| 
                     
					Las sanciones económicas que aplica de forma “objetiva” la 
					Ciudad, a través de la Consejería de Sanidad y Consumo, a 
					las navieras, oscilan entre los 6.000 y los 15.000 euros. 
					Estas multas se producen después de que un ciudadano realiza 
					una reclamación a causa de un retraso en el barco. El inicio 
					de estas actuaciones se produce cuando la tardanza pasa de 
					los 15 minutos ya que “ocasiona perjuicios” a los viajeros. 
					En este año ya se han presentado 20 quejas, aunque la época 
					estival es en la que más aumenta esta cifra. 
					 
					Las sanciones económicas que aplica la Consejería de Sanidad 
					y Consumo a las navieras que operan en el Estrecho oscilan 
					entre los 6.000 euros y los 15.000. Y es que, según informó 
					ayer el viceconsejero de Consumo, Manuel Carlos Blasco, las 
					reclamaciones por “retrasos” en las salidas de los barcos 
					son las que más se realizan a la Viceconsejería en relación 
					al transporte marítimo. Así, si el viaje se retrasa quince 
					minutos, se aplica la cantidad mínima, y si el retraso es de 
					una hora, se multa a la naviera con la máxima sanción. 
					 
					El criterio que se utiliza para sancionar “es objetivo”. 
					Tras agotar “la vía administrativa normalmente la empresa 
					naviera se dirige al Tribunal Contencioso-Administrativo 
					para intentar que esta sanción no surta efecto”. Desde la 
					Ciudad se considera que “se puede empezar a sancionar a 
					partir de un retraso de quince minutos, ya que ocasiona un 
					perjuicio al usuario y por ello es motivo para abrir un 
					expediente sancionador”, remarcaba el viceconsejero. “En 
					función del tiempo que tarde el barco en salir se le aplica 
					una cuota u otra”, resaltó el viceconsejero.  
					 
					En cuanto al número de reclamaciones se refiere con respecto 
					al año 2010, Blasco explicó a EL PUEBLO que “se sigue con la 
					tendencia que continúa siendo muy parecida a la de años 
					anteriores”. Así, en el primer trimestre de este año se han 
					registrado un total de 218, “muy similar a la de los 
					primeros tres meses de 2010”. Sin embargo, las reclamaciones 
					en la telefonía y en el transporte marítimo sí que han 
					experimentado un aumento. En el caso de las navieras, las 
					quejas ascienden a 20 -en el 2010 por estas fechas tan sólo 
					eran 14-. 
					 
					Época estival  
					 
					Los meses en los que más reclamaciones ciudadanas se 
					producen son los de verano, ya que “se une el período 
					vacacional con la Operación Paso del Estreecho”, según 
					explica un informe realizado por la propia Consejería.  
					 
					Así, el total de quejas recibidas durante el año pasado fue 
					de 131, lo que situó al transporte marítimo en la segunda 
					posición de la tabla tras la telefonía, con 262. En 2011, 
					por problemas con las líneas telefónicas, la Viceconsejería 
					ya cuenta con un total de 86. A pesar de que “desde Consumo 
					se aúnen esfuerzos para que se vayan tomando soluciones, la 
					tendencia sigue siendo igual” en cuanto al transporte, 
					continuaba el viceconsejero. “Lo único que se puede hacer es 
					hincapié y seguir trabajando para que los barcos continúen 
					saliendo a su hora”. Así, en todas aquellas reclamaciones 
					que se presenten sobre la “tardanza en la salida de los 
					barcos, se hará como hasta ahora, abirendo expedientes 
					sancionadores y, si procede, sancionando como debe ser a las 
					navieras”, resaltó Blasco.  
					 
					Aunque la mayoría de estas quejas sean sobre los retrasos, 
					hay ciudadanos que también muestran su descontento “porque 
					no se les haya tratado bien en alguna ocasión” o “por el 
					precio del billete”.  
					 
					Sin embargo, la Ciudad Autónoma tiene competencia “tan sólo 
					cuando se incumple alguna de las cláusulas del contrato”. 
					“Hay una serie de obligaciones por parte de la empresa que 
					se compromete a realizar ese viaje”, recalcó el 
					viceconsejero, y ahí es donde entra la defensa al 
					consumidor. “La obligación más común en la que se cometen 
					infracciones es en la de salir a la hora ya que en la 
					mayoría de las ocasiones la queja viene orientada en ese 
					sentido y ahí es cuando la Administración puede actuar, 
					siempre a instancia de parte”, explicó.  
					 
					La última de las grandes sanciones a las navieras se produjo 
					el año pasado por “acordar los precios”. La multa ascendió a 
					3,8 millones de euros después de que la Comisión Nacional de 
					Competencia (CNC), diera la razón en este asunto a la 
					Ciudad.  
   | 
                		
						
                  | 
                      
					La hostelería y restauración ya tienen 13 quejas de 
					ciudadanos 
					El viceconsejero Manuel Carlos 
					Blasco quiso hacer mención ayer del trabajo que está 
					llevando a cabo la asociación de consumidores ‘Adicae’ en la 
					ciudad. Y es que, Consumo ha registrado en los primeros tres 
					meses de este año un total de 9 reclamaciones por los 
					servicios de ‘seguros y bancos’. “La asociación está 
					realizando un trabajo muy activo para favorecer a los 
					usuarios; aunque el resto de asociaciones también trabajan 
					de forma concienzuda”. Otras de las reclamaciones más 
					destacadas que aparecen en el informe de Consumo son las de 
					‘hostelería y restauración’, que ya lleva 13 desde 
					principios de este año. En relación a la electricidad y el 
					agua, se han producido cuatro quejas, dos de cada una. Los 
					productos industriales también tienen un puesto importante 
					en la lista, ya que ha habido 24 reclamaciones. Desde la 
					Consejería se “invita” a los ciudadanos a que presenten sus 
					quejas porque “si no se presentan, no se puede actuar”.  
   |