PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

ACTUALIDAD - MARTES, 9 DE DICIEMBRE DE 2008


PORTEADORES MARROQUÍES. ARCHIVO.

ESTUDIO
 

Ceuta espera que el desarrollo
del Norte de Marruecos minore
la ‘economía sumergida’ local

La Consejería de Economía y Empleo
que dirige Guillermo Martínez asume
que, pese a carecer de informes específicos,
el peso de las actividades irregulares sobre
el total de la ciudad ronda el 25%, como el
que imputa la consultora ZIES a Melilla

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La prostitución, la droga, los trabajadores sin contrato, las chapuzas a domicilio sin factura, los sobornos, las propinas, los talleres clandestinos... ¿Quién no ha recurrido alguna vez a uno o varios de estos ‘servicios’ que escapan al control del Estado. Todos ellos y muchos más, cada intercambio que se oculta a los ojos del Estado, forma parte de la denominada ‘economía sumergida’. En Ceuta, uno de cada cuatro euros pasan por esas cañerías. La Ciudad espera que el desarrollo marroquí ayude a reducir esa tasa.

En términos informales, como ella misma, la ‘economía sumergida’ es “el sistema de intercambio de bienes que permanece ajeno al control del Estado”. No es una regla, pero como con el humor y el amor, el asunto parece darse especialmente bien en el sur: en España o Italia representa más del 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de ambos países [el colectivo de Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (GESTHA) cifra este mismo año el español en el 23%], mientras que nuestros colegas mediterráneos griegos son los campeones europeos con más del 30%. La media de la UE está en el 13%.

Dentro de nuestras fronteras, la consultora ZIES, a la que el Gobierno melillense encargó el año pasado un informe sobre este asunto que fue presentado la semana pasada, adviertede que “en las regiones del sur en las que se da una mayor incidencia”.

“Melilla, al igual que sucede con Ceuta, tiene un importante peso de la economía sumergida que es difícilmente aprehensible estadísticamente”, se explica en sus conclusiones, en las que se recuerda que “a diferencia de otras regiones donde las actividades irregulares se explican por el peso de sectores como la agricultura, la ganadería, la construcción y la hostelería, en Melilla es el comercio atípico la principal fuente, si bien no la única, de empleo irregular”.

Su análisis sobre: 1) la “especial situación geográfica” de la ciudad, que determina “tanto las actividades económicas que se pueden desarrollar y la competencia del entorno al que se enfrentan como el alto porcentaje de ilegalidad”; 2) lo “profundamente relacionado” que está el mercado negro “con las características de un mercado laboral poco cualificado, sometido a la presión migratoria y segmentado en función del origen étnico y geográfico” y 3) el gran peso del sector público como elemento incentivador “prácticas de informalidad empresariales y laborales” también es extrapolable a Ceuta.

En conclusión, el consejero de Economía y Empleo ceutí, Guillermo Martínez, que fue invitado a la presentación del estudio mencionado, asume que la tasa de ‘economía sumergida’ ceutí “debe de ser muy similar” a la que se calcula en Melilla, donde “todos” los estudios consultados por ZIES “oscilan entre el 22% y el 25% del volumen total”.

Un Presupuesto en ‘negro’


Si tenemos en cuenta que durante el año pasado, según los datos del INE, el PIB local ascendió a 1.578 millones de euros puede concluirse que más de 350 de millones de euros, por encima del Presupuesto anual de la Administración local, se mueven al año en Ceuta a espaldas de las instituciones, algo que según subrayó ayer Martínez tiene consecuencias “tanto en forma de fraude a la Seguridad Social como fiscal”.

“Carecemos de datos concretos sobre el peso de la llamada ‘economía sumergida’ en Ceuta pero, aunque pueden establecerse algunas diferencias con lo concluido por ZIES sobre Melilla, pueden ser datos comparables”, reconoció Martínez, quien reconoce al señalar al desarrollo del Norte de Marruecos como el factor que “más contribuirá” a reducir su peso que las medidas necesarias “exceden en muchos casos de nuestro ámbito de competencias”.

“Obviamente”, explica el consejero, “si la diferencia económica entre uno y otro lado de la frontera, que actualmente es 1-15 a nuestro favor, con ella se reduciría también nuestra ‘economía sumergida’”.

