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economía - LUNES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2008


fachada de la oficina de consumo. ep.

comercio
 

¿Acuerdos o denuncias
de los clientes?

La Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios actúa en
multitud de casos como intermediaria
entre las quejas de los compradores y las exigencias de los comerciantes cuando se produce un conflicto de intereses
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

No es ni la primera ni la última vez que un comprador tiene quejas sobre el producto adquirido, bien por un mal funcionamiento, porque no satisface sus necesidades, o en el caso de los enseres alimenticios cuando se producen irregularidades sanitarias.

Tampoco es inusual que algún cliente más listo de la cuenta realiza seuna adquisición en breve tiempo quiera descambiar el producto porque le guste más otro como pudiera ser el caso de las nuevas tecnologías tales como móviles, televisiones o reproductores de mp3 o mp4. Y es en este conflicto de intereses donde entra en juego la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Ceuta, que en varios casos actúa de intermediaria para no llegar al procedimiento judicial o una demanda formal.

Dicha asociación tiene dos modos de proceder cuando se produce alguna queja por parte de los clientes: se llega a un acuerdo o se interpone una demanda ante la Oficina del Consumidor. “Cuando nos llega algún ciudadano primero nos ponemos en contacto con el vendedor por teléfono, ya que él también suele tener sus pegas. Si el consumidor lleva razón, seguimos hasta el final sobretodo cuando surgen muchos problemas con las facturas del agua, el teléfono o la luz porque no se entienden y entonces los clientes creen que los están engañando”, explica Inés López Silva, presidenta de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios. En estos casos la entidad intenta llegar a un acuerdo entre el comprador y el vendedor para no proceder a la queja formal ante la Oficina del Consumidor aunque en varias ocasiones, según trate el caso, es inevitable. “Suele darse con las compañías de móviles que ponen muchas pegas ante el acuerdo y tiene que venir un representante de la misma. La mayoría de las veces el denunciante no aporta pruebas o incluso no viene para establecer algún tipo de trato, entonces se producen los arbitrajes”, confiesa la experta.

Cuando el acuerdo o trato no llega a tiempo o es imposible que se produzca, es cuando el usuario debe acudir a la Oficina de Consumo. “El primer trámite es llegar a la sede que está en Agustina de Aragón, abierta de cinco y media a ocho y media. Luego hablar con la presidenta, vicepresidenta o tesorera y después de poner la queja se contacta con el vendedor para no llegar al campo de judicial. Allí mismo se pueden escribir las hojas de reclamación y dependiendo del diálogo entre ambas partes, se procede de un modo u otro”, argumenta.

Pero lo cierto es que en lo que va de año pocos han sido los casos que han llegado a la asociación. En total, unas catorce quejas, de todo tipo y de diversas temáticas. “La verdad es que en Ceua no se protesta mucho y solucionamos desde un problema por la vivienda hasta un producto alimenticio. Por ejemplo, nos llegó una señora que había encontrado gusanos en una lata y su pequeña se los había comido. Hablé con el dueño de las grandes superficies pero sin pruebas, no se pudo hacer nada. Por ello, la gente pasa porque se solucionan pocos casos también porque se engaña a través de las letras pequeñas o se oculta la verdad de las cosas”, comenta.

Quizás uno de los casos más significativos para los ceutíes se consiguió el pasado año, y en el presente, pocas veces se da.

“Nos comentaron que en el Mercado Central los vendedores de los puestos no ponían los carteles con los precios. Hablamos con ellos y ya todos los ponen. Cuando paseamos por allí y vemos que no aparecen, lo decimos”, aclara.

En cuanto a los problemas más relevantes a los que se ha enfrentado la asociación en este 2008: “Tuvimos un microondas defectuoso desde los primeros días. El comerciante intentó arreglarlo dos veces y finalmente llegamos a un acuerdo y al cliente le dieron uno nuevo. Después también encuentras clientes con cara. Fue el caso de un colchón, que supuestamente hundía, y ya había pasado seis meses desde su compra. Por eso siempre se debe escuchar atento a las dos partes involucradas”, concluye.
 

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