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					El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la 
					ciudad establece, entre otros criterios destacados por parte 
					del Gobierno autonómico, la reserva de un 30 por ciento del 
					nuevo suelo residencial para la construcción de viviendas 
					con algún tipo de protección pública. Así se subrayó tras la 
					presentación del documento en Madrid por parte del 
					presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas, el pasado 21 de 
					marzo. En la reunión con la secretaria de Estado de 
					Vivienda, Beatriz Corredor, el presidente estuvo acompañado 
					por el entonces consejero de Fomento, Juan Manuel Doncel, y 
					los responsables de Hacienda, Francisco Márquez, y Economía, 
					Guillermo Martínez, este último responsable ahora de la 
					tramitación del PGOU al frente de Fomento y Medio Ambiente. 
					 
					Entre los “objetivos concretos” del PGOU, el Ejecutivo 
					señaló “la necesidad de reordenar áreas urbanas degradadas”, 
					un fin para el que el vigente planeamiento se ha mostrado 
					“ineficaz”. 
					 
					El texto establece asimismo “una estrategia para lograr una 
					mejor distribución a lo largo de la trama urbana de los 
					equipamientos públicos”, y además, “reordena la estructura 
					viaria, abriendo nuevas arterias de tráfico que permiten la 
					mejora de las comunicaciones”. 
					 
					En la presentación, Vivas señaló, entre los aspectos 
					positivos de la revisión del Plan General que “de entrada, 
					con la adaptación del vigente PGOU se revisa un documento 
					obsoleto, que desde que se aprobó en 1992 ha visto cómo se 
					promulgaban hasta cuatro leyes de suelo”. El documento se 
					adapta en definitiva a la nueva normativa “y afronta desde 
					ahí los objetivos”, entre ellos, la señalada propuesta de 
					reserva a la construcción de viviendas protegidas de un 30% 
					del nuevo suelo residencial que esté pendiente de 
					transformación urbanística. Además, la Ciudad “se hará con 
					la titularidad de 15% del aprovechamiento urbanístico del 
					suelo residencial de cada proyecto pendiente de 
					transformación urbanística”. 
					 
					Desde el punto de vista del medio ambiente, el documento 
					apuesta por una ordenación “basada en la sostenibilidad y en 
					la que se diferencia entre zonas urbanizables y las 
					dedicadas al esparcimiento y aprovechamiento público”. 
					 
					La Ciudad hizo hincapié en que con la entrega del documento, 
					Vivienda podía “comenzar a trabajar” en su revisión, por lo 
					que consideraba que los plazos del procedimiento “se 
					acortarán”. Este es un aspecto que “cobra especial 
					relevancia -indicaba el Ejecutivo-, pues la aprobación 
					inicial de un nuevo Plan General supone la suspensión de la 
					tramitación de licencias de edificación en las zonas en las 
					que se prevé una nueva ordenación”, aspecto del proceso que 
					“más preocupa” a los profesionales del sector, como señaló 
					entonces a este diario el decano del Colegio de Arquitectos, 
					José Luis Pérez Marín. 
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