Formación retribuida


La opinión de Martínez casa perfectamente con la situación que describen los empresarios en las entrevistas realizadas por ZIES: “Estamos en un continente distinto”, subrayan, “en el que respecto de nuestros vecinos más próximos, los habitantes del norte de Marruecos, tenemos una distancia de ocho puntos. Por lo tanto, a solamente unas centenas de metros, pues tenemos un país con muchas carencias, tanto laborales, como sociales. Esto tiene una gran influencia en el ámbito laboral de Melilla. Por lo tanto, los problemas, normales y corrientes de temporalidad, de falta de empleo, que puedes tener capacidad laboral, yo creo que se agudiza un poco más, por su situación geográfica, teniendo un país a lado, con una, digamos, con unas carencias económicas y laborales, como puede ser Marruecos. Eso hace que, que haya cuajado, que se haya plantado una cultura de economía sumergida y empleo irregular. Y esto se ve con una normalidad que duele”.

De puertas para adentro, el consejero opina que extender la bonificación de las cuotas a la Seguridad Social, reduciendo así el diferencial entre los costes laborales legales e ilegales “contribuiría a evitar el fraude”, ya que Ciudad y Delegación ya colaboran en los trabajos de la Inspección de Trabajo. Todas las fuentes coinciden en que ahorrar costes laborales, aumentar los beneficios empresariales, la facilidad para no ser descubierto y la “aceptación social” de la ‘economía sumergida’ son sus mayores incentivadores.

“Las cláusulas sociales de contratación que se han establecido y las subvenciones a la contratación de empleadas de hogar, un sector con gran número de irregularidades, por parte de trabajadoras autónomas embarazadas que ha propuesto establecer UDCE-IU [el jueves lo estudiará el Comité de Seguimiento de los fondos europeos] también ayudarán”, desea Martínez.

Por último, formación, mucha formación, y retribuida. Si ZIES advierte de que “todos los estudios señalan que hay una íntima relación entre la formación y el empleo” y si las dos ciudades autónomas forman parte del vagón de cola nacional en ambos indicadores, al desempleado que decide mejorar su formación hay que darle incentivos para “evitar que tenga que buscarse la vida y ocupar puestos de trabajo sumergidos”.
 


El 28,2% de los jóvenes “no permitiría” a los marroquíes trabajar en España

Cuidado con la semilla del odio que germina muy rápidamente. Y en tiempos de crisis y escasez, a juzgar por los datos recogidos en la encuesta escolar ‘Actitudes ante la inmigración y cambio de valores’, realizada este mismo año por el catedrático de Antropología Tomás Calvo Buezas, director del Centro de Estudios Sobre Migraciones y Racismo, aún más. En sus conclusiones, a las que ha tenido acceso este periódico, se señala que “algo más de la mitad de los escolares tienen una valoración negativa de la inmigración”. El 50,8% cree que “quitan puestos de trabajo”; el 61,2%, que “aumentan la droga y delincuencia; que aumentan el terrorismo, el 40,7%. Tres de cada cuatro consideran que “ya hay en España suficientes inmigrantes” y un 21,1% que “debe echarse a algunos”. Más de la mitad de los consultados creen que hay que expulsar “a todos los ilegales sin excepción”, cuya imagen se endurece “de forma radical y criminalizadora”. De todos los foráneos los marroquíes ocupan “el primer puesto en los porcentajes de rechazo y xenofobia, superando al grupo gitanos, que era tradicionalmente el más discriminado, que ha pasado al segundo lugar. Un 23,1% de los más de diez mil jóvenes de entre 14 y 19 años entrevistados asegura que “le molestan” como compañeros de clase y un 32,9% asume tener “antipatías” contra ellos. Les molestaría casarse con ellos a un 63,5% y no les permitiría trabajar en España un 28,2%. Uno de cada cuatro creen que “nunca serán aceptados en nuestra sociedad” y un 49,7% “prohibirían el uso del velo islámico en las escuelas”. El 39% rubricaría que “desearía que les echaran de España”.
 


NOTICIAS RELACIONADAS

Márquez y Martínez buscan el apoyo del PP para “restablecer” el diferencial de impuestos como el de Sociedades

 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto