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ACTUALIDAD - VIERNES, 23 DE ENERO DE 2009


fachada de los juzgados. reduan.

trato a menores en el centro de punta blanca a pleno
 

«Nunca he tenido la más mínima sospecha de que lo denunciado suceda en Punta Blanca»

El juez de Menores de Ceuta, Jesús Lucena, asegura recibir denuncias de los internos en el centro de reforma “por lo más nimio” pero “nunca” por presuntos tratos degradantes como los expuestos por CCOO
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Muy atareado estos días con lo que él entiende que es una lucha básica para que el Poder Judicial deje de tener capacidad para seguir considerándose tal, el juez de Menores de Ceuta, Jesús Lucena, que desempeña esta responsabilidad desde hace ya casi 4 años, rehúye la cámara pero no la palabraj. Después de saber, anteayer, a través de este periódico, que CCOO había denunciado a la Fiscalía la comisión de presuntas torturas en forma de atado “sistemático y habitual” de menores del centro de reforma de Punta Blanca a sus camas, Lucena, que visita sus instalaciones cada mes, asegura no haber recibido nunca ninguna queja de los “niños”, como se refiere a ellos, en ese sentido, pero cree que el asunto es lo bastante grave como para ser investigado. “No voy a decir que la justicia de menores en Ceuta sea idílica, pero sí una de las mejores”, afirma.

Pregunta.- Como juez de Menores de Ceuta es usted el máximo responsable de lo que suceda en el centro de Punta Blanca, ¿verdad?

Respuesta.- Sí, podemos decir que sí, de todo lo que suceda en el sentido de que tengo que adoptar las medidas necesarias respecto de todo aquello de lo que tenga conocimiento que haya ocurrido allí en relación con los menores aún cuando no sea competente para la resolución de muchos de esos posibles conflictos. Es mi responsabilidad adoptar las medidas necesarias de puesta en conocimiento para evitar cualquier desvío o situación anómala que se produzca.

P.- ¿Tiene la sensación o la certeza de ser conocedor de todo lo que ocurre en el interior del centro?

R.- Yo visito cada mes Punta Blanca. Y no me quedo ni en la fachada ni en el despacho de la directora. Hay muchos centros de menores que son visitados poco o nada. Yo llevo a gala, como mis antecesores, realizar visitas cada mes. Bajo hasta las catacumbas, por decirlo de alguna manera, hasta la cocina…

P.- ¿Cuánto lleva como juez de Menores en la ciudad?

R.- Desde mayo de 2005.

P.- Decía que cuando va al centro entra hasta la cocina

R.- Sí. Veo la cocina y lo que comen, me entrevisto con todos y cada uno de los menores y cambio impresiones con ellos, veo cómo se lava la ropa, charlo con los educadores, pregunto por qué se les reparte al entrar, cómo se les dan las instrucciones, la higiene que hay, el estado de los nuevos módulos… Me entrevisto con la directora, con el subdirector, con la psicóloga y con todo el personal que pueda haber allí. Y me encuentro de forma reservada con todos los internos. Salvo el señor secretario y yo no hay nadie más delante. Los menores hablan con total y absoluta libertad y yo les insisto en que me informen de cualquier carencia o defecto del centro.

P.- ¿Y qué le dicen?

R.- Muy pocas veces me han hablado de incidentes con algún educador, que les ha insultado, que les ha pegado… Muy pocos casos.

P.- ¿Y usted qué ha hecho?

R.- Se deduce testimonio y se manda al juzgado competente, que es el de Instrucción de guardia, para que proceda a su reparto o asuma la competencia si le corresponde para que se investiguen los hechos y, en su caso, se celebre el juicio.

P.- Ha dicho que son casos esporádicos… ¿Eso qué significa? ¿Uno al mes?

R.- Menos. Desde que yo estoy aquí habré deducido testimonio 5 ó 6 veces.

P.- ¿En alguno de ellos el juzgado ha concluido que había base real?

R.- Lo desconozco. Se trata de enjuiciar a mayores de edad sobre los que no tengo competencia. Ni conozco ni tengo por qué conocer el resultado de esas investigaciones. Yo cumplo con dar cuenta al órgano competente.

“Debería investigarse”

P.- A modo de resumen, ¿qué opina del centro de reforma?


R.- No voy a decir que la justicia de menores en Ceuta sea idílica, pero sí que es una de las mejores de España, y lo digo porque la respuesta entre el hecho sancionable, la sanción y la ejecución es mínima. A veces, en días. En cualquier caso, menos que semanas. Eso es lo mejor que puede haber para un menor: que la instrucción de cualquier medida ante un hecho que cometa se inicie cuanto antes. Mi coordinación con Medio Abierto de la Ciudad y Medio Cerrado es total y absoluta. Nos conocemos, nos vemos, hablamos y nos visitamos, unificamos criterios y se actúa en consecuencia.

P.- ¿A qué le sonó la denuncia de CCOO a la Fiscalía?

R.- Sólo sé lo que he leído en el periódico, pues la denuncia parece ser que se ha presentado en Fiscalía. Creo que habla de sujeciones mecánicas, de esposar a la cama, ¿no?

P.- La denuncia dice que de forma “habitual y sistemática” se incurre “en actividades que podrían ser consideradas delictivas”, en concreto esposando a los internos con grilletes “y si persisten en conductas que los celadores consideran inadecuadas, inmovilizándolos en la cama con correas durante horas”

R.- Sin querer valorar ese escrito no aprecio una denuncia concreta, ni persona concreta que denuncie… A mí ningún menor se me ha quejado nunca de que le hayan hecho sujeción mecánica.

P.- La ley dice que quien debería informarle es el propio centro

R.- La normativa regula que los medios de contención que se pueden utilizar son la contención física personal, defensas de goma, aislamiento provisional y sujeción mecánica. Respecto de esta última, como del resto, establece que su utilización debe ser autorizada previamente salvo por motivos de urgencia que no lo permitan. Igualmente se dice que tendrá que ser comunicada la adopción y cese de dichas medidas, así como del hecho que dio lugar a su ejecución, al juez de menores.

P.- ¿Y así sucede?

R.- Por supuesto. El uso de sujeción mecánica se comunica, normalmente vinculada a expedientes sancionadores. El caso típico es el enfrentamiento con un celador, ‘te voy a matar, ya te cogeré en la calle’, rompo la bombilla de la habitación e intento agredirle o digo que me voy a agredir yo. ¿Qué hay que hacer ahí? Pues el centro, con buen criterio, adopta las medidas proporcionadas necesarias para evitar que se cause daño a una tercera persona o, primero incluso, que se autolesione, porque no olvidemos que son jóvenes de entre 14 y 18 años, salvo excepciones, impetuosos, en pleno desarrollo hormonal y efervescencia. Se producen situaciones de enfrentamiento y a veces tienen que ser sancionados. La modalidad está dentro de un amplio abanico, pero esas conductas no pueden permitirse. Yo reviso las ejecutorias paso a paso, las medidas cautelares cómo se van ejecutando… Algunas se recurren y otras no.

Medidas “proporcionales”

P.- Háble de la sujeción mecánica


R.- A veces se aplica. Se me explican las circunstancias, la duración que ha tenido y en qué ha consistido y yo hago visitas personales al centro en las que, repito, lo compruebo todo y me entrevisto personal e individualmente con todos los menores. Y no he detectado ninguna irregularidad.

P.- ¿Cómo se aplica dicha sujeción? ¿Sus características tienen algo que ver con la descripción que hace de ella CCOO?

R.- Sobre el principio de proporcionalidad. Si el menor está en estado violento, golpeándose contra las paredes, evidentemente habrá que sujetarlo hasta que cese ese comportamiento, hasta que se relaje, hasta que se tranquilice. Hay un médico en el centro, no lo olvidemos. Lo que usted me ha leído parece como si se les sometiese a torturas.

P.- Es un término de la denuncia

R.- La sujeción mecánica que se aplica no es ni permanente ni constante. Habitualmente el celador le sostiene abrazándole para que persista en su actitud y si mantiene un comportamiento violento se les esposa en una celda de aislamiento hasta que el niño se tranquiliza.

P.- Fuentes denunciantes han comparado la imagen con la de De Juana Chaos en el hospital, amarrado como un cristo a la cama por sus extremidades

R.- No, no… No creo que eso se haga en Punta Blanca. Yo he visitado las habitaciones y no he visto que existan ese tipo de sujeciones. Ningún niño me ha dicho nunca que haya estado sometido a ese tipo de sujeciones. Si lo hubieran estado me lo habrían dicho porque recibo denuncias por lo más nimio: porque la comida está fría, porque no les gusta, porque les han quitado un disco, la televisión… ¿No me iban a decir algo así?

El personal de guardia

P.- ¿Le satisface el perfil que tiene el personal encargado de la guardia y custodia en Punta Blanca?


R.- Allí trabaja personal de seguridad que hemos tenido previamente en los juzgados y a los que conozco por su nombre.

R.- Este presunto maltrato habría comenzado, dice CCOO, cuando se incorporaron vigilantes procedentes de Instituciones Penitenciarias

R.- He compartido desde esta responsabilidad un tiempo con personal como el que usted me menciona, pero ni siquiera en esa época se me denunció nunca un comportamiento como el que se señala en la denuncia a la Fiscalía. Todo esto me llega de nuevo y concedo la entrevista porque creo que pueden resultar interesantes mis declaraciones. Habrá que esperar a que el órgano competente investigue y decida si ha existido o no. Desde mi punto de vista sólo puedo asegurarle que nunca he tenido la más mínima sospecha de que eso se pueda producir en Punta Blanca. Al contrario. Hay padres que vienen a decirme que querrían que sus hijos estuviesen allí, que qué tienen que hacer. Se les limpia al llegar, se les facilita ropa, comen caliente varias veces al día, reciben una educación, tienen posibilidad de examinarse y obtener un título escolar…

P.- ¿Qué tipo de internos acoge Punta Blanca actualmente?

R.- En el centro hay niños la mayoría condenados en firme y otros con medidas cautelares adoptadas con todas las garantías a petición de la acusación pública o particular. Está previsto en la ley que en esa situación pueden permanecer hasta 6 meses e incluso otros tres y nunca se agota ese plazo. Están en régimen cerrado o semiabierto y acogemos a una media de 25 niños, tanto españoles como extranjeros, de todo tipo de extracción social y nacionalidades. El delito no entiende de ese tipo de cuestiones.

P.- ¿Usted cree que la denuncia presentada debe ser investigada?

R.- No debo decir nada sobre eso. Toda denuncia debe ser investigada. Los hechos que se denuncian ahí son graves y deben ser investigados para que, si fueran ciertos, el responsable pague por ellos.
 


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