber estado Hamadi Amar Mohamed en Mogadiscio, nuestra monjita no hubiera muerto, primero los integristas, le tendrían que haber matado a él.
 

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