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					Para estas dos sesiones de juicios, la Fiscalía ha pedido la 
					declaración de ocho civiles y otros nueve agentes de la 
					Benemérita en calidad de testigos. Además de la audición de 
					varias conversaciones telefónicas interceptadas por las 
					Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las que se 
					pusieron en práctica las supuestas conductas “ilícitas” por 
					parte de los acusados.  
					 
					La defensa, por su parte, impugnará dichas intervenciones 
					telefónicas que se realizaron sobre los acusados, que 
					deberán esclarecer ante el tribunal de la Sección VI de la 
					Audiencia Provincial, órgano designado como competente 
					después de que el Juzgado de Instrucción número 1 dictase el 
					auto de apertura de juicio oral, su presunta relación en la 
					causa. Y ello porque, según lo confirmado por fuentes 
					cercanas al caso, la única prueba de cargo que podría 
					existir sobre los acusados serían estas intervenciones 
					telefónicas, “sin control alguno y en determinados momentos 
					ilegales al no tener vigentes la orden de la autoridad 
					judicial”.  
					 
					Pases concretos 
					 
					De los móviles ‘pinchados’ se obtuvieron las siguientes 
					informaciones. El día 20 mayo de 2003, uno de los imputados 
					que prestaba servicios de control en la frontera negó el 
					acceso de entrada a la ciudad a un marroquí que carecía de 
					permiso de conducción válido en España. Pese a ello, y por 
					41 euros, el mismo le permitió el paso una vez recibido el 
					dinero a través de un tercero.  
					 
					El día uno de agosto de dicho año, uno de los cooperadores 
					de los agentes en el puesto fronterizo exigió al conductor 
					de un Renault Express una cantidad de dinero que no consta 
					determinada en el procedimiento a cambio de permitirle el 
					paso por la aduana de tal forma que, una vez entregada la 
					cantidad al Sargento de la Guardia Civil, se le dio paso 
					permitiéndole el acceso a Ceuta.  
					 
					Otro de los hechos incluidos por la fiscal en el escrito de 
					acusación se refieren al 6 de septiembre de 2003 cuando, al 
					parecer, un ciudadano marroquí llevaba en su vehículo 
					mercancías cuya entrada en Ceuta requerían un adecuado 
					control sanitario del que carecían, por lo que uno de los 
					acusados le negó el paso al conductor hasta que otro de los 
					cooperadores intervino y le pidió cierta cantidad de dinero, 
					que al llegar a las manos del agente, dio luz verde al cruce 
					de la frontera.  
					 
					En el caso de los tres civiles, los hechos concretos por los 
					que se les acusa tuvieron lugar el día uno de agosto de 
					dicho año, cuando uno de los cooperadores de los agentes en 
					el puesto fronterizo exigió al conductor de un Renault 
					Express una cantidad de dinero que no consta determinada en 
					el procedimiento a cambio de permitirle el paso por la 
					aduana de tal forma que, una vez entregada la cantidad al 
					Sargento de la Guardia Civil, se le dio paso permitiéndole 
					el acceso a Ceuta.  
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