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					La crisis económica se ha cebado de manera especial con 
					nuestros jóvenes. Un colectivo especialmente vulnerable que 
					ha sido el receptor de las malas políticas de Juventud 
					aplicadas en nuestro país y que ahora, por razón de la 
					crisis, se agudizan de manera extrema entre los jóvenes.Unos 
					jóvenes que se ven especialmente afectados, no sólo porque 
					en ellos se concentra, como ya hemos indicado, la 
					precariedad laboral y la reducción salarial, sino también 
					por las malas políticas de Juventud aplicadas por los 
					distintos gobiernos, que han llevado a nuestro jóvenes a 
					unos niveles de desprotección alarmantes en prestaciones 
					sociales. 
					 
					Así se explica no ya el mal concepto que tienen de la clase 
					política, sino la desconfianza que provocan los políticos en 
					este colectivo al comprobar que les han dejado fuera del 
					marco social del acceso razonable al mercado laboral y en 
					razón, también a los pocos hechos que se han dado para 
					favorecerlos, pese a las muchas palabras (¿o habría que 
					decir palabrería?), de los políticos. Los estudios 
					sociológicos dan una idea del “estado de la cuestión” y éste 
					es completamente desalentador para la política que sólo 
					parece acordarse de los jóvenes en campaña electoral 
					pensando más en los votos que en su futuro.  
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