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					La Brigada forestal de la Ciudad ha ampliado el radio de 
					acción de sus trabajos de preparación de los montes para la 
					temporada estival, cuando aumenta el peligro de incendios. 
					Los márgenes de la carretera se han desbrozado en una franja 
					de hasta 6 metros, en lugar de los 3 de años anteriores. 
					Además, han contado con la colaboración de operarios de la 
					empresa Tragsa. 
					 
					Este año, la Brigada forestal de la Consejería de Medio 
					Ambiente ha ampliado el radio de acción de sus trabajos de 
					prevención del fuego. EL PUEBLO acompañó ayer a los miembros 
					de este equipo en una de sus jornadas laborales. La Brigada 
					está presente en los montes todos los días entre los meses 
					de junio y noviembre, época de mayor riesgo de incendios.
					 
					 
					Según explicó el jefe de la brigada, Carmelo Navarro, esta 
					temporada se ha extendido la franja de desbroce en los 
					márgenes de la carretera de García Aldave. En concreto, se 
					ha pasado de limpiar de maleza entre 2 y 3 metros a hacerlo 
					en un espacio de hasta 5 ó 6 metros de distancia de la 
					calzada. Navarro apunta que los márgenes de las carreteras 
					son los lugares en los que con más frecuencia se inician los 
					incendios forestales, debido a imprudencias como la de 
					lanzar colillas de cigarro desde los vehículos. De ahí que 
					estos trabajos sean especialmente importantes. 
					 
					Pero además de ello, este año la Brigada forestal de la 
					Ciudad ha contado con la colaboración de trabajadores 
					especializados de la empresa Tragsa, contratada por las dos 
					administraciones, autonómica y central, para la realización 
					de esta labor preventiva. La coordinación de ambos grupos, 
					con unos 8 operarios por parte de Tragsa y que estuvieron en 
					Ceuta hace un mes, ha posibilitado ampliar también la 
					extensión de los desbroces, de los 8 kilómetros que suele 
					hacer la brigada de Medio Ambiente al doble, unos 15, 
					calcula Navarro.  
					 
					“En abril, la vegetación invadía hasta la calzada”, indicaba 
					el jefe de la brigada a pie de carretera, en una zona donde 
					la labor llevada a cabo por los miembros de su equipo ha 
					servido además para poner al descubierto una repoblación con 
					especies autóctonas realizada por la empresa Obimasa, que 
					depende también de la consejería hace una década. En la zona 
					se destacaban algunos ‘Cipreses de Cartagena’, una especie 
					norteafricana (Tetraclinis articulata), conocida también 
					como Araar, y madroños. Las mismas especies de repoblación 
					crecen también con éxito en el entorno del Mirador de Isabel 
					II, uno de los observartorios fijos de la brigada junto al 
					Monte de la Tortuga.  
					 
					Aunque es una labor de mucha paciencia, pues las especies 
					autóctonas crecen con menos rapidez que algunas de las 
					invasoras, como los eucaliptos, Obimasa realiza todos los 
					años repoblaciones que van ganando su espacio en los montes 
					ceutíes y que, como tales, tienen mucho más valor ecológico, 
					por su capacidad de dar cobijo y alimento a especies de 
					animales también autóctonas. Este año, según indica el jefe 
					de la Brigada Forestal, se han plantado, entre otros, 
					alcornoques y algarrobos. 
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