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					Desilusión por el “giro” de Mohamed Ali, por un lado, 
					agradecimiento por las realizaciones que se reconocen al 
					Ejecutivo Vivas y esperanza en Carracao son las sensaciones 
					que se perciben en el barrio del Príncipe donde los partidos 
					políticos que se presentan a los comicios del próximo 
					domingo se disputan los algo más de 6.000 votos que 
					corresponden a esta parte del Distrito 6, con excepción de 
					Benzú. Los ánimos no están como en 2007. 
					 
					La charla con varias decenas de vecinos de Príncipe Alfonso, 
					de diversas zonas del barrio, muestra un clima bastante 
					cambiado en relación a 2007 cuando la UDCE de Mohamed Ali 
					arrasó literalmente en las distintas mesas electorales de 
					esta parte tan importante del denominado distrito 6, al que 
					también pertenece Benzú y en el que para el 22 de mayo están 
					llamados a votar 6.569 ciudadanos. Lo que era un granero de 
					votos para Mohamed Ali puede quedarse en simple despensa en 
					estos comicios.  
					 
					En este barrio, uno de los más populosos de Ceuta, no se le 
					perdona que se haya unido al PSPC de Aróstegui. 
					Definitivamente en el Príncipe se consideran “traicionados” 
					por Ali. 
					 
					En un paseo por ‘El Príncipe’, para testar las sensaciones 
					de los vecinos, y después de charlar con más de dos decenas 
					de residentes, pocos son los que admiten y dan por bueno que 
					Ali y Aróstegui, ahora con Caballas, puedan repetir un éxito 
					electoral tan holgado como UDCE en 2007. 
					 
					En la Asociación ‘Al Ambar’ de mujeres -nuestra primera 
					parada- EL PUEBLO se está leyendo. A las 10:30 horas de la 
					mañana varias mujeres comentan las declaraciones del 
					presidente del barrio sobre lo mucho que se ha hecho. Están 
					de acuerdo, pero no lo están tanto con lo que opina 
					Aróstegui de los musulmanes, aquello que escribió en 2002 en 
					su libro ‘Ceuta, a corazón abierto’. Lubna es muy directa: 
					“Para nosotras Aróstegui no existe y la culpa la tiene 
					Mohamed Ali por admitirlo”. Lubna habla con Nadia y confiesa 
					que Ali habló con ellas en el barrio para advertirles de que 
					votar al PP tenía graves consecuencias. “Nos ha dicho que el 
					PP nos quitará nuestras costumbres como el velo”. Sólo es 
					una estratagema para demonizar al partido de Juan Vivas. No 
					se lo creen, máxime cuando saben lo que piensa sobre los 
					musulmanes su coaligado Aróstegui: “¿Cómo puede estar Ali 
					con un hombre que ha dicho tales cosas?. Nosotros somos 
					musulmanes y españoles y merecemos un respeto por nuestra 
					religión”, apuntan las mujeres. 
					 
					En la calle, la mañana amenaza lluvia, pero el vaivén de 
					personas no cesa. La noticia de la presencia de periodistas 
					en el barrio corre como la pólvora. Seguimos preguntando y 
					charlando. Esta vez un hombre de mediana edad, que presume 
					de ser la quinta generación de ceutíes, al principio no 
					quiere decir su nombre, pero después decide que sí: “Puedes 
					decir que me llaman ‘Menana’ y conozco muy bien a Aróstegui, 
					sí y puedo decirte que es muy racista”. Cuenta una historia 
					que le sucedió a su mujer, una de las siete personas que 
					aprobaron en FP técnico en Administración, “aprobaron 4 
					cristianas y 3 musulmanas. Metió a todas las cristianas, la 
					última en un restaurante de comida rápida y las musulmanas 
					todavía siguen en paro”, recuerda. La indignación le sube 
					por momentos, “Aróstegui no tiene que entrar en el 
					Ayuntamiento -dice-, si dejamos que entre va a crear una 
					guerra”, asegura. Bilal, que está pendiente de la 
					conversación y apostilla, “Aróstegui es el más racista de la 
					tierra y Ali ha dejado entrar a un racista en la casa de los 
					musulmanes”. 
					 
					Menana nos ilustra: “Los musulmanes somos como leones y 
					actuamos en manada siguiendo a un líder. Alí ya no es 
					nuestro líder porque ahora es un cordero al lado de 
					Aróstegui”, sentencia. “Si no vale como sindicalista, que se 
					aprovecha de los trabajadores, ¿cómo va a valer como 
					político?”, se pregunta. 
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