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					Un total de 37 inmigrantes han logrado penetrar en Ceuta, 
					este viernes a primeras horas, aprovechando la densa niebla 
					que se produjo durante la madrugada y que permaneció sobre 
					la ciudad hasta el mediodía. Los inmigrantes, todos 
					subsaharianos, entraron por la orilla limítrofe con 
					Marruecos, superando el espigón vallado del Tarajal y a 
					través del agua. Pasaron desapercibidos tanto para las 
					fuerzas fronterizas marroquíes como españolas hasta que el 
					puesto de control de la Guardia Civil los divisó en Ceuta y 
					dio la alerta general. Al filo de las 14:00 horas las 
					operaciones de búsqueda se habían saldado con 31 
					interceptados. 
					 
					La densa niebla, ‘taró’, con la que amaneció ayer la ciudad 
					y que entró de madrugada, facilitó, a primeras horas de la 
					mañana, el acceso, desde Marruecos, de 37 inmigrantes 
					clandestinos subsaharianos, cuatro de ellos, menores, que 
					lograron entrar a España sin llamar la atención de las 
					autoridades fronterizas marroquíes, y tampoco de las 
					españolas. Según fuentes de la Benemérita, los inmigrantes 
					avanzaron desde el vecino país orillando la playa sin ser 
					vistos, ocultos entre la muy densa niebla existente. Al 
					parecer, accedieron a Ceuta superando por el agua el espigón 
					del Tarajal y una vez en la ciudad se separaron por grupos 
					ya en la avenida Martínez Catena en dirección a la 
					Almadraba. 
					 
					A la altura de Arcos Quebrados, el control permanente de la 
					Guardia Civil (que cubre uno de los accesos al Príncipe) 
					avistó la presencia de estos inmigrantes y fueron los 
					primeros en lograr interceptar a algunos. La mayoría huyeron 
					despavoridos, por lo que los agentes alertaron de la 
					situación al COS. La escasez de guardias, posicionados ahora 
					por el Príncipe, obligó a la solicitud de movilización del 
					Cuerpo Nacional de Policía e, incluso, de la Policía Local 
					que estuvieron batiendo la zona para interceptar a los 
					irregulares. A las 08:30 horas (una hora después de ser 
					vistos) las fuerzas del orden ya habían dado con 14. 
					 
					Carreras y persecución 
					 
					Los inmigrantes desconocían que los agentes trataban de 
					interceptarlos para proceder al mecanismo habitual de 
					filiación antes de ser conducidos al CETI, por lo que la 
					presencia de la Policía era motivo de huida y de 
					persecución. Precisamente, por las carreras huyendo de los 
					agentes varios inmigrantes sufrieron contusiones. A las 
					09:30 horas la cifra de interceptados se elevaba a 22, 
					aunque las fuerzas de seguridad continuaban batiendo la 
					ciudad buscando ilegales. Algunos de ellos se localizaron en 
					las proximidades de Sidi Embarek y por el Puente del 
					Quemadero. 
					 
					A las 14:00 horas el número de inmigrantes que ya estaban 
					colapsando la Comisaría era de 31. 
					 
					Menores y Cruz Roja 
					 
					Entre los casi 40 inmigrantes interceptados, todos varones 
					subsahariaos, diez dijeron ser menores de edad, por lo que 
					en la Comisaría se les procedió a dar un trato específico y 
					diferente al resto. De hecho, fueron trasladados en furgones 
					distintos y tras pasar por las oportunas pruebas osométricas 
					que determinan la edad del individuo, sólo cuatro se 
					confirmaron como menores de 18 años. 
					 
					Por su parte, en esta avalancha de inmigrantes, que no se 
					producía desde el pasado mes de agosto, los voluntarios de 
					Cruz Roja han estado muy activos y han tratado a los 37 
					inmigrantes en la Comisaría, realizando curas por distintas 
					heridas leves, menos a uno que tuvo que ser evacuado al 
					hospital para descartar alguna rotura ósea después de 
					padecer politraumatismos debido a una caída. El evacuado 
					regresó a Comisaría al no revestir gravedad alguna su estado 
					de salud. 
					 
					La Jefatura Superior del CPN tuvo un intensa actividad como 
					consecuencia de las llegadas de inmigrantes irregulares, que 
					llenaron los espacios de la instalación y las entradas y 
					salidas de estos, transportados por vehículos policiales. 
					Además, las llegadas coincidieron con salidas de otros a la 
					península. 
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