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					Técnicos de la empresa municipal del agua, Acemsa, y de la 
					Gerencia de Infraestructuras y Urbanismo (GIUCE), 
					acompañaron ayer al consejero de Medio Ambiente, Servicios 
					Comunitarios y Barriadas para conocer el estado en que quedó 
					el garaje de avenida de Lisboa tras el incendio provocado 
					del sábado. Acemsa se prestó a arreglar el saneamiento. 
					 
					Técnicos de la empresa municipal del agua, Acemsa, y de la 
					Gerencia de Infraestructuras y Urbanismo (GIUCE) acompañaron 
					ayer al consejero de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios 
					y Barriadas, Gregorio García Castañeda, para conocer el 
					estado en que quedó el garaje de avenida de Lisboa tras el 
					incendio provocado del sábado. Acemsa se prestó a arreglar 
					el problema mayor y más urgente, el vertido de aguas sucias 
					a través de la red de saneamiento antes de la llegada de los 
					peritos de los seguros con que cuentan las viviendas. Tal 
					como señaló García Castañeda, este es el desperfecto más 
					grave que afecta al semisótano, pues el fuego sólo dañó los 
					bajantes de saneamiento, y no los de agua potable ni la 
					instalación eléctrica del edificio, sino tan sólo en este 
					último caso la del propio garaje y también la del 
					aparcamiento del bloque contiguo.  
					 
					El presidente de la comunidad de vecinos, Manuel Villaverde, 
					explicaba ayer que estos continuaban sin saneamiento y 
					calculaba que unas 14 o 16 familias, alguna de las cuales ha 
					sufrido inundaciones en sus pisos, pasarían un día sin agua 
					mientras se reparan las conducciones. 
					 
					Tampoco ha sido necesario apuntalar el forjado, aunque para 
					una seguridad completa y hasta que se arregle el 
					aparcamiento, se decidió colocar unos puntales justo en la 
					zona situada sobre el coche que se incendió. En ese espacio, 
					sobre el que no hay una vivienda, sino una terraza, según 
					señaló el consejero, el forjado aparece muy dañado por el 
					fuego, aunque no supone un riesgo estructural. 
					 
					La Ciudad no consideró por tanto que la situación fuera de 
					emergencia, porque en ese caso “hubieran sido los propios 
					Bomberos los que habrían avisado de ello”, apuntó García 
					Castañeda en relación con las quejas expresadas en un 
					principio por los representantes vecinales, que aseguraron 
					haberse sentido “desamparados” ante la ausencia de 
					responsables institucionales que se interesaran por ellos en 
					los primeros momentos. 
